UJC
Todos los años, desde hace más de 80 años, miles de jóvenes uruguayos juran la bandera cada 19 de junio. En ese acto juran honrar la Patria, con una vida al ejercicio del bien, defender con la vida, de ser preciso, la Constitución, las leyes y las instituciones democráticas. Y, como bien sabemos, de esta jura queda una constancia que después se pide en varias ocasiones, para garantizar que respetamos el honor de nuestro país.
Esta jura la hacemos todos los uruguayos, pero en la práctica concreta no hay forma de saber quién la cumple. Pero en el caso del gobierno actual, parece ser bastante evidente, que mucho honor no le hace al juramento.
Hace algunas semanas reflexionábamos sobre el ser patriota, y cómo las políticas de este gobierno se acercan más al cipayismo que al patriotismo. Ah, pero igual, cuando llegan las fechas patrias sacan a relucir, de forma casi caricaturesca, un intento de patriotismo. Sin embargo, les es tan ajeno, que dan más la sensación de estar demostrando que estudiaron para una clase de historia, que realmente sentirse parte de este pueblo.
Protector de los pueblos libres
Y sin lugar a dudas, cuando más se les nota es cuando hablan de Artigas. Claro, su versión del General, la que les gusta recordar y realzar, en su versión más militar, uniformado, estoico, y en esas pinturas que siempre está solo. Un prócer casi santificado. Inmaculado. Un Artigas alejado del pueblo, y sus reclamos.
Les encanta usar los colores de la bandera de Artigas, colgar pinturas de él en sus oficinas, nombrarlo en sus discursos, usar citas que no dicen nada. Pero, habría que ver, ¿cuántas de las ideas de Artigas sí les gustan?
El Artigas de ellos no implementó una reforma agraria, ni repartió las tierras. El Artigas de ellos termina antes del éxodo. El Artigas de ellos no es el Artigas del pueblo, no es el protector de los pueblos libres, porque no quieren pueblos libres. Usan su imagen como referencia del ser patriota, pero esconden las ideas detrás de él, porque en realidad no las comparten. Seguro, lo acusarían de ser afín al “FAPIT”, si viviera hoy.
Artigas es ejemplo en el pueblo, no por ser un estratega militar, ni por ser el primer blandengue. Artigas es ejemplo de ser oriental. Del patriotismo real, que nace del amor por nuestro pueblo, es ejemplo por su sacrificio en la defensa de la libertad y la soberanía de nuestra tierra. Pero no solo por luchar contra el imperio de la época, sino también por querer construir un pueblo con más igualdad, con más justicia, “para la preservación de los derechos de su vida, libertad, propiedad y la felicidad de su existencia política”.
Nuestro Artigas es el que estaba rodeado por la gente, que lo respetaba por sus ideas, por sus acciones, por su honor. Cuando ellos levantan la bandera de Artigas, levantan un pedazo de tela, no un ideario.
Sí, juro
“¿Juráis honrar vuestra Patria, con la práctica constante de una vida digna, consagrada al ejercicio del bien para vosotros y vuestros semejantes; defender con sacrificio de vuestra vida, si fuere preciso, la Constitución y las Leyes de la República, el honor y la integridad de la Nación y sus instituciones democráticas, ¿todo lo cual simboliza esta Bandera?”
“Sí, juro”, es lo que respondieron todos los miembros de este gobierno, un 19 de junio. Sin embargo, es larga la lista de acciones que demuestran que no tienen una vida consagrada al ejercicio del bien, que atacan de forma constante la Constitución y las leyes, que poco hacen por respetar el honor y la integridad de nuestra nación, y ya ni hablar de las instituciones democráticas, que a veces se acuerdan de nombrar, que en el día a día pisotean bastante.
Así como para ellos, el prócer es de cartón, es una imagen vacía, casi un mito, lo mismo pasa con cualquier evento patriótico. Porque, como lo decíamos hace unas semanas y lo repetimos, no quieren a este país, y por lo tanto, las fechas patrias son trámites, u oportunidades de hacer discursos de campaña.
Por supuesto que nos parece caricaturesco, cuando quieren hacerse ver como patriotas, porque sabemos cómo venden (y en muchos casos regalan) el rico patrimonio de los orientales, como condenan a las grandes mayorías de nuestro pueblo a vivir en la pobreza, vemos como hipotecan nuestro futuro.
Si la Patria me llama
Para nosotros, hablar de la Patria es hablar de nuestro pueblo, y por eso relacionamos el honor de la patria con la dignidad de los orientales. No hay honor posible, si los ciudadanos no pueden acceder a medicamentos, no pueden alimentarse como deben, no tienen un techo. Defendemos el honor y la integridad, cuando ponemos por delante de todos los intereses del pueblo uruguayo.
Para honrar la patria necesitamos un gobierno que no la venda, que no busque rematarla en partes al mejor postor. Un gobierno que se posicione con los trabajadores, con los estudiantes, con los artistas. Un gobierno que legisle para beneficiar a los más vulnerados, y no para blindar y darle más privilegios a los que tienen todo.
Porque para alcanzar la tan ansiada pública felicidad, necesitamos políticas públicas que garanticen una vida digna para todos los uruguayos. Necesitamos políticas redistributivas, que construyan una sociedad con justicia social. Necesitamos políticas que protejan nuestra soberanía y nuestros recursos.
Y hacia allí caminamos, con el legado de Artigas y sus ideas, hacia un nuevo gobierno del Frente Amplio, para que de nuevo lo central sean los orientales. Un nuevo gobierno, en el que “los más infelices sean los más privilegiados”.