Mientras el ex mandatario de la Casa, Donald Trump, se queja por la suspensión por dos años que aplicara la red social Facebook a su cuenta, se confirmaba en Estados Unidos un nuevo caso de espionaje a periodistas durante su mandato.
El caso denunciado afecta a 4 periodistas del periódico New York Times, sobre los que se aplicaron medidas de escuchas telefónicas, que fueron registradas de forma ilegal y secreta.
Durante la investigación desarrollada por el Departamento de Justicia, señala el Times, fueron confiscados los registros de correos electrónicos de los periodistas, sin que ello arrojara resultados relevantes.
Según el Times, por las fechas y los periodistas involucrados, la investigación que llevaban adelante “culminó en un informe sobre distintas investigaciones en las elecciones del 2016 y el manejo que dio el ex director del FBI, James Comey, a esta información”.
“La incautación de los registros telefónicos de los periodistas socava profundamente la libertad de prensa (…) amenaza con silenciar las fuentes de las que dependemos para brindar al público información esencial sobre lo que está haciendo el gobierno”, afirmó Dean Buquet, editor ejecutivo del New York Times, en un comunicado.
Lejos de lo que pueda pensarse, el hecho de espiar de forma ilegal a periodistas norteamericanos, durante el mandato de Trump, no es aislado.
Anteriormente, por ejemplo, la cadena de noticias CNN, denunciaba que “durante el 2017 se registraron escuchas y correos electrónicos del corresponsal de la cadena en el Pentágono”.
El indicador que funcionaba como una suerte de “luz verde” para iniciar acciones de este tipo, era que los periodistas estuviesen realizando notas o investigaciones sobre Rusia y otras agencias federales de los Estados Unidos.
En correspondencia con este “modus operandi” y como constatación del mismo, el pasado mes de mayo, varios reporteros del Washington Post, vinculados a notas sobre el FBI y Rusia, fueron notificados sobre registros telefónicos y escuchas ilegales.
Aunque en Estados Unidos, la legislación vigente permite y autoriza la obtención de llamadas bajo orden judicial y sin que sea necesario notificar a los periodistas, las pautas para ello fueron restringidas durante la administración de Obama.
En dicho período, “se intentó establecer pautas más estrictas y revisadas en este tema”.
A pesar de ello, el Director del Departamento de Justicia, “sigue teniendo una gran libertad para revisar las comunicaciones de periodistas y mantener en secreto esa información”.
Las organizaciones que agrupan a los reporteros y periodistas han declarado que el carácter de “secreto” que se le otorga a estas investigaciones, “afecta el privilegio de la fuente del reportero y las protecciones” para el periodista.