Lo que el Referéndum nos dejó

“El aporte de los y las jóvenes a la campaña ha sido fundamental: Seis de cada diez jóvenes votaron que Si”.

La elección del domingo pasado nos deja una nueva situación política en nuestro país, con un gobierno que se muestra más débil, con un campo popular que se muestra más unido y movilizado que antes, y con los mismos problemas que el gobierno no va a resolver.

Lo primero que hay que señalar de esta elección es que aquí nadie se va para su casa, más bien todo lo contrario, se sigue mostrando que el camino es el de la lucha organizada contra las políticas neoliberales que este gobierno busca seguir ejecutando. Se volvió a demostrar que no hay organización más capilar, que exista en todos los barrios, en todos los pueblos, en todas las ciudades, como la que tiene la izquierda uruguaya. Los sindicatos, los comités de base, las cooperativas, siguen siendo esa semilla de organización popular frente a los poderosos. Unir, articular esas experiencias políticas y sociales era una de las tareas principales que tenía este referéndum. Y podemos decir que hoy nos encontramos en una mejor situación que hace dos años, porque más allá de victorias o derrotas coyunturales la principal síntesis que debemos hacer de este proceso es el aumento de los niveles de unidad en el tejido social uruguayo, sumado a un incremento en la participación en las principales organizaciones que impulsaron este proceso, embrión de cualquier gran conquista. En ese sentido, podemos afirmar que se ha construido una formidable plataforma desde la cuál seguir edificando una alternativa, para vivir de otra manera, para, como decíamos en nuestro último congreso, generar protagonismo popular y tomar la iniciativa contra los intentos de empobrecer nuestras vidas.

La militancia no ha sido en vano, consiguió que el gobierno tenga que discutir su ley frente a toda la ciudadanía. Las diferencias han sido mínimas, y es que el pueblo uruguayo entendió que estos artículos van contra sus intereses. Gracias a todo ese esfuerzo ahora es claro que a pesar del relato que nos quisieron vender este tiempo, las políticas del gobierno no son ni han sido populares, y la gente lo ha entendido así. Más de la mitad de las personas que fueron a votar no respaldaron a la Ley de Urgente Consideración (LUC). Con todo a favor, los recursos institucionales, los medios de comunicación, el gobierno no pudo mejorar su votación de la segunda vuelta electoral de 2019, y también tienen claro que su imagen se va a seguir debilitando a medida que continúen con su programa de gobierno, que es dañino para las grandes mayorías nacionales. Nosotras en cambio, hemos podido consolidar un método de militancia y un apoyo popular que las encuestas parecían obviar.

Sin dudas el aporte de los y las jóvenes a la campaña ha sido fundamental. Jóvenes por el Si, encontró militando a cientos de jóvenes al servicio de las mejores causas de nuestro pueblo. No es menor que las principales caras visibles de la campaña hayan sido mujeres, valiosas compañeras que se destacan en el ámbito sindical y estudiantil. Reconocer estos liderazgos juveniles no es un aporte menor. Tampoco es menor el aporte en votos que hizo la juventud en su conjunto. Seis de cada diez jóvenes votaron que Si, eso nos brinda mucha satisfacción porque es parte del trabajo reflejado y porque nos muestra que los discursos que los jóvenes y las jóvenes no nos involucramos son una mentira. Esta es una muestra más de que sabemos dónde pararnos y quiénes son aquellos que nos perjudican con sus políticas.

Lo segundo que nos deja esta elección es la certeza de que los problemas siguen ahí, y que nos encontrarán rebelándonos frente a las injusticias que este gobierno busca aplicar. Con o sin los 135 artículos de la LUC, este gobierno piensa gobernar para los poderosos de siempre. Para muestra solo falta un botón, en estos días posteriores al referéndum hemos visto algunas cifras que señalan la acción del gobierno. En seguridad comienza a caer el relato de la maravillosa gestión y la disminución del delito, en el primer trimestre del año los delitos han aumentado más de un 40% respecto al año anterior. Por supuesto que tampoco esperaron demasiado tiempo para anunciar un aumento en los precios de los combustibles, uno más y van. También conocimos las cifras de pobreza, que señalan que en el segundo semestre de 2021 volvió a aumentar la misma. Parece que hay crecimiento económico, pero no se nota mucho en el ingreso que tienen las familias.

Los problemas siguen ahí, y no solo eso, sino que el gobierno se plantea profundizar su programa conservador. Ya lo anunció el presidente, van por las jubilaciones de los viejos y viejas, van por una reforma educativa de espalda a los actores que hacen a la educación.

Es por eso que tenemos que reafirmar al bloque social y político que sale fortalecido de la etapa de referéndum para luchar contra estas injusticias. Ellos muestran mala cara, están decididos a profundizar el ajuste, pero acá se ha demostrado que tenemos un pueblo insumiso, rebelde, que se planta frente a quienes quieren que veamos lo mejor de nuestras vidas por la ventana. Porque no son palos en la rueda, es cumplir con los preceptos democráticos de alzar nuestra voz ciudadana frente a lo que está mal. Ellos ya saben, más de un millón de votos se lo hicieron ver, a pesar de que busquen negarlo, el abajo se mueve y muy fuerte.

Es claro que los desafíos que tenemos por delante son inmensos. Como decíamos en anteriores publicaciones, el resultado del referéndum no nos quita la certeza que debemos seguir peleando para pensar un modelo de país que incluya a las jóvenes.

Debemos ir a una confluencia programática que aglutine a las grandes mayorías de este país frente al programa que buscan ensanchar las ganancias de los poderosos. Es imperioso, mantener como síntesis del trabajo hecho en el referéndum el trabajo unitario de organizaciones sociales y políticas que dan vida al tejido comunitario que existe en los distintos barrios y localidades, ese va a ser nuestro gran logro.

También es tiempo de seguir sosteniendo la emergencia de liderazgos juveniles que permitan traer esas voces al espacio público, así como fortalecer nuestras organizaciones juveniles.

En definitiva, es tiempo de seguir luchando para construir ese Uruguay en dónde, al decir de Tabaré Vázquez: Nacer no sea un problema, ser joven no sea sospechoso y envejecer no sea una condena.

UJC

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