Jorge Rodríguez, Presidente del Partido Demócrata Cristiano, CSP, FA.
Con Mario Cayota se nos va un ser humano entrañable. Su fallecimiento nos toca lo más profundo de nuestros corazones.
Mario Cayota fue un gran intelectual y también un hombre de acción. Escribió obras esenciales y a su vez militó políticamente toda su vida.
Fue un hombre de profunda fe cristiana y coherente con eso enfocó toda su vida en lo que él creía que era la esencia del cristianismo: su opción por los pobres y los desheredados de la Tierra y, simultáneamente, trabajar para construir una sociedad justa, igualitaria y comunitaria. O sea, las bases de la Utopía en la que él creía firmemente.
Así, en el plano político siempre militó en el Partido Demócrata Cristiano (PDC). Acompañó con entusiasmo la fundación del Frente Amplio en el 71 y luchó en primera línea contra la dictadura. Años después fue un gran impulsor del Encuentro Progresista, del que firmó su acta de fundación en su calidad de Presidente del PDC, cargo que ocupó por muchos años. Hijo del Concilio Vaticano II, asumió con convicción la idea de que los cristianos debían abrirse a trabajar mancomunadamente con todos aquellas personas de buena voluntad que creyeran en una sociedad más justa, más allá de sus convicciones ideológicas. Siguió así a Juan Pablo Terra en su camino, que culminó con la fundación del FA en el 71. Lo que Carlos Quijano sintetizó en una tapa de Cuadernos de Marcha en su etapa fundacional: «Frente Amplio. Cristianos y Marxistas».
Ya en democracia fue electo edil departamental y fue Presidente de la Junta Departamental de Montevideo, en una acción más de lo que él consideraba su obligación de servicio.
En el plano de la fe y sus convicciones ideológicas, fue un seguidor fervoroso de quién él consideraba su guía permanente: San Francisco de Asís, paradigma del postulado de la opción por los pobres. Creía firmemente en el Humanismo Cristiano surgido en el Renacimiento y ligaba toda esa línea de pensamiento con el artiguismo en nuestra tierra. Desde esa visión escribió todas sus obras. «Siembra entre brumas», donde hace un pormenorizado estudio del compromiso del cristianismo con los marginados de la sociedad, desde su inicio, pasando por la Edad Media y el Renacimiento. Se detiene mucho en el análisis de «Utopía», el célebre libro de Tomás Moro, de 1516, dónde desde el punto de vista del humanismo cristiano se propone una sociedad ideal.
También describe en esta y otras obras los intentos de traer a América esos ideales utópicos, en medio de la deshumanización de la conquista.
En «Artigas y su derrota», hace un estudio muy profundo del pensamiento y acción del artiguismo. Nos muestra al artiguismo como un proyecto político que intenta llevar adelante los principios del humanismo cristiano y su visión utópica. Resalta la labor de José Benito Monterroso en el período de Purificación, especialmente en la redacción del Reglamento de Tierras de 1815.
Mario también escribió mucho sobre los orígenes del socialcristianismo en Uruguay. Analizó la visión progresista para su época de Juan Zorrilla de San Martín, así como el compromiso social de Mariano Soler. Rescató de Mariano Soler su Carta Pastoral de 1894, dónde realiza una dura crítica a la explotación del capitalismo a los obreros y alienta a su sindicalización. Destaca también a la Unión Democrática Cristiana, central social y sindical fundada en 1904, dónde se defendían las 8 horas de trabajo, el descanso dominical, el salario familiar y la autogestión.
Tiene también muchos trabajos sobre los Principios de la Democracia Cristiana uruguaya que siempre fueron de gran influencia en el PDC.
Toda su obra y su acción política tienen una coherencia impresionante. Desde la época del Encuentro Progresista, Mario tuvo una relación muy cercana con Tabaré Vázquez. Cuando Tabaré fue Presidente lo designó Embajador uruguayo ante la Santa Sede entre 2006 y 2011. En su segunda presidencia, lo nombró nuevamente entre 2018 y
2020.
Antes lo había designado integrante de la Comisión de Verdad y Justicia para la búsqueda de los desaparecidos en representación de la Iglesia Católica. Esa relación tan cercana hizo que Tabaré un tiempo antes de su fallecimiento lo convocara a su casa donde le pidió que escribiera un libro sobre su gestión de Gobierno. Así lo hizo Mario. «Un pasado que se configura en futuro. Pensamiento y acción del Presidente Tabaré Vázquez», fue ese libro donde Mario hace una pormenorizada descripción de las medidas de Gobierno de Tabaré.
Mario fue un caballero de la política, siempre amable, siempre con una sonrisa y su mano abierta al encuentro. Junto a Américo Plá Rodríguez, Juan Pablo Terra y Héctor Lescano, integra el grupo de los grandes referentes de la democracia cristiana uruguaya.
Fue una persona que contribuyó mucho a la visión de un Frente Amplio plural y diverso como base de riqueza de miras y sustento de una acción política común.
Querido compañero, siempre vas a estar con nosotros. Tu compromiso con los desheredados marcó nuestro camino.
(*) Este miércoles, a los 86 años, falleció Mario Cayota, dirigente histórico del Partido Demócrata Cristiano, escritor, filósofo y fundador del Frente Amplio.