Una ola de deportaciones de ciudadanos sirios por parte de Turquía ha sido denunciada por la agencia de noticias ANHA.
De acuerdo al medio de prensa, hasta la fecha “más de 22.000 refugiados han sido deportados al cantón ocupado de Girê Spî”.
Las deportaciones, añade el medio de prensa, se producen como parte del nuncio que realizaran las autoridades turcas a principios de abril de 2022, cuando decidieron “que un millón de personas serían deportados a las zonas ocupadas de Siria”.
El flujo de estas deportaciones se ha acelerado y tiene como objetivo asentar a los mismos en las zonas ocupadas por el Estado turco en el norte de Siria.
El aumento de las deportaciones persigue como fin, denuncia el medio de prensa “cambiar la estructura demográfica de la región” y avanzar así en el proceso de “su turquificación”.
Consultado por la agencia de noticias, el co-presidente adjunto del Consejo Cantonal de Girê Spî, Heza Mihemed, alertó sobre los efectos negativos de esta “política de reasentamiento” y sus impactos en “el cambio demográfico de la región”.
Para Mihemed “el estado turco estaba deportando a los refugiados sirios como parte de un plan (…) para asentarlos en las casas y propiedades de las personas desplazadas por la fuerza que emigraron debido a la ocupación turca del cantón tras la agresión del 9 de octubre de 2019”.
Denunció, además que tanto el estado turco, como “los mercenarios aliados estaban implementando planes para sembrar una ideología extremista e imponer asentamientos extranjeros en cooperación con las asociaciones de la Hermandad Musulmana de Kuwait y Qatar”.
En sus declaraciones a la agencia de noticias, Mihemed “pidió a las fuerzas internacionales que intervengan para detener la política turca de deportar a los refugiados sirios y asentarlos en los territorios ocupados en detrimento de la población desplazada por la fuerza, y trabajar para garantizar su regreso seguro a sus hogares y pueblos tras el fin de la ocupación”.