Nibia en la manifestación del 9 de julio de 1973 en la Huelga General. Foto: Archivo del diario El Popular.

Nibia: su asesinato y la lucha por verdad y justicia

Por Fabricio Mato

Este 29 de junio se cumplen 46 años del asesinato en tortura de Nibia Sabalsagaray Nibia nació en 1949 en Nueva Helvecia, un pueblito en aquel entonces, de Colonia, que ahora, ya siendo ciudad, tiene una calle que la recuerda.

Todos sus compañeros y familiares la definen como una alumna brillante, que destacaba por su inteligencia, a los 17 años, luego de la recomendación del profesor Omar Moreira, el Consejo de Enseñanza Secundaria le dio un permiso especial para que pudiera dar clases, y así se convirtió en profesora de literatura en Colonia Valdense. En 1968 ingresa a estudiar en el IPA y se afilia a la UJC.

Participa en el torrente popular de movilizaciones enfrentando el ajuste antipopular y la represión del gobierno de Jorge Pacheco Areco. La lucha popular, los asesinatos de Líber Arce, Hugo de los Santos, Susana Pintos, sus compañeros de militancia en la FEUU y la UJC, y de decenas de militantes estudiantiles. También el asesinato de los ocho obreros comunistas en la Seccional 20. Toma parte de la fundación del Frente Amplio y milita en él.

Es parte de los miles de uruguayos y uruguayos que responden con la Huelga General al golpe de Estado.

Un año después, y en el marco de las acciones de protesta de la resistencia clandestina a la dictadura, el 29 de junio de 1974, es detenida a las dos de la mañana en su domicilio, el Hogar de Estudiantes de los Obreros de Campomar, y llevada al Batallón Nº1, al mediodía de ese mismo día se informa su muerte a los familiares catalogándola de suicidio y entregando el féretro con la prohibición expresa de abrirlo.

La familia no respeta esta prohibición y Marcos Carambula, entonces joven estudiante de medicina, a seis meses de recibirse, le realiza una autopsia constatando las numerosas marcas de tortura que presentaba el cuerpo y cómo las marcas en el cuello no correspondían a las que puede provocarse una persona a sí misma.

A los fascistas no les alcanzó con asesinar a una joven profesora en la tortura, sino que mintieron durante más de 40 años.

A partir de la denuncia que realiza Estela Sabalsagaray, hermana de Nibia, el 8 de setiembre de 2004, solicitando que se investiguen las circunstancias de su muerte se abre un nuevo momento de la lucha de su familia y nuestro pueblo porque se haga verdad y haya justicia.

El caso de Nibia es el primero que debe considerar el recién asumido gobierno del Frente Amplio, que, reinterpretando la aplicación de la Ley de Caducidad y su aplicación, lo declara fuera de la misma y abre paso a la investigación. El argumento es que en el secuestro de Nibia podían haber participado civiles y por lo tanto no estaban amparados en la Ley de Caducidad. En la investigación se comprueba que el secuestro y tortura fue obra de militares, el juez ordena el archivo, la fiscal Mirtha Guianze apela y presenta un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Caducidad.
La Suprema Corte de Justicia, el 19 de octubre de 2009, declara la inconstitucionalidad par este caso, en lo que también es el primero.

En 2013, luego de 9 años de investigación judicial, y de la realización de una autopsia histórica, peritajes forenses y la participación de 26 testigos, son procesados el general Miguel Dalmao y el coronel retirado José Chialanza.

El dictamen judicial fue muy importante, en primer lugar porque dejó establecida la verdad y terminó con una mentira de 39 años: Nibia no se suicidó, fue asesinada.

Estaba luchando por la democracia y la libertad y por eso fue asesinada. Fue secuestrada ilegalmente, torturada y murió́ a consecuencia de la aplicación de una técnica de tortura conocida como «el submarino seco», consistente en aplicar una bolsa en la cabeza y apretarla hasta poner al torturado al borde de la asfixia.

El general Dalmao, en ese momento fue el primer militar en actividad en ser procesado por un delito de lesa humanidad. Dalmao siguió sosteniendo la mentira, cuando fue preguntado en el juicio contestó por escrito que no recordaba el caso y que sabía de él por «oídas en el cuartel». Dalmao era el oficial de inteligencia del Batallón de Comunicaciones Nº 1, el S2 de la unidad.

Ningún interrogatorio, eufemismo de tortura, se hacía sin su autorización. Cuando la investigación judicial logró el informe de inteligencia que sostenía la versión de suicidio, se descubrió que
estaba firmado por Dalmao. Ante esta evidencia, Dalmao recordó, pero siguió́ diciendo que fue suicidio. Es decir, mintiendo.

La sentencia fue importante porque el caso de Nibia, como ya dijimos, fue el primero que el gobierno del Frente Amplio habilitó a investigar cambiando la interpretación de la Ley de Caducidad. Fue el primero en el que la Suprema Corte de Justicia declaró la inconstitucionalidad de la Ley de Caducidad. También fue el primero en el que se condenó a un militar en actividad, nada menos que a un general, jefe de la División de Ejército IV.

Este caso también demuestra que la investigación judicial, cuando se la habilita, conduce a la verdad y produce justicia. Esta causa llevó 9 años, hubo aplicación de la Ley de Caducidad, declaración de su inconstitucionalidad, 26 testimonios y peritajes, sentencia, apelación, pronunciamiento de un Tribunal de Apelaciones y luego condena.

Todo eso provocó la perseverancia de la familia, del abogado, la actuación de jueces y fiscales comprometidos y la decisión política del Poder Ejecutivo. Los obstáculos fueron superados y se produjo verdad y justicia.

Hoy, a 46 años de su tortura y asesinato, Nibia también significa verdad y justicia.

Relacionado:

Nibia hoy: https://elpopular.uy/nibia-hoy/

Compartí este artículo
Temas