Por Gabriel Mazzarovich
El secretario general del PCU, Juan Castillo, dialogó con EL POPULAR sobre la situación dramática de la pandemia, la crisis económica y social, la política de clase del gobierno de Lacalle Pou, la propuesta de diálogo nacional de la UDELAR, la recolección de firmas contra la LUC, el Frente Amplio y la conmemoración de los 49 años de la 20°.
-En Uruguay la pandemia está en su momento más grave, el gobierno ha rechazado todas las advertencias y propuestas de la comunidad científica, en particular del GACH: ¿Cuál es la lectura del PCU?
Si, Uruguay está viviendo el punto más alto de la pandemia. Lo señalaba bien EL POPULAR en su edición anterior, tenemos más de 20 mil casos activos, se han disparado los contagios, no hay control epidemiológico, las han crecido a niveles dramáticos, el sistema de salud está en su punto de saturación, lo que dificulta la respuesta. Eso también se expresa en lo económico y social. Tenemos 100 mil pobres más, cerca del 30% de las y los uruguayos tienen una situación de inseguridad alimentaria moderada o grave, es decir están pasando hambre, miles están desocupados, cerraron miles de empresas, la mayoría medianas y pequeñas. Eso en parte, claramente, es por el impacto de la pandemia, pero en mucho, se explica por la aplicación a rajatabla de la restauración neoliberal del gobierno de derecha, encabezado por Lacalle Pou y la negativa a adoptar las medidas necesarias.
La soberbia política del presidente Lacalle Pou y la ceguera ideológica de este gobierno, están agravando todo. Es inconcebible, irracional, que hoy que tengamos 100 veces más casos que en abril del año pasado y haya menos medidas de restricción de la movilidad que hace un año. No entra en ninguna cabeza. El gobierno no escucha a nadie, ni al Frente Amplio, ni a la Intersocial, ni a la Universidad, ni al Grupo Asesor Científico Honorario, ni a la comunidad científica, ni a los médicos. Lacalle Pou eligió el camino de quedarse solo, es un camino arriesgado y equivocado, más en una crisis de estas dimensiones. Fijate que el 7 de febrero el GACH hizo recomendaciones para que no pasara lo que está pasando. Lacalle Pou no las escuchó y siguió en su burbuja, de los “malla oro”, las “perillas” y esa idea de la “libertad responsable” que al final se resume en la renuncia a que el Estado juegue el papel que tiene que jugar, y en especial el Gobierno, no se le puede trasladar la responsabilidad a la gente, no puede ser. Esta posición es fruto de una ideología, el neoliberalismo, que desprecia al Estado, que endiosa el individualismo, el mercado y la competencia. Al final, sin tantas vueltas, es decir elegantemente: Sálvese quien puede y como pueda. Y de esta no salimos con un sálvese quien pueda. Lacalle Pou eligió ser la referencia casi única al comienzo de la pandemia, con conferencias de prensa, que fueron en realidad cadenas de radio y televisión nacionales diarias. Y hay que decirlo con claridad: está fracasando. Tiene que salir de esa burbuja, tiene que escuchar a la comunidad científica, tiene que tomar medidas para reducir la movilidad social, por un período de tiempo, para parar esta ola de contagios y de muertes, hasta que llegue el impacto de la vacunación, y no lo digo yo, ni el PCU, ni el FA, ni el PIT-CNT, lo dice el GACH, el SMU, la UDELAR, la OMS, el mundo entero. Y además tiene que tomar medidas económicas de respaldo: la renta de emergencia, la ampliación del seguro de enfermedad, del seguro de paro, la suspensión de los desalojos, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas. La soberbia, el empecinamiento, la ceguera ideológica, la incapacidad de escuchar de Lacalle Pou están agravando aún más la crisis.
-El PCU, el Frente Amplio y el movimiento popular, con la Intersocial, han realizado múltiples propuestas desde el punto de vista de abordar integralmente el impacto de la pandemia, un centro ha sido la necesidad de convocar a un gran diálogo nacional: ¿Cómo valora la convocatoria aprobada por la UDELAR y la conformación de la Comisión de Seguimiento en el Senado?
Creo que la iniciativa de la UDELAR es muy importante. Pero antes de entrar en eso dejame decir una cosa más. Lacalle Pou dijo en una reciente entrevista con un diario argentino que no sabía qué era el Frente Amplio. Anteriormente, cuando le preguntaron por la propuesta de un diálogo nacional, respondió: “¿Para qué?”. Esas respuestas son de una soberbia y una desubicación política terribles. No se puede hacer eso, menos desde la investidura de un presidente. ¿No sabe qué es el Frente Amplio? La principal fuerza política del Uruguay, la que tiene la bancada más grande del Parlamento, la que votó el 40% de la ciudadanía. Lacalle Pou se olvida que tuvo que juntar 5 partidos para poder ganar la presidencia, porque él solo y su Partido Nacional sacaron 10 puntos menos que el Frente Amplio. Esa actitud de desprecio no ayuda a nada, no contribuye a ninguna salida. Desde marzo de 2020, cuando se declaró la Emergencia Nacional, el Frente Amplio y el movimiento popular han planteado la necesidad un gran diálogo nacional, político y social, para enfrentar la crisis que se venía. El gobierno se ha pasado un año rechazando las propuestas.
La UDELAR ha jugado un papel central para enfrentar la pandemia, puso toda su capacidad al servicio de nuestro pueblo, en gran parte el éxito para controlar la pandemia en los primeros meses fue por la elaboración de kit de diagnóstico, el aporte de los laboratorios, la investigación, en el terreno de la salud y también en el económico y social, en abril del año pasado el Instituto de Economía de la UDELAR advirtió que si no se tomaban medidas económicas más profundas iba a aumentar la pobreza y tendríamos 100 mil pobres más. El gobierno le respondió recortándole el Presupuesto, y en la LUC, atacando su autonomía y desconociendo su peso en el Uruguay. Pero la UDELAR, con toda esa autoridad moral, social y académica, resuelve por unanimidad de su Consejo Directivo Central, ofrecerse para impulsar un diálogo nacional y construir salidas a la crisis. Tiende la mano a toda la sociedad. Es muy importante, habla muy bien de la UDELAR y creemos que hay que apoyar esa iniciativa. Veremos cómo se concreta, quiénes participan, los acuerdos que se alcanzan, pero es un camino que hay que recorrer, sin dudas. Lo que haga el gobierno después, es su responsabilidad. La experiencia del mundo indica que los países que han enfrentado mejor la pandemia son aquellos que han construido un consenso mayor en torno a las medidas que deberían tomarse.
Lo de la Comisión de Seguimiento en el Senado va en el mismo camino. No había hasta ahora un ámbito multipartidario de debate sobre la situación de la pandemia y las posibles medidas a adoptar, me parece un buen paso del Senado haberlo creado. Los parlamentarios del FA están trabajando muy fuerte, han presentado iniciativas, están los 7 proyectos de ley y las 5 minutas de comunicación del año pasado, ahora las propuestas de financiamiento de las medidas que se tendrían que tomar: un impuesto a los 8 mil millones de dólares de depósitos en el exterior, un aporte de los altos ingresos privados y un aporte a través del impuesto al patrimonio. Las y los legisladores frenteamplistas han tomado iniciativas de diálogo se reunieron con la Federación Rural, con las Cámaras Empresariales de la Construcción, con la gremial de las pequeñas y medianas empresas, en estas horas con el PIT-CNT y está previsto ya con Fucvam y otros. También han actuado en ese sentido los gobiernos departamentales y municipales del FA, en especial Carolina Cosse, Yamandú Orsi y Andrés Lima. Todo lo que sea abrir caminos para construir acuerdos que permitan tomar medidas que atemperen el impacto brutal de la crisis sobre nuestro pueblo está bien, hay que hacerlo, incluso a pesar de la negativa del gobierno. Tenemos experiencia de que cuanto más dificultades y diferencias, más dialogo hay que construir. El centro de la situación nacional es el drama de la pandemia y el impacto de la crisis sobre nuestro pueblo, que la soberbia del gobierno agrava.
-Una de las críticas que ha formulado es la implementación en medio de la pandemia de la restauración conservadora, de un ajuste fiscal, uno de los instrumentos centrales de esta es la LUC, está en marcha una campaña de recolección de firmas, se ha planteado prorrogar el plazo de entrega de las mismas por la pandemia, el Partido Nacional ya ha resuelto en contra de ese pedido, ¿Cuáles son los fundamentos para ese pedido? ¿Qué importancia tiene la recolección de firmas?
Como hemos dicho nuestro Uruguay enfrenta una crisis económica y social que en parte es por el impacto de la pandemia, pero que en mucho es porque en medio de esta se implementó un ajuste fiscal, lo que era errado antes, pero ahora es francamente suicida.
Nuestro Partido, en fecha tan temprana como diciembre de 2019, caracterizó a la coalición de derecha como la expresión de “la fracción más conservadora de los sectores del poder”, agregamos que “será un gobierno del gran capital, con un sustancial peso de los sectores del agronegocio” y destacamos que la coalición “logró unir a toda la derecha social y política con un peso inédito de la ultraderecha, con componentes de rasgos fascistas”.
Recuerdo esta caracterización porque la realidad de este año de gobierno la ha reafirmado en todos sus términos. El gobierno de derecha ha implementado su plan de restauración contra viento y marea, a pesar de la pandemia e incluso aprovechando la pandemia.
Utilizó tres instrumentos centrales para eso: la Ley de Urgente Consideración, el Presupuesto y la política salarial, de rebaja de salarios y jubilaciones. A ello hay que agregar otras medidas específicas de gobierno, iniciativas de Ley, como la nueva Ley de Medios o la reglamentación sindical. El gobierno ha intentado imponer las urgencias del poder, de las clases dominantes, de su base social, de su identidad de clase. La LUC es eso, las urgencias de las clases dominantes para imponer su proyecto de sociedad, no tienen nada que ver con las urgencias reales de nuestro pueblo, y menos aún, en medio de la pandemia.
El acuerdo alcanzado entre más de 60 organizaciones populares, políticas y sociales, para interponer un recurso de referéndum contra los 135 artículos más regresivos de la LUC es de vital importancia para enfrentar esa restauración conservadora, para impedir que el Uruguay sea menos libre y más desigual, por lo tanto, menos democrático.
La campaña de firmas va bien, si se toma en cuenta que se está haciendo en medio de la pandemia. Parece de sentido común que, si estamos ante un agravamiento de la situación sanitaria, se extienda el plazo para entregar las firmas. Parece de lógica democrática elemental, y, además, para ayudar a cuidar y cuidarnos. Está el antecedente del aplazamiento de las elecciones municipales y departamentales el año pasado, cuando la situación de la pandemia era mucho menos grave.
El Partido Nacional dijo que está en contra, sin muchos argumentos, está en contra y punto. Es una muestra más de la soberbia que hablábamos, hasta de cierta prepotencia.
La LUC está mal por su forma y por su contenido, hay importantes sectores de nuestro pueblo que ni siquiera conocen los contenidos de la ley, que fue aprobada de apuro y en medio de la pandemia. Quienes impulsamos el Referéndum estamos haciendo un esfuerzo enorme para habilitar el espacio de debate ciudadano que el gobierno negó. Eso por eso que se pide la extensión del plazo, pero mientras esto se decide, tomando todos los cuidados y garantías, hay que seguir dialogando con nuestro pueblo y juntar las firmas.
En el mismo sentido respaldamos, con todos los cuidados y garantías, las repuestas populares al ajuste neoliberal del gobierno, todas las realizadas el año pasado, este y ahora que se viene el 1° de Mayo, también.
Hay que saludar y reconocer el enorme esfuerzo de la militancia popular: en las ollas populares, en los sindicatos, en los gremios estudiantiles, en el movimiento feminista, en las cooperativas, en la ONAJPU, en el movimiento de derechos humanos, en los Comité de Base del FA, de nuestros camaradas del PCU y la UJC; la respuesta popular ha estado siempre, a pesar de las dificultades de la pandemia.
-En medio de esta situación se conocieron las declaraciones de prensa de Rafael Michelini y luego su cese como secretario político del FA: ¿Qué valoración tiene de este episodio y su desenlace?
Fue una situación infeliz, evitable. Las declaraciones de Rafael Michelini sobre las razones para el pedido de suspensión de la fecha de entrega de las firmas en el referéndum, no fueron felices. No las compartimos y se lo dijimos, porque no reflejan lo que piensa el Frente Amplio, ni lo que está ocurriendo en la campaña de firmas, pero fundamentalmente, porque van en sentido contrario del esfuerzo del FA y otros sectores, en colocar al gobierno en la necesidad de dar respuestas. Esto es así. Inmediatamente el compañero Javier Miranda tomó la decisión – que le compete como presidente – de que Rafael no siguiera más en la tarea de secretario político. Creo que esta situación muestra los problemas que tiene nuestro Frente Amplio y en especial sus ámbitos de conducción. Venimos trabajando mucho, junto con todas y todos los compañeros del Frente Amplio en el proceso de autocrítica, que me parece importante, una vez más, recordar como lo concebimos desde el PCU. Dice la resolución del Comité Central: “Es necesario un proceso de autocrítica que abarque la gestión de gobierno; la campaña electoral; el papel del Frente Amplio, de su dirección y de sus formas de relacionarse con el movimiento popular y con la sociedad: y también del propio movimiento popular. Ese proceso autocrítico no se puede hacer entre cuatro paredes, es con la militancia frenteamplista y popular, en los barrios, en la calle. Tampoco alcanza solo con generar espacios de debate, implica construir la práctica política y social superadora de lo que sea criticado”. En eso estamos, de verdad, no por salir del paso con una frase bonita. No concebimos este proceso como un intercambio de documentos y debates por zoom, ni siquiera presenciales, es un proceso de debate y práctico, de militancia. Y la militancia frenteamplista en el apoyo a las ollas populares, a las luchas sociales, en el esfuerzo de recolección de firmas, y en tantas otras cosas, está haciendo en la práctica la autocrítica, tenemos que lograr que la dirección del FA sea parte de esa síntesis superadora, cuidando la unidad, que es la principal conquista estratégica, esa que tanto le duele a Lacalle Pou y a la derecha que no quiere ni hablar de ella, la niega.
En fin, es un episodio complicado y que deberíamos haber evitado, pero pasó, lo que no se puede permitir es que esto nos descentre de los verdaderos ejes, ni en lo nacional, el drama de la pandemia, la crisis económica y social y el fracaso del gobierno, ni en lo interno del FA y el proceso mucho más amplio de autocrítica y de acumulación de fuerzas populares.
-Finalmente, este sábado es el 49 aniversario del asesinato de los 8 obreros comunistas en la 20°: ¿Qué significado tiene en este contexto y como se conmemorará este año?
Es una fecha central para las y los comunistas, para nuestro pueblo y para la democracia uruguaya toda. Hace 49 años, en la madrugada del 17 de abril de 1972, fue asaltado el local del Seccional 20º del Partido Comunista de Uruguay, participaron del operativo más de 500 efectivos militares, policiales y paramilitares fascistas: 8 obreros comunistas fueron asesinados. Fue uno de los asesinatos políticos más terribles de la historia nacional. Luis Alberto Mendiola, José Abreu, Ricardo González, Ruben López, Elman Fernández, Justo Sena, Raúl Gancio y Héctor Cervelli, fueron los ocho obreros, sindicalistas, frenteamplistas y comunistas asesinados. Sus nombres y su ejemplo nos acompañan cada día en la militancia. El odio que el fascismo le tiene a la 20° es correlativo al amor y el compromiso que genera en el campo popular. La 20 fue destruida tres veces: en abril de 1972; poco tiempo después del Golpe de Estado, cuando efectivos militares destrozaron la fachada nueva y al poco tiempo de recuperada la democracia, cuando con una bomba volvieron a atentar contra el local. Fue reconstruida las tres veces por las y los comunistas y la solidaridad del pueblo. Es tanta la significación histórica de este hecho que el local es, desde 2014, con enorme justicia, Monumento Histórico.
Este año lo conmemoramos con la consigna: “Su ejemplo y entrega nos marcan el camino”, es una frase del compañero Tabaré Vázquez dicha en el último acto de la 20° en que participó. Lo haremos con todos los cuidados necesarios, sin concentraciones, pegado como siempre a la lucha concreta, por eso vamos a implementar decenas de mesas de recolección de firmas contra los 135 artículos de la LUC en Agraciada y cientos de mesas más en todo el país. Habrá un mensaje también del Partido, que una vez más me han dado la responsabilidad y el honor de hacer, que se va a emitir a las 18 horas por nuestras redes sociales. Por supuesto que, al mismo tiempo, expresaremos nuestro rechazo a la decisión de un tribunal de Apelaciones de dejar libre al terrorista de Estado Eduardo Ferro, acusado por torturas y asesinato y la desaparición entre otros, de nuestro camarada Oscar Tassino y otros crímenes de lesa humanidad.
Por eso, permíteme que al final diga más claramente, más profundamente, que está muy bien y que es de una justeza infinita que cada 17 de abril hagamos tributo a nuestros 8 mártires del seccional 20 del PCU. Pero ese acto de convicción, ese valiente acto de amor por sus ideas, que son las ideas y las causas del pueblo obrero y trabajador, del estudiante y la ama de casa, del jubilado y del intelectual, esa forma desinteresada y al tiempo comprometida de militar y luchar por defender un bastión de la unidad, nos tiene que llamar una y otra vez a todas y todos a redoblar los esfuerzos por los planes del Partido, por los intereses, los derechos y las conquistas de los trabajadores, por la pública felicidad de nuestro pueblo. Y entonces seremos más plenos, seremos mejores herederos de sus banderas, no son solo memoria, son 8 corazones latiendo. Honor y Gloria a los 8 Mártires de la 20.