La diputada de Unidad para los Cambios, 1001, Frente Amplio, Ana Olivera reflexionó junto a EL POPULAR sobre la historia y el presente del PCU.
-¿Qué significa para Ana Olivera, una militante de tantos años, este aniversario 102 del Partido Comunista de Uruguay (PCU)?
Eso de tantos años (risas), pero es verdad, son tantos años. En primer lugar, existe la tendencia a decir que estamos en un momento histórico y usarlo como un latiguillo, pero no es un lugar común hablar de este año como un punto de inflexión para el movimiento popular, para la sociedad uruguaya y para el PCU. En lo personal el 102 aniversario me encuentra en momentos de muchísima reflexión, mirando para atrás y planteándome el futuro, por muchas razones, porque venimos de un muy buen congreso del PCU, de un proceso de acumulación del 100 aniversario, que tiene que ver con lo que fue la pérdida del gobierno por parte de la izquierda, con cómo sentimos el cimbronazo y cómo nos sentimos responsables. Tiene que ver en lo personal con asumir un rol distinto y encontrarme con una tarea que nunca había desarrollado: la tarea parlamentaria y entender cuál es el rol del Parlamento y la caja de resonancia. En momentos que somos oposición y la derecha planta desde el primer día todo su programa sobre la mesa. Uno siempre asume las responsabilidades con mucha conciencia, pero en este caso, después de muchos años de tarea ejecutiva, también con mucha inexperiencia, aunque parezca mentira.
-No es lo mismo el Parlamento que el Ejecutivo.
No es lo mismo, con todos esos años sobre los que hablaste, no es lo mismo. Hay que hacer un enorme esfuerzo para poder representar los intereses que debes representar y sabiendo que muchas veces lo que vas a lograr es mitigar y no transformar, como cuando estás en una tarea ejecutiva. Transformar, dar respuesta, en los 25 años de tarea ejecutiva me tocaron todos los sueños del pibe como comunista. Me toco ser parte del proceso de descentralización que tanto habíamos soñado los comunistas y que muchos pensaron que no nos gustaba cuando siempre fue todo lo contrario. Fuimos protagonistas de su redacción desde sus inicios, con nuestra concepción de protagonismo popular, de desarrollo de la participación organizada. Tener la posibilidad de ser intendenta cuando por primera vez elegimos municipios y gobiernos locales. Ser parte del Mides en momentos que la lucha contra la pobreza y la desigualdad era bandera cuando asumimos en el 2005. Ahora estamos en una etapa bien distinta, cuando ellos despliegan todo su programa y hay que buscar cuál es la mejor manera de generar la conciencia de que es otro proyecto de país y que eso va contra los intereses de las mayorías. Entonces, dentro de lo terrible que es la LUC, la oportunidad de participar de la comisión, de dar la pelea y ser parte de todos los apoyos necesarios para enfrentar esa ley, tanto en la recolección de firmas, como en el voto por la derogación de los 135 artículos de la LUC. También me ha tocado un rol vinculado con los temas presupuestales y asumir una visión más nacional y menos montevideana de la construcción de la vida social y económica del país. Una visión muy de fondo que definimos como neoliberal, pero no desnudamos todo su contenido y que queda en evidencia. He insistido mucho en lo que significa el presupuesto para la vida de los uruguayos, porque el presupuesto como en la LUC, refleja los dos proyectos de país, mucho más cuando hay un sector muy minoritario que se la está llevando a paladas y donde la mayoría del pueblo uruguayo está sufriendo las consecuencias de un proyecto que no apuesta ni a luchar contra la pobreza que genera, ni generando puestos de trabajo. Tampoco contra la desigualdad, por eso es tan importante la consigna de este 102 aniversario: No mirar para el costado y tomar Partido en la lucha contra la desigualdad. Cómo les explicaba a los compañeros de la coordinadora H, no es que no pueda hablar de estos temas, a veces me llaman de algún programa, estoy en la columna de EL POPULAR y hablo de estos temas. Me toco hacer el informe en minoría, pero ¿cuánta gente se enteró de la propuesta del FA? Es cierto es una hora, muy largo, pero ahí estaba resumido el trabajo de una bancada que trabajo mucho. Igual no logramos romper los mármoles del Palacio, no logramos trascender y no es que el Frente no se lo plantee. Antes de entrar en debate realizamos jornadas en todo el país, hablando de que era lo que se venía, relacionado con nuestra vida cotidiana. Tampoco las barras del Parlamento estaban llenas, ni había miles escuchando nuestro debate de cinco días que se podía ver. Nos cuesta mucho llegar y la mejor manera de trascender es lo hecho con la LUC: hablar mano a mano con la gente. Es el Frente Amplio Te Escucha, es lo que el Comité Araújo en el medio del Borro hace, en vez de convocar a la gente, va a la plaza y hace jornadas los sábados conversando mano a mano con la gente. Además se escucha y también se dan explicaciones de muchas cosas. Ahí te das cuenta como hay una cantidad de temas que vemos como sustantivos pero están encapsulados, en una burbuja propia.
-¿La gente no lo toma como propio?
Ni siquiera se enteran que está en debate, tenemos todo el proyecto de país de ellos, como la derogación de la Ley de Medios. Ahora si voy allí y hablo de eso la gente no siente que la afecta, aunque lo hace y mucho. Está la Ley de Negociación Colectiva, el Proyecto Neptuno, están los temas de la pérdida de soberanía, los temas de la Vivienda en el Presupuesto, luego se verá alguna cosa en el 2024, donde seguramente hay mucha plata puesta para el carnaval electoral. Conversar en un lenguaje llano de cómo todas estas cosas te afectan, es una de las tareas que tenemos los comunistas y los frenteamplistas. Un tema muy sentido y que en el congreso tuvo centralidad, fueron las políticas de género y el feminismo. Nunca como en este congreso tuvo tanta presencia y no porque sea la primera vez, ni porque sea una moda. Cuando me dicen eso pongo sobre la mesa el XVII Congreso del PCU y la orientación especifica de trabajo hacia las mujeres que plantea en su informe Rodney Arismendi. No es solamente Julia (Arévalo), no es solo nuestro rol en el voto femenino, ni nuestro trabajo en el movimiento sindical, es mucho más que eso. Venimos de lejos en la elaboración teórica, eso se palpo en el magnífico congreso que tuvimos no hace tantos meses. Pero aparte dicho congreso cerró una etapa muy importante de acumulación. Lamentablemente perdimos la elección y simultáneamente con eso la 1001 creció enormemente, justamente con el rol del Partido y la personalidad política. Algo que nuestra teoría nunca negó, el papel que jugo nuestro compañero Andrade, porque hay que mirar todo el panorama, porque es parte del proceso de acumulación. Eso permitió que otros sectores se acercaran, una serie de alianzas con mucha amplitud y posibilitó una representación parlamentaria que hacía mucho tiempo que no teníamos. No me imagine nunca estar en este lugar, porque la militancia es una concepción de vida y por lo tanto no me había imaginado en absoluto estar aquí. Tenía otro proyecto que estaba más vinculado al movimiento social, en el cual he militado durante muchos años. Y hoy tiene un rol fundamental a jugar. Ese es el marco de este 102 aniversario, un proceso en el que el Partido está creciendo, donde las alianzas están creciendo, donde tenemos enormes perspectivas de crecimiento con la 1001. En la nueva responsabilidad que tengo al frente de Unidad Política con un fuerte componente colectivo, teniendo una visión nacional sin caer en el centralismo metropolitano. Este 102 es un punto de inflexión en la vida de nuestro pueblo, en la vida del FA que está en el marco de un plan político de fortalecimiento, también en el estado de ánimo, que nos permite seguir avanzando y militando en el lugar que a cada uno nos toque. Creo que estamos en un proceso de acumulación y crecimiento que nos permite plantearnos el lanzamiento de una hermosa campaña de afiliación a nuestro Partido. Como escribió Carlos Chassale, en su poema “Profesión de fe”: “Si no tuviera enemigos no tendría amigos, nadie es fraterno con los eclécticos. No creo en los corazones fuertes, ni en las almas grandes, ni en la serenidad perpetua. Hay corazones débiles, almas inmensas y serenidades impresionantes en muchos de los más locos, de los más geniales cuerdos. Yo tomo partido hasta cuando se discute la orientación del viento”.
Victoria Alfaro
Foto de portada:
Apertura del XXXII Congreso del Partido Comunista de Uruguay en mayo pasado. Foto: Javier Calvelo/ adhocFOTOS.