El sábado se realizó el acto central por los 105 años del Partido Comunista de Uruguay (PCU). Se constituyó en un hecho político relevante por la convocatoria y por lo que allí se dijo.
Que un partido político conmemore 105 años de historia siendo una fuerza política real y con gravitación en la sociedad, con una convocatoria a un acto en el que plantea definiciones políticas sobre los temas centrales del presente, estamos ante un hecho político relevante.
Fue un buen acto, en términos de convocatoria, pero, además, no fue lo único que se hizo por el aniversario, hubo decenas de actividades en prácticamente todos los departamentos del país.
Hay otros aspectos que merecen destaque. La presencia frenteamplista y del gobierno nacional en el acto es uno de ellos. Estuvo el presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, que además participó de la oratoria; la vicepresidenta, Verónica Piñeiro; dirigentes y militantes de los partidos y sectores y de las bases frenteamplistas. Estuvieron la vicepresidenta de la República, Carolina Cosse, ministros y autoridades nacionales y departamentales y legisladores. También estuvieron de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, dirigentes sindicales y de otras organizaciones populares.
El PCU conmemoró sus 105 años militando en las organizaciones unitarias del pueblo que contribuyó a forjar y siendo parte del gobierno nacional del FA, de las cuatro intendencias y de las bancadas en el Parlamento y en las Juntas Departamentales. Si se miran las circunstancias que tuvo que atravesar en estos 105 años de historia no es un aspecto menor, no debe pasar como tal.
Fue un acto con una importante presencia artística, con toda la historia de Carlos Benavides, flamante ciudadano ilustre de Tacuarembó y el talento y el compromiso de El Alemán y su banda. Hubo transmisión en vivo, seguida por miles en todo el país y en varios países del mundo, videos, venta de materiales políticos e históricos, de remeras, de comida y bebida, hubo solidaridad internacionalista práctica con Cuba, con Palestina. Hubo un espacio de cuidados que disfrutaron decenas de niñas y niños, que disfrutaron las horas del acto, y eso tampoco es un detalle menor.
Y hubo dos puntos especialmente relevantes desde el punto de vista político: los planteamientos realizados en los discursos, el de Pereira, el de Natalia Díaz en nombre de la UJC y en el del secretario general del PCU, Juan Castillo y la entrada de la UJC, con una enorme bandera de Palestina y una alegría que contagió a todo el acto.
La palabra del PCU
Por eso decimos: el PCU tomó la palabra. No es que no lo hubiera hecho antes. Lo hicieron sus dirigentes en entrevistas, en el Parlamento, lo hicieron sus militantes en cada ámbito de lucha de nuestro pueblo, hasta hubo, una semana antes del acto, una Resolución Política del Comité Central (https://elpopular.uy/pcu-un-camino-para-la-publica-felicidad/).
Pero no es lo mismo hacerlo en un acto en la calle, de cara a nuestro pueblo, como siempre lo ha hecho el PCU.
En el acto, en particular en el discurso de Castillo, se abordó la historia, los desafíos del presente, marcando críticas, diferencias, pero también propuestas y también se planteó una perspectiva de un futuro distinto a construir, superador del capitalismo.
En el editorial de nuestra edición 736 (https://elpopular.uy/105-anos-del-pcu/), coincidente con la fecha del aniversario del PCU abordamos a profundidad los elementos históricos, por ello no vamos a desarrollarlos más en esta oportunidad.
Sola baste señalar que Castillo destacó el internacionalismo, el compromiso con el protagonismo de las y los trabajadores como actores políticos independientes y la reivindicación del contenido popular de la revolución artiguista, como tres de las vertientes que confluyeron en la fundación del PCU.
Definió al PCU como un partido internacionalista, con una definición y una práctica antimperialista, de solidaridad y construcción de la unidad de los pueblos y de lucha por la paz. En el presente esto se expresa en la solidaridad con el pueblo palestino y la condena al genocidio de Israel en su contra. Con Brasil, chantajeado por EEUU por condenar a Jair Bolsonaro por golpista. Con Cuba y la difícil situación que enfrenta por el recrudecimiento del bloqueo de EEUU. Con Venezuela, amenazada por el despliegue militar yanqui en sus costas y el peligro de invasión.
Dentro del acumulado de luchas de estos 105 años, Castillo destacó la importancia del XVI Congreso, del cual en este 2025, se cumplen 70 años, al que definió como un salto en calidad, con repercusiones en el PCU, en el movimiento popular y en toda la sociedad.
En el XVI Congreso el PCU se propuso como objetivo construir los caminos teóricos y prácticos para disputarle el poder, la hegemonía, a las clases dominantes. Analizar, con el método del marxismo leninismo y con los aportes de lo más avanzado de la ciencia, la realidad del país, sus bases materiales, su inserción internacional, su conformación de clases, las relaciones entre estas. Trazar un camino para la superación de las contradicciones planteadas a favor de una perspectiva popular. Construir un Programa que se transformara en bandera de lucha de miles. El valor estratégico, desde una perspectiva revolucionaria, de la construcción de la unidad social y política del pueblo. La definición del papel central de las y de los trabajadores en el proceso revolucionario. La definición de que es y será el pueblo organizado, con su propia experiencia de lucha, el protagonista del proceso emancipador. Y finalmente, la necesidad de construir un gran Partido Comunista y una gran UJC para hacerse cargo de esas enormes tareas. Castillo afirmó que los avances de nuestro pueblo en el proceso de acumulación de fuerzas no son mérito solamente del PCU, son de todo el movimiento popular, pero reivindicó que la historia demostró que esa era la línea correcta. Y asumió el compromiso de recrear esas definiciones del XVI Congreso en el presente y proyectarlas hacia el futuro, en particular en el proceso hacia el XXXIII Congreso, que ya está en desarrollo y cuya instancia final será en diciembre.
Otro momento que destacó Castillo, fue la lucha del PCU por la libertad y la democracia, a lo largo de toda su historia, pero en particular en el enfrentamiento a la dictadura fascista que asoló nuestro país desde 1973 hasta 1985. Recordó la Operación Morgan, de la que se cumplen 50 años, un plan para quebrar la resistencia del pueblo uruguayo, que tuvo como objetivo central el aniquilamiento del PCU y la UJC. Hubo miles de presos y presas, torturados, perseguidos, exiliados, decenas de asesinados y desaparecidos. Pero el PCU y la UJC siguieron luchando y la resistencia popular siguió. La barbarie fascista no logró su objetivo.
Finalmente, Castillo, y, a través de su discurso el PCU, expresó su polémica con la derecha y las clases dominantes y también sus diferencias con algunas posiciones del gobierno y otros sectores del FA. Estas últimas con franqueza y ratificando el compromiso con la unidad del pueblo y de sus herramientas. Es que, como con razón se afirmó, la unidad no excluye el debate de ideas, por el contrario, lo presupone.
Por ejemplo, reconociendo las definiciones internacionales del gobierno uruguayo sobre Palestina, en la ONU, en su relación con la Autoridad Palestina, pero reclamando que, al igual que lo hicieron el FA y el movimiento popular, se trabaje para que la ONU califique de genocidio lo que hace Israel en Palestina, porque es un delito internacional y esa calificación obligaría a definiciones y acciones para detenerlo.
Asumiendo la difícil situación del importante déficit fiscal, las deudas y la creciente desigualdad que dejó el gobierno de derecha, pero planteando que esto debe tomarse como desafío a superar y no como una imposibilidad para aplicar y luchar por el Programa del FA.
Reconociendo que el Presupuesto votado es insuficiente para dar respuesta a las necesidades de nuestro pueblo y para la aplicación del Programa, pero, a la vez, planteando sus diferencias con el del gobierno de la derecha y la necesidad de valorar los avances que se van conquistando, no solo por estos en sí mismos, si no por el acumulado de luchas que los hicieron posibles.
Expresando que la movilización y el protagonismo popular no son un problema, son parte fundamental de la construcción de una perspectiva transformadora.
Y también la necesidad de promover iniciativas políticas que planteen caminos de superación, como la de gravar con el 1% al 1% más rico de la población, la aprobación de iniciativas legislativas que reconozcan derechos, como acaba de ocurrir con el proyecto de ley que abrevia el proceso de expropiación de viviendas desocupadas con deudas con el Estado o el acuerdo para duplicar la inversión para la construcción de vivienda destinada a los sectores más vulnerables a través de la Dirección Nacional de Integración Social y Urbana, con recursos de un Fideicomiso y un préstamo del BID.
El PCU planteó una idea central en su acto: La necesidad de construir, con iniciativa política, debate ideológico, lucha popular, movilización del FA y acción transformadora desde el Parlamento, los gobiernos departamentales y el nacional, síntesis superadoras y avanzar en el cumplimiento del Programa.
Ese es el corazón de la concepción de avanzar en democracia, hacia una democracia avanzada con rumbo al socialismo, aplicada al hoy.





















