UJC
En un mundo altamente globalizado y con las tecnologías de la información y la comunicación como uno de los sectores fundamentales de desarrollo, hoy la soberanía de nuestros pueblos está en un jaque constante. Es por esto que, para pensar en ser un país realmente soberano, necesitamos ser un país que esté a la vanguardia de estos avances tecnológicos.
Ya la amenaza a nuestra soberanía no viene solamente de países con más poderío económico, sino de empresas multinacionales que poco respetan de leyes internacionales para poder tener mayor rentabilidad, y mucho menos respetan los derechos de las personas usando y vendiendo los datos personales al mejor postor. Esta información no solo es comprada y utilizada para segmentar a la población y poder vender mejor algún producto, sino que es utilizada para poder generar estrategias políticas (principalmente en campañas electorales) y dirigir el sentimiento y la percepción de la gente. Es así, que ha habido muchas denuncias internacionales sobre la injerencia que esto tiene en los resultados, y cómo esto hace peligrar las democracias actuales. Con este tipo de negocios, no solo buscan un mayor rédito político, sino influir en los gobiernos para beneficiarse de los recursos de los países, y porque en muchos casos, detrás también hay posicionamientos ideológicos, y la búsqueda por mantener la hegemonía del sistema actual.
El año pasado la justicia de Brasil prohibió el sitio X (ex Twitter) en su territorio, luego de comprobar la injerencia de esta empresa en la organización del intento de golpe de Estado a Lula. En un inicio se negaron a pagar la multa para poder seguir funcionando en el país, convencidos de que sería la justicia brasilera la que cedería, sin embargo, no dieron marcha atrás y efectivamente la red social estuvo fuera de funcionamiento en Brasil durante varias semanas. Finalmente, la empresa pagó la multa millonaria, y adecuó sus políticas a las del país para no perder millones de usuarios. Una victoria, no solo para Brasil, sino para la concepción de que las empresas privadas no están por encima de los países y sus democracias.
Construyendo el futuro
Durante los primeros 15 años de gobiernos frenteamplistas tuvimos diferentes avances en el sector de la innovación y la tecnología, principalmente en lo relacionado a la fibra óptica y el acceso al internet, no teniendo que depender del desarrollo y la tecnología de otros países o de empresas multinacionales. Estos avances no solo ayudaron a sentar bases soberanas para este sector, nos colocaron a la vanguardia en el continente, y fueron también un factor democratizador, pudiendo la mayoría de la población acceder a los beneficios de estos avances.
Entre los anuncios de las nuevas autoridades del gobierno a partir del 1° de marzo, se anuncia también la importancia que este nuevo período frenteamplista le dará al desarrollo en esta área, con la consolidación de un “Ecosistema de Ciencia, Tecnología e Innovación”, que coordinará el trabajo de los diferentes organismos del Estado sobre la temática, para seguir impulsando el conocimiento.
No solo el trabajo de estos organismos es importante para desarrollar tecnologías propias, para saber cómo aprovechar estas nuevas tecnologías en pos del desarrollo del país, también genera un acumulado de conocimiento sobre la temática que permitirá desarrollar una mejor legislación, teniendo siempre como norte la soberanía de nuestro país, para no depender de empresas que, como ya sabemos, buscan su beneficio propio (en términos políticos y económicos).
Otro de los ejes centrales que el desarrollo de estos sectores ha tenido en nuestro país (además de la soberanía y democratización) es la sostenibilidad, buscando generar el menos impacto posible en el ambiente, y en muchos casos buscando revertir el deterioro ambiental. Mientras que las empresas privadas que lideran en el sector destruyen masivamente recursos naturales, el desarrollo por parte del Estado permite que no hipotequemos nuestro futuro.
Poder continuar en el desarrollo y la innovación de este (relativamente) nuevo tipo de industria de una forma sostenible es algo que solo puede darse a nivel estatal, ya que implica priorizar otros aspectos que no son solo las ganancias, algo que sabemos las grandes empresas no están dispuestas, aún cuando para los montos que manejan no signifique una gran pérdida.
A su vez, el fomento de esta industria en nuestro país, con financiación para investigaciones, con desarrollo de proyectos, es también una apuesta al desarrollo de profesionales. A los jóvenes que buscan poder tener una carrera profesional en este sector se les hace muy difícil poder realizarlo en nuestro país, y aunque no tengan la necesidad de mudarse (porque pueden realizar el trabajo de forma remota), encuentran el lugar en empresas extranjeras. Esto significa, no solo que el conocimiento potencial que podemos encontrar entre nuestros jóvenes (gracias a la formación que brinda nuestra propia educación) es aprovechado por el sector privado internacional, sino que muchos de los derechos laborales de nuestra juventud son vulnerados, porque más allá de que en general los salarios son altos (al menos comparados con la situación nacional), no cuentan con la protección de la seguridad social que sí tendrían si trabajaran en nuestro país.
Justo en la semana que se celebró el Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia, especialmente en sectores de las “ciencias duras”, hacen falta políticas que fomenten que las niñas y las jóvenes estudien y trabajen en este sector. La perspectiva de poder acceder a un mercado laboral que permita el desarrollo profesional es sin duda también un incentivo para poder seguir derribando estereotipos de género que tienen un alto impacto en la vida de las mujeres.
Tener como prioridad desde el Estado el desarrollo de la ciencia y la tecnología es colocar como prioridad la soberanía real del país, es una apuesta democratizadora para que la mayoría de la población pueda beneficiarse de este desarrollo, es una política de sostenibilidad y cuidado ambiental, porque si se deja solo en manos de privados el deterioro aumentará de forma exponencial, y fundamentalmente es una apuesta al desarrollo profesional de nuestra juventud, para que el conocimiento que producimos pueda estar al servicio del pueblo.