Por tu mano llegará

Este 27 de Marzo decidiremos el futuro de nuestro país. Tu aporte cuenta, es momento de dejar el alma para tirar los peores artículos de una ley que solo se hizo para que los más privilegiados sigan ganando.

Nos encontramos a unos pocos días de celebrarse el referéndum. Cada día se ven más casas, autos, muros, vestidos de rosado. Pero aún tenemos la tarea de seguir conquistando corazones para defender lo que somos, para defender un país para todos y todas, para defender la educación pública, la posibilidad de organizarnos, el derecho a la vivienda, la idea de que la tierra es para quién la trabaja. En definitiva, tenemos que seguir defendiendo un país con más libertad y más democracia, esas libertad y democracia que son para todos y todas, no para quienes pueden pagarlas.

Mientras tanto, en América Latina la esperanza sigue naciendo. La vemos en lo que representa Xiomara Castro en Honduras. La vemos en la lucha por avanzar que está teniendo el Pacto Histórico en Colombia, y con la asunción del compañero Gabriel Boric en Chile. La derecha ya no puede sostener sus proyectos de exclusión en nuestro continente. Todos estos procesos de lucha se han visto marcados por la presencia juvenil, de espíritu de rebeldía que nos inunda a nosotros también, marcándonos un camino. Es con perspectiva y mirada larga, es con unidad que lograremos las grandes transformaciones. Y es por eso que nos encontramos enfrentando los peores artículos de la principal ley de un gobierno que se ríe de la inseguridad que existe en los barrios, de la que ellos nos deberían de proteger y en los cuáles su único legado ha sido dejar cada vez más gente con la panza vacía.

Hoy los medios de comunicación y algunos operadores políticos de la derecha nos quieren hacer creer que en esta penillanura levemente ondulada no hay ningún problema serio, o en todo caso los problemas son heredados de aquellos que no supieron gobernar. La única razón de que suban los combustibles es la guerra en Ucrania. Los abusos policiales que vienen denunciando diversas instituciones independientes son, tan solo, pequeños casos aislados producto del apoyo que ahora sí tiene la policía. No existen ollas populares ni tampoco hay menos empleo o recortes presupuestales, es todo un palo en la rueda que quieren poner algunos que se creen tan privilegiados como para esperar tener un sueldo digno y dos platos de comida al día. El costo de vida parece que no viene aumentando mes a mes mientras el gobierno ha decidido que el coste de la pandemia lo paguen los trabajadores que viven con lo justo.

Al maravilloso estado de nuestro país se le suma el obvio relato de un gobierno exitoso, con una gran popularidad. Un presidente que surfea con gran apoyo. Una senadora que se comporta como si fuera la directora autoritaria de un liceo llamado Uruguay. Tuvimos un gran manejo de la pandemia, aunque hayamos vacunado tarde y perdido muchas vidas por eso. Ni que hablar del ministro de Trabajo, que con su obsecuencia frente al herrerismo hunde más las posibilidades de su sector, si es que se puede hacer eso, de tener algún voto en las próximas elecciones. Todavía tienen la decencia de no defender la gestión de German Cardoso o de Bustillo, aunque tampoco les falta tanto.

Por supuesto que nos dicen que el resultado de esta elección está definido. Igual que nos decían en noviembre de 2019, cuando la segunda vuelta. Hasta algunos “periodistas” ya nos dicen que van a votar. Pero claro está, esta elección no está definida ni por asomo. Debemos reivindicar la potencia política que tiene la gente común cuando se une. No hay cadena de televisión, conferencia, pieza publicitaria, que le gane a la organización colectiva. Eso es lo que nos distingue de ellos. Miles de personas, organizadas en comité de base, sindicatos, centro de estudiantes, cooperativas, dando su tiempo de manera desinteresada para hacer un país mejor. Esa es nuestra esencia, eso es lo que somos, eso es lo que debemos seguir siendo si queremos continuar representando una alternativa real al sistema. Reivindicar la organización de los más, de los de abajo, es esencialmente revolucionario y eso se logra con tu aporte.

Es claro que el resultado de la elección va a ser muy ajustado, aquellos que subestiman el poder de la movilización y de la organización territorial van a sorprenderse de nuevo con la respuesta de la gente. La Ley de Urgente Consideración (LUC) es mala, y como hemos venido explicando reiteradamente no soluciona los problemas de la gente, más bien los agrava. Pero, lamentablemente, con tener razón no alcanza, frente al aparato mediático e institucional que está usando el poder, porque están utilizando todos los medios a su alcance, lo único que equipara la balanza, el único David contra Goliat posible, es movilizarse, ir puerta a puerta, barrio a barrio, y convencer a nuestros vecinos y vecinas, nuestros amigos y amigas.

Es verdad que estamos muy cansadas, porque la campaña es dura y es desgastante. Sabemos que ellos tienen el dinero para colocar sus mensajes donde quieran. Pero también sabemos que quedan menos de dos semanas para darle un revolcón importante a todas estas estructuras que han venido atentando contra nuestra vida digna. A todos aquellos que han intentado imponer un relato en donde las necesidades que viven a diario los uruguayos y las uruguayas no están contempladas.

Es tiempo de poner el resto, de ser también faro de lucha para el resto de las juventudes latinoamericanas, es tiempo de señalar que ahorrar en tiempos de crisis cuesta caro. Ganar el referéndum implicará también ponerle un freno al gobierno con sus planes de ajuste, de seguir recortando salarios, de aumento de la edad jubilatoria, también será decirle no a la privatización del puerto. Es una señal de que la política tiene que ser para la gente no para las corporaciones.

Por eso, estos últimos días de campaña debemos estar más activas que nunca. El 27 todos y todas desde temprano hasta la noche, como un imparable aluvión de solidaridad y amor hacia nuestro pueblo, en cada circuito, en cada escrutinio defendiendo la decisión soberana. Porque, para nosotros y nosotras, que el pueblo opine ya es una victoria. También lo es la reconstrucción del tejido social y organizacional que se ha dado en esta campaña, así como la incorporación esperanzada de cientos de personas que pelean por sus derechos.

Esto, ya es un triunfo. Sólo queda derribar los peores artículos de una ley que se hizo de ricos para ricos.

La juventud uruguaya estará a la altura, como lo ha estado en todo nuestro continente. Si vos estás, podemos cambiar la pisada. Si vos estás, mañana hay más a quien convencer. Si vos estás la victoria es cada vez más posible. Por tu mano llegará el futuro que soñás.

UJC

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