Héctor Meme Altesor, cayó combatiendo por la libertad de Nicaragua, el 16 de julio de 1979. Meme era militante de la UJC e integró un contingente de uruguayos y latinoamericanos que fueron a contribuir a la lucha contra la dictadura de Somoza.
A 43 años de su muerte EL POPULAR lo recuerda reproduciendo una entrevista realizada a su hermano, recientemente fallecido, Iván Altesor:
«Héctor Meme Altesor, estaba casado, tenía un hijo Diego y una hija de pocos meses, Paula, tenía 32 años. La represión de la dictadura lo llevó, junto con parte de su familia, a exiliarse en Cuba. Su padre Alberto, dirigente del PCU, estuvo preso largos años, de hecho estaba preso cuando su hijo cayó en Nicaragua.
Ante el llamado del Frente Sandinista a la solidaridad internacional para derrotar a la dictadura de la familia Somoza, que durante más de 40 años asoló ese país hermano, varios latinoamericanos se integran, entre ellos varios uruguayos, militantes del PCU, la UJC y el MLN, entre ellos Héctor e Iván Altesor.
Héctor, usando el seudónimo de Pedro, combatió en el Frente Sur y tres días antes del triunfo sandinista fue abatido en un combate contra la Guardia somocista.
Luis Alpuin, es otro militante de la UJC que murió en Nicaragua.
EL POPULAR ha publicado varias notas, todos los años, sobre Meme Altesor. En un homenaje, realizado por el PCU en 2017, Iván se decidió a escribir por primera vez sobre su hermano. Esa carta fue publicada íntegra en nuestra edición 394 y está ahora disponible en nuestro portal.
Este año EL POPULAR contactó a Iván, que vive en México y este es el resumen del diálogo sobre Meme Altesor, sus ideas, su lucha, su vida.
-Comencemos, ¿dónde estaban y cómo llegan a Nicaragua?
-Nosotros, como creo que ya sabes estábamos en Cuba los dos, desde agosto de 1978, ahí apareció a través de los cubanos y del Frente Sandinista la posibilidad de que latinoamericanos, uruguayos en este caso, pudiéramos incorporarnos al Frente Sandinista, particularmente al Frente Sur. Cuándo nos hicieron la propuesta no hubo ninguna duda de aceptar, de decir que ahí estábamos. Estuvimos en Cuba, en un lugar, preparándonos un poco para esa nueva situación que íbamos a vivir. Luego volamos a Panamá, estuvimos en una casa, por supuesto con el visto bueno del gobierno de Torrijos. En un aeropuerto militar volamos en un avión, que yo lo veía y no sabía si iba a levantar vuelo porque era una cachila vieja y un gordo que parecía un carnicero y no un piloto. Lo cierto es que volamos sin ningún problema, era un vuelo no autorizado, sin luces, pasamos sobre San José (capital de Costa Rica) y aterrizamos en un aeropuerto que se prendió con antorchas y no más tocamos tierra se volvió a apagar. Era en un pueblo llamado Liberia, a unos pocos kilómetros de la frontera con Nicaragua. Éramos unos 30, los uruguayos comunistas y del MLN y chilenos, que eran comunistas y socialistas. Nos subieron a un camión, como de carga, y viajamos por tierra de noche, en un momento paró el camión y caminamos, al amanecer aparecieron una serie de soldados del Frente Sandinista, con sus brazaletes rojos y negros, estábamos cerca de un pueblo que se llama Peñas Blancas, en una zona que ya era controlada por el Frente.
Hubo saludos, con algunos jefes, estaba Edén Pastora y otros jefes de ese Frente, que se llamaba Frente Sur Benjamín Zeledón. Había una gran cantidad de muchachos, la mayoría nicaragüenses claro, pero también centroamericanos, sin mayor conocimiento de nada.
-¿Qué tareas cumplieron en el Frente Sur?
-A los tres compañeros comunistas uruguayos, el Meme entre ellos, y a los chilenos, nos dieron la tarea de impartir alguna instrucción básica a esos chicos y organizar algunas pequeñas unidades de combate para, posteriormente, pasar al frente.
El Frente Sandinista desde mayo o principios de junio ya dominaba una franja de territorio importante, lo que fue básico para el triunfo, porque por allí entraban los abastecimientos, tanto de alimentos como de armamento, etc., que le suministraban distintos países de la zona. En ese momento varios países habían reconocido al Frente Sandinista y a la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, que ya se había constituido y tenía sede en Costa Rica, como fuerza beligerante. Por lo tanto, trataban al Frente Sandinista como si fuera un Estado más, entonces llegaba todo eso por allí. Esto fue básico, particularmente para el Frente Sur, que en ese momento era la zona más dura de la guerra, porque el dictador (Somoza, cuya familia llevaba 40 años en el poder en Nicaragua) por sus broncas con Costa Rica, quería a toda costa recuperar el territorio. Entonces la dictadura tenía concentradas importantes tropas y atacaban de manera constante, con aviones, helicópteros, artillería, morteros fundamentalmente, que fueron de las cosas que más bajas le causaron a las fuerzas sandinistas.
Estuvimos trabajando en la preparación de estos jóvenes y haciendo trincheras, porque a la zona de Peñas Blancas llegaban constantemente los aviones y helicópteros. Hacíamos simulacros de movilización hacia el frente, hasta que un día marchamos hacia el frente con las unidades que habíamos ayudado a construir.
Un día, al anochecer me llaman para que baje al puesto de mando, y me da la impresión que al Meme, mi hermano también, de eso me enteré después, y nos reubican en otros lugares del mismo frente.
En esos momentos el Frente Sandinista combinaba acciones guerrilleras con una defensa cerrada de esa franja de territorio que ya tenían controlada.
Yo me voy a otro pueblito muy pequeño, cercano de Piedras Blancas, donde estaba la comandancia del Frente Sur, se llama Sapoá, estuve una noche reunido con la comandancia, con mapas, yo daba mis opiniones modestamente. Al día siguiente me mandan como segundo jefe de una columna, de un agrupamiento de varias unidades que estaban desplegadas defendiendo el territorio liberado.
Para ahí fui, en momentos en que la cosa estaba muy dura.
Después me enteré que al Meme también lo habían enviado a un lugar cercando a donde estaba yo, a pocos kilómetros, a un lugar conocido como La Calera, donde los combates contra la Guardia somocista eran los más duros. Es una especie de explanada y la tomaban a cada rato y desde ahí atacaban a las posiciones de los sandinistas.
Y el Meme fue ahí, como segundo jefe de un pelotón, de un agrupamiento de unos 10 o 15 combatientes. Esto es parte de lo que relate en la carta que se leyó en el homenaje de 2017, porque los hechos son los hechos.
El jefe del pelotón del Meme era un joven nicaragüense, mecánico, poeta, como buen nicaragüense, que hizo una gran amistad con el Meme. Se hicieron muy amigos ahí, debajo de las granadas de mortero, que eso era lo más jodido que había. Las granadas de mortero eran tenebrosas. Yo, por ejemplo, peleé desde que llegué al puesto de mando ese, para que hagan trincheras, para que hagan pozos, porque era la forma de evitar ser herido por las esquirlas de la granada de mortero. Salvo que por alguna de las casualidades te cayera un mortero adentro de la trinchera o del pozo, cosa que no sucedió. A nosotros nos pasó una vez que cayó un mortero al filo de la trinchera donde estaba una escuadra y mató un montón de chavos y creo un pánico brutal. Había cantidad de chicos que salían corriendo, había que calmar, hacerse cargo, pero eso sería para un relato aparte.
-¿En que situación se da la caída de Meme?
-Como también conté en la carta, por el 14 de julio las lluvias eran intensas, nosotros estábamos en el borde de la margen norte del río Otayo, ahí teníamos las líneas de defensa, pero las lluvias hacían temer por el desbordamiento del río, y tener el río atrás si la Guardia atacaba era un obstáculo bastante complicado de superar. El mando del Frente dio la orden de trasladar la línea de defensa al otro lado del río. Habíamos hecho exploraciones, había un cierto conocimiento, la Guardia seguía actuando, hay una contraofensiva de ellos con la intención de rompernos.
El 14 de julio, me acuerdo del día porque no me olvido de la toma de la Bastilla, la rechazamos, por suerte, y luego se hizo todo ese movimiento, que estuvo complicado, en la noche, bajo lluvia.
En esos movimientos el pelotón del Meme tiene un encuentro con la Guardia somocista, ellos quedaron en una posición no muy buena, no pudieron parapetarse o protegerse. Los Guardias somocistas empezaron a mencionar los nombres de los jefes sandinistas, que los conocían por escucharlos en las transmisiones de radio que interceptaban. El Meme, eso me lo contó después su jefe, Benigno Cruz, el “Chino”, que al mencionarse los nombres de los jefes sandinistas, pensó que por ese movimiento podría haber ocurrido que un grupo sandinista estuviera enfrentándose a otro grupo sandinista, por eso levantó la cabeza, y en ese momento fue fatal, porque recibió el tiro que lo mató instantáneamente. Así fue.
-Iván, el Meme tenía 32 años, y vos decís en la carta que era un veterano.
-Sí, totalmente un veterano. Su jefe, el Chino Benigno, tenía más o menos la misma edad, pero el resto eran todos chamacos, todos muchachos, muy jóvenes. Yo después tuve el testimonio muy emocionante de un chico de su pelotón, después del triunfo, por supuesto, que por ser el más alto era el que cargaba la ametralladora del pelotón, pero tenía 15 años. El me dijo que el Meme estaba todo el día preocupado por todos, si comían, si no comían, que nunca lo veían descansar y andaba al pendiente de todo. Me contó que en una oportunidad uno de los chicos se infligió él una herida para que lo sacaran del Frente, el Meme atendió el caso, lo calmó y logró retirarlo del Frente.
Después tuve también testimonios muy lindos, muy emocionantes, por parte del jefe de pelotón, el Chino Benigno, con el que fuimos después del triunfo, al mes más o menos, al lugar del último combate del Meme. Ahí pusimos una placa de cemento con simplemente una inscripción que dice: “Aquí cayó en combate Pedro, el uruguayo”. Eso era todo lo que decía.
El Chino logró una relación muy estrecha con el Meme que me la reflejó a mí después. Después del triunfo siempre estaba tratando de estar conmigo y con los uruguayos, ayudándonos.
-Hubo un sepelio muy especial para el Meme, ¿cómo fue?
-El cuerpo del Meme se había sepultado en Piedras Blancas, donde un grupo de sandinistas y de latinoamericanos, uruguayos muchos, le hicieron un homenaje al momento de su entierro. Luego fue recuperado y trasladado a Managua donde se lo puso en un panteón, cosa que siempre me llamó la atención, pero decían que era el único panteón donde se podía poner el cajón, y era de unos familiares del dictador, allí pusieron a los compañeros que cayeron en la lucha.
Se hizo un acto muy importante en la escuela Carlos Agüero, que fue el primer centro de instrucción militar que tuvo el Ejército Popular Sandinista recién formado. En la escuela esa estaba ubicada en lo que fue la EBI, que eran las tropas de élite de la dictadura, comandadas por el “Chiguin”, que era el hijo del dictador, eran las tropas más preparadas, con instructores israelíes, vietnamitas e incluso, se decía que argentinos. Y eran las tropas que habían estado enfrentándonos a nosotros en el Frente Sur.
Ahí estábamos, se hizo un acto y muy emotivo, los cuerpos de los compañeros fueron llevados en hombros de los compañeros internacionalistas hacia el cementerio de Managua. El cajón del Meme con una pequeña bandera uruguaya, que no se de donde salió. Si la traían los tupas, la habrán llevado a la guerra o la encontraron, lo cierto es que su féretro lucía la bandera de Uruguay.
En el Cementerio me tocó hablar y yo estuve muy preocupado por lo que iba a decir, era un momento difícil, llevé las palabras escritas, a mano por supuesto, y eso se perdió, me lo pidió alguien al terminar y nunca más lo recuperé.
-En la carta que citamos varias veces ya, hablas de las razones tuyas y del Meme para estar en Nicaragua, ¿cuáles son esas razones?
-Por nuestra posición como comunistas, como revolucionarios. No estábamos ahí por arte de magia. Cumplíamos con una tradición del internacionalismo proletario. Por eso digo en esa carta, cobijados en las banderas de la Revolución de Octubre y de la Guerra Civil española, cientos de hombres contribuyeron a intentar forjar un mundo mejor.
Este Meme que hoy homenajeamos y recordamos, es el mismo que siendo muy joven se incorpora a la UJC, luego al Partido Comunista, a la militancia en su gremio querido, el ferroviario. Su padre, el viejo Alberto Altesor, era prisionero de la dictadura en ese momento y recibe la noticia, se la dio tu Papá, Jorge Mazzarovich.
A él le tocó comunicarle la triste noticia al Viejo. Al Viejo le tocó duro, aparte de haberse comido una cana pesada, muy pesada, le tocó la muerte de dos hijos y de mi madre. Cuando muere Hugo a él lo habían soltado creo que hacía un mes, porque por la edad, por la operación del corazón que le habían hecho, lo soltaron en julio de 1983 y mi hermano murió a principios de agosto. Quiere decir que recibió estando preso la noticia de la muerte de mi madre, que fue en marzo del 82.
-Iván, que reflexión haces desde el hoy, tú decías que no te gustaba que hablaran del Meme como un mártir, ¿por qué?
-Es una reflexión muy personal. De repente una persona que cae en una situación x, pero cae hasta de casualidad, dicen que fue un mártir, por tal y tal cosa, sin que la persona fuera consciente de lo que hacía. En cambio el héroe es un hombre que cuando toma una decisión la toma sabiendo el riesgo que corre y se lanza sabiendo las consecuencias que puede tener. Que fue el caso del Meme, cuando lo convocaron a incorporarse al Frente Sur del Frente Sandinista, no titubeó un minuto. Cuando entró a Nicaragua tiró su ropa civil y se incorporó rápidamente a la batalla. Participó con toda su energía, mostrando sus condiciones de ser humano y de combatiente. El Meme fue un revolucionario, un comunista, sin ninguna duda.
Yo digo en el inicio de la carta que éramos hermanos en un doble sentido, nacidos de la misma madre y comunistas».
Gabriel Mazzarovich