El Frente Amplio rechazó el proyecto del gobierno y anunció el inicio de un proceso de debate sobre el tema.
Pablo Silva Galván
“La propuesta del gobierno no es una reforma de la Seguridad Social. Se trata de una reforma incompleta del sistema previsional que descarga el peso de sus costos exclusivamente sobre las espaldas de las trabajadoras y los trabajadores, y reduce el margen de libertad de las personas para decidir de acuerdo con sus necesidades y urgencias”. De esta manera, tajante, define el Frente Amplio (FA) a la reforma que el Poder Ejecutivo pretende llevar adelante y para la cual ya presentó ante el Parlamento el proyecto de ley. Una iniciativa que no prevé nuevas fuentes de financiación del sistema y que termina reduciéndose a la fórmula de trabajar más, jubilarse más viejo y con menos dinero. Una iniciativa que, además, apunta a limitar la libertad de las personas al obligarlas a ingresar al sistema privado de las AFAP, aumentando así la participación del lucro en el sistema. Y de paso tratar de darle un golpe a la solidaridad del mismo.
El lunes pasado el FA dio a conocer su posición contraria respecto a la reforma en una reunión realizada en el Club Arbolito de La Teja. Allí la fuerza política dejó en claro que no apoyará esta reforma. Sin dejar de reconocer que se hace necesaria una reforma del sistema para mantener su sostenibilidad sostuvo que no es esta la reforma necesaria.
Durante la comparecencia del lunes el FA presentó un documento con sus conclusiones sobre el tema en el que señala que el proyecto “es el resultado de acuerdos cupulares entre los partidos de la coalición, que se construyeron de espaldas a la sociedad. Se incumple la promesa electoral de no modificar las normas jubilatorias a las actuales trabajadoras y trabajadores”.
Para el FA la reforma de la seguridad social necesaria “requiere amplios diálogos y acuerdos, con una mirada integral sobre el presente y el futuro del país sin contraponer los derechos de la niñez con los de la vejez”.
En este sentido cabe recordar que el proceso del proyecto de reforma ha carecido de un verdadero diálogo social. La discusión se dio en el seno de la comisión de “expertos” encabezada por el nacionalista Rodolfo Saldain, uno de los padres de la reforma de 1996 que introdujo a las AFAP en el sistema. De esta comisión emanó un primer documento que no contó con la aprobación del FA y el PIT-CNT, el presidente Lacalle Pou presentó un proyecto sobre el cual siguieron trabajando los partidos de la coalición de gobierno hasta llegar al texto enviado al Parlamento.
Durante todo el proceso no existió un verdadero diálogo, como cuestionan el FA y el PIT-CNT, sino que todo el proceso quedó circunscripto a los “expertos”.
Esperanza de vida y cambios militares
“La esperanza de vida no es la misma entre los pobres que entre los ricos. Si el propio trabajo humano junto con avances científicos y tecnológicos producidos por la humanidad nos permite vivir más años, debe ser un motivo de avances y no de retrocesos”, precisa el documento del FA.
Un resumen del proyecto del gobierno permite ver que las únicas variables de ajuste que prevé son el aumento de la edad jubilatoria y las modificaciones de la tasa de reemplazo. En el primero la edad de retiro se lleva a los 65 años, pero agregando más años de aportes -cuestión que comienza a hacerse difícil a partir de cierta edad ya que es costumbre de las empresas contratar a personal más joven-, y en segundo lugar se lleva la tasa de reemplazo del 55% del promedio de los mejores años al 45%. Además aumenta los años de aportes, extiende el sistema de ahorro individual, deja casi incambiada la situación de la Caja Militar ya que los cambios en el Servicio de Retiros y Pensiones Militares son mínimos. La reforma se limita, como bien dice el documento, a un ajuste fiscal “sin abordar el necesario intercambio sobre una transformación integral de la matriz de protección social que permita enfrentar los desafíos de un mundo cambiante”.
Sobre la Caja Militar el representante de los trabajadores en el directorio del Banco de Previsión Social (BPS), Ramón Ruiz, alertó que los militares tienen “algunos privilegios, que no se tocan” en el proyecto. En declaraciones a La Diaria Ruiz puso como ejemplo a las comparativas. Esto significa que, por ejemplo, si un coronel se jubila por determinado monto pero hay otro militar jubilado del mismo rango que gana más, se le equipara con la remuneración más alta.
Modifica el proyecto algunas de las edades de retiro, en particular para el personal subalterno, aunque mantiene las previstas para el resto incluidas en la ley de reforma de 2018. En este sector la situación se mantendrá incambiada por 10 años dado que recién en 2033 comenzarán a retirarse los primeros militares con la reforma.
Se sabe que entre los militares provoca mal humor el simple hecho de mencionar una posible reforma que les pueda, aunque más no sea, suavizar alguno de sus privilegios. La semana pasada la revista Caras y Caretas publicó que hay cierto malestar entre una parte de la oficialidad, que incluso habría llevado a desconocer la autoridad del Comandante en Jefe del Ejército, motivado entre otras cosas por la posibilidad de recorte de algunos privilegios. Una lectura al proyecto, sin embargo, no permite afirmar que haya cambios profundos en ese sentido.
Desigualdad de género
El proyecto, además, no toma en cuenta las desigualdades de género producto, entre otras cosas, de las diferencias en los cuidados, ni tampoco se propone mejorar el sistema. El FA durante sus años de gobierno, pero en particular en su tercer periodo, apostó, con la creación del Sistema Nacional Integrado de Cuidados a mitigar estas inequidades mediante la actuación responsable del Estado y las familias. Este aspecto no es tomado en cuenta en la reforma propuesta por la coalición de gobierno.
Tampoco se toma en cuenta la situación de la infancia, los cambios en el mundo del trabajo, las transformaciones sociales que se desarrollan de forma acelerada, las desigualdades de género, las nuevas formas de familia, la política de cuidados, el surgimiento de nuevas modalidades de empleos precarios, realidades a la cuales el gobierno da la espalda, afirma el FA.
Para tener una idea de cómo se traducirá la reforma en el bolsillo del trabajador que se jubila hay que recordar el ejemplo que manejó con anterioridad el representante de los trabajadores en el Directorio del BPS, Ramón Ruíz: “En 2043 (primer año de aplicación plena del sistema propuesto), alguien que bajo el régimen actual se jubila con $ 36.000, con esta reforma se jubilará 5 años más tarde con $ 28.000 (unos $ 8.000 menos)”.
“Es una reforma que arrastra para el futuro formatos del pasado”, subraya el documento.
Alerta que la reforma en ciernes apunta a la restricción de la libertad del individuo ya que obliga a afiliarse al régimen de Afaps a franjas asalariadas que hoy lo deciden de forma voluntaria y transfiere facultades excesivas al Poder Ejecutivo en un sistema que resta garantías.
“Se plantea una transición larga, pero muchos de los impactos de la reforma previsional empezarán al otro día de promulgarse e impactarán de inmediato en los derechos de las personas”, advierte.
No obstante la oposición al proyecto del Poder Ejecutivo, el Frente Amplio considera que una reforma se hace necesaria a fin de atender las carencias del sistema, los cambios en la sociedad y propender a su sostenibilidad por un largo periodo. En ese sentido recuerda que en los últimos dos años la fuerza política desarrolló “un trabajo riguroso, responsable y unitario a cargo de más de treinta expertos en Seguridad Social, que nos permitieron desarrollar insumos que compartimos con el conjunto de la sociedad pese a la no convocatoria a ámbitos de diálogo”.
Y concluye anunciando que se inicia “un proceso de debate a lo largo y ancho del país en el que las y los expertos, nuestras legisladoras y legisladores, dirigentes sectoriales y de base, recorrerán cada comité de base del país para construir en conjunto una posición que nos permitirá llegar al Plenario Nacional del próximo 26 de noviembre con el aporte del Frente Amplio al intercambio que se desarrollará en la sociedad uruguaya”.
“La reforma necesaria requiere sustentabilidad financiera y social. Cuenta nuestro país con el Frente Amplio para aportar en ese camino a la reforma que Uruguay necesita”, finaliza.
Murro: “Se reduce lo que se invierte en la gente”
“Esta reforma sólo apuesta a reducir los egresos, el gasto en las jubilaciones y pensiones en Uruguay. Se va a reducir lo que se invierte en la gente, porque acá no hay gastos raros e irregulares”, afirmó el ex ministro de Trabajo y Seguridad Social y ex presidente del BPS, Ernesto Murro.
Para Murro, quién integró la Comisión de Expertos en representación del Frente Amplio, una reforma de la seguridad social es necesaria, pero no ésta. “Rechazamos esta reforma jubilatoria tanto por lo que contiene como por lo que excluye”, dijo.
En diálogo con el programa “A la izquierda late el corazón”, emitido por CX 40 Radio Fénix, Murro convocó a “buscar otras fuentes de financiamiento del sistema previsional, cómo se está haciendo en otros países desde hace décadas. Acá no solo no se está haciendo eso, sino que hay trabajadores que no van a aportar o que van a aportar a su ahorro individual en las AFAP”.
“El sistema actual que rige desde 1996 es un sistema qué es voluntario para el 80% de las personas, con la ley vigente el 80% de las personas no tiene obligación de afiliarse a las AFAPs. Con este proyecto de ley será obligatorio para todo el mundo, cualquiera sea el salario”, advirtió.
Reiteró que el proyecto de la coalición de derecha “restringe libertades porque hasta ahora las personas elegían si se afiliaban o no y ahora pasa a ser obligatorio cualquiera sea la caja a la que uno esté afiliado o el salario. Es un cambio importante, ya que va a obligar a la gente a aportar parte de su salario a una administradora privada”.
Un camino sostenido hacia los cambios
El FA en el documento presentado el pasado lunes, hace un repaso de las medidas adoptadas en los 15 años de gobierno para mejorar la seguridad social. Recuerda que desde la llegada del FA al gobierno se inició un camino con sucesivas reformas que “nos permitió abordar desde una concepción integral problemas que el país tenía planteado luego de la crisis y décadas de postergaciones. Políticas para formalizar el empleo, especialmente en el sector doméstico y rural, el Sistema Nacional Integrado de Salud, como parte de un proyecto de país”.
Precisa que en 2007 se aprobó el nuevo régimen de asignaciones familiares, en 2008 una reforma del Servicio de Retiros y Pensiones Policiales y otra de la Caja Bancaria, luego de procesos participativos.
Se aprobó la ley que flexibilizó las condiciones de acceso a las pasividades, favoreciendo a decenas de miles de trabajadoras y trabajadores, perjudicados por décadas de informalidad y exageradas exigencias como los 35 años de trabajo que rigieron entre 1996 y 2008.
“En 2017 se aprobó la solución al régimen de los llamados “cincuentones” y topes máximos a las ganancias de las AFAPs. En 2019 aprobamos una reforma del Servicio de Retiros y Pensiones Militares y propusimos un impuesto a las altas jubilaciones militares, que no fue aprobado por no contar con los votos de los partidos de la coalición y del diputado Darío Pérez”.
“Los cambios permitieron mejorar la equidad, la sostenibilidad financiera y mejorar las condiciones de vida de miles de uruguayas y uruguayos, con un manejo responsable de las cuentas públicas y centradas en la dignidad de las personas”, subraya.
Sin embargo, en esos años el “mundo cambió y los cambios nos presentan nuevos desafíos. Uruguay necesita un debate riguroso y profundamente democrático”.
“Nuestra fuerza política desarrolló en los últimos dos años un trabajo riguroso, responsable y unitario a cargo de más de treinta expertos en Seguridad Social, que nos permitieron desarrollar insumos que compartimos con el conjunto de la sociedad pese a la no convocatoria a ámbitos de diálogo”, concluye.
Foto de portada:
El Club Arbolito en el corazón de La Teja, repleto, donde se habló de la reforma jubilatoria y se homenajeó al ex presidente Tabaré Vázquez. Foto: Mauricio Zina/ adhocFOTOS.