Paola Beltrán
Día a día asistimos con incertidumbre a una cuenta regresiva que nos lleva a una situación impensada para la mayoría de la población, anunciada tanto por autoridades del Frente Amplio en el Directorio de OSE como por la academia, sobre la sequía y sus consecuencias en el suministro de agua.
Incapacidad
Mientras en febrero, el ministro de Ambiente, Robert Bouvier, decía, luego de reunirse con el presidente de OSE, Raúl Montero, el secretario de Presidencia Álvaro Delgado, que “aunque hay un déficit hídrico importante, la situación está controlada”, el integrante del Directorio de OSE por el Frente Amplio (FA) Edgardo Ortuño, declaraba que era necesario tomar medidas ante el avance de la sequía y el impacto en las reservas de Paso Severino. En ese entonces se lo acusó de generar alarma.
A fines de marzo, Montero, expresaba que si bien había preocupación esperaban que la llegada de las lluvias resolviera el problema, a pesar de que no había pronósticos favorables que apoyaran esta confianza en que la naturaleza jugaría a nuestro favor.
El 4 de mayo, apenas unos días después de las declaraciones de Montero, el Ministerio de Salud Pública (MSP) autoriza, a pedido de OSE, de forma excepcional, el aumento de cloruro y sodio en el agua que se brinda a la población y pasamos del agua potable al agua “bebible”.
Seis días después el FA presentó una minuta en el Parlamento con una serie de propuestas para atender la situación y recibió la negativa de los parlamentarios del oficialismo.
Recién el 19 de junio el Presidente, en conferencia de prensa, declara la “emergencia hídrica” y toma algunas de las propuestas del FA como la quita del IVA e IMESI al agua embotellada y el 27 de junio el MIDES expande la cobertura de la entrega de dinero vía TUS incluyendo a las jubilaciones más sumergidas, otra de las propuestas del FA, para afrontar el costo extra que implica la compra de agua embotellada.
También se anunciaron obras, como señalamos en la nota “Agua imbebible” de la edición anterior de EL POPULAR, que Ortuño había mencionado en febrero como necesarias para evitar llegar al punto sin retorno, a corto plazo, que tenemos hoy. Obras que se iniciaron tarde y que costarán más de lo previsto y que, más allá de que son necesarias, ya no cumplirán el objetivo de evitar caer en la situación de “agua sanitaria”.
Un apretado resumen que deja al descubierto la negativa del gobierno a realizar las inversiones necesarias a tiempo.
Las lluvias no llegan
Según Mario Bidegain, asesor del Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), las lluvias que se necesitan para que no haya más mezcla con agua salada llegarán recién en tres meses.
El Presidente anunció que se informará con anticipación a la población el momento en que el agua pase a ser “sanitaria”, es decir, que solo sirva para el baño y poco más.
La cuenta regresiva se vuelve caótica: falta una semana, faltan dos días, ya estamos en ese punto y no se informó. No hay claridad, solo incertidumbre.
Según los datos que publica OSE sobre la cantidad de sodio y cloruro del agua que actualmente llega a Montevideo y Canelones, partiendo de que la autorización del MSP es de 720 de cloruro y 440 de sodio, muestran que ya estamos arriba de lo permitido. OSE presenta promedios por lo que en todos los casos hay picos superiores dentro de las varias tomas diarias que realiza el ente.
En este sentido, la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU) manifestó en un comunicado que “la complejidad para la producción del hormigón (en particular el que se mezcla en obra) radica, esencialmente, en construir confianza sobre la certeza de los datos, que varían en forma constante, no solamente entre las líneas de bombeo que trasladan el agua desde la planta potabilizadora, sino en los valores, no siempre coincidentes, que se comunican a la población desde los diferentes espacios del Estado.”
Medidas tardías
EL POPULAR consultó al presidente de FFOSE, Federico Kreimerman, sobre las medidas anunciadas en distintas etapas por el gobierno y la marcha de las mismas.
En la primera quincena de junio, ya va a ser un mes, OSE anunció la contratación de una empresa de software, «Sonda», para crear una aplicación con código QR que iba a facilitar la distribución y el acceso en los comercios al agua embotellada. Sobre esta medida, Kreimerman explicó que “es una medida que los trabajadores nos enteramos por los anuncios de los medios de prensa y hasta ahora no hemos visto absolutamente ningún resultado, de hecho, las declaraciones del Mides son de que están dando a la gente vales para que canjee dinero a cambio de agua embotellada, no hay novedad del uso de una aplicación”
Delgado anunció el 16 de mayo, que se había habilitado una planta envasadora de agua en sachet. Según FFOSE “recién ahora lo están implementando por los datos que tenemos, demoraron en tenerlo previsto. La OSE tiene, nos consta, la posibilidad de hacer eso. No está claro a quién sería dirigida, no han dicho si va a determinados barrios o es para asegurar agua a las escuelas”
Con respecto a la obra en el río San José que estabilizaría las reservas de Paso Severino y estaría pronta en un mes, anunciada por Lacalle Pou el 19 de junio, Kreimerman la señaló como “el mejor ejemplo de demostrar lo totalmente improvisado que se ha manejado la crisis del agua, eligieron ahorrar las inversiones que terminaron haciendo porque la realidad se impuso”.
“El Presidente afirmó que iba a estar pronta en treinta días y que costaba unos 20 millones de dólares y finalmente, hace dos o tres días, las empresas constructoras anunciaron que la obra como rápido les iba a llevar sesenta días y que su coste iba a ser al menos 37 millones de dólares. Eso ocurre cuando se hacen las cosas de manera totalmente improvisada”, afirmó.
Sobre las reparaciones de las roturas, en su momento, FFOSE expresó que no se podían atender debido al recorte presupuestal y la falta de funcionarios. Al respecto informó que “se ha mejorado muchísimo a costa de compensaciones económicas a los trabajadores y como contracara se están sustituyendo la falta de personal con una sobrecarga laboral. Se han bajado (las roturas de cañería), sigue siendo importante el número de arreglos pendientes, pero se bajó casi a la mitad. Eso implica turnos de doce horas, fines de semana, esta es la contracara de la falta de personal” y agregó que en OSE “sigue sin entrar un solo funcionario nuevo”.
“Todas estas medidas que estamos mencionando, al igual que la perforación de pozos, son focalizadas y resuelven problemas muy específicos como el agua para un hospital o para las escuelas”.
En relación con la afirmación de Lacalle Pou sobre que se informaría a tiempo a la población en caso de que el agua deje de ser bebible, indicó que “nos consta que en Paso Severino ya estamos a nivel del propio caño de válvula que pasa el agua de un lado a otro. También es importante saber eso, que esa válvula, que es la que permite que el agua fluya de la reserva hacia el río, no está en el piso del río, o sea que cuando Presidencia informa que queda un millón y algo de metros cúbicos de agua; no es que se va a llegar a cero: hay un momento que el agua deja de pasar”.
Para terminar, es importante señalar la operación comunicacional que lleva adelante el gobierno y como ejemplo tenemos la reciente encuesta publicada por FACTUM, el 4 de julio sobre la percepción de la ciudadanía sobre la crisis. El 63% de la población entiende que la gestión del Presidente y el gobierno de la crisis es mala o muy mala; solo un 30 % la valora como buena.
Foto de portada:
Trabajos de extracción y distribución de OSE en la perforación realizada en el Parque Batlle en Montevideo el martes pasado. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS.