Sin sorpresas en la grilla carnavalera

Culminó el Concurso y algunos dicen que Dios Momo se alejó, para sumirse en letargo hasta el próximo Carnaval.

Se conocieron los fallos y no hubo sorpresas. Recién en algún cuarto o  quinto lugar,  de la categoría más numerosa, murgas,  podrían presentarse puntos de inflexión, las demás categorías, al ser tan pocos los participantes, promediando la fiesta, y después de haberlos visto por lo menos más de una vez, para que  no quedaran dudas, se conocía hasta donde podían aspirar a llegar en el concurso. Reitero que hay diferencias notorias, entre las actuaciones de tablado y las del concurso, en el Ramón Collazo, puntajes y cobertura de rubros mandan. La historia artística de los jurados también brindaron pistas de cuáles serían los caminos que elegirían y esa práctica de la compensación y “peso” de los técnicos que figuran en los libretos, conforman un coctel muy pasional, que culmina en la conformación de la lista de  los premiados.

Este año además se tuvo que agregar el componente de los artistas contagiados por Covid, que obligaron a varios conjuntos a postergar sus presentaciones o a no contar con la excelencia de ánimo preferible, para la competición.

La verdad es que Dios Momo cambió sus tiempos y ansiedades y ahora este dios maestro del sarcasmo y la ironía, mueve sus hilos y sigue motivando a sus súbditos, pero en modo más sosegado. Ya  se están pensando en las parodias del próximo febrero y a quien se necesita para interpretarlas y por lo tanto, los pases entre lo conjuntos se prometen y conversan, casi bajando al pedregullo. La palabra en nombre de Momo, es inquebrantable a menos que… alguien concrete un mejor cachet, vivimos todavía en una sociedad capitalista, donde el vil metal, a veces quiebra voluntades de brillantina…en fin, códigos eran los de antes. Y falta lograr que se reconozcan más artistas como lo que son, trabajadores  de la cultura, parte integrante e indisoluble,  en este caso del  Carnaval, que dialéctica y dinámicamente nos convoca.

El mejor couple será el que ya se comenzó a escribir para el próximo año, y el vestuario soñado necesita de telas reservadas para explorar posibilidades. Se conocieron nuevas técnicas en maquillaje y en digitalización, por ejemplo, así que hay que aprovechar que todavía están a disposición y con las ubicaciones y premios que en el reciente concurso obtuvieron, se sienten más dispuestos a compartir conocimientos. 

También surgen las promesas de vueltas gloriosas de conjuntos históricos, que con planteles seleccionados podrían ser el deleite de todos, pero, selección de individualidades, no hacen un buen equipo a menos que por ejemplo, mínimamente, se comprometan con la propuesta, sobran los ejemplos de fracasos impensables.

 Los temas que giran sobre el único tema, amainan apenas las actividades y presentaciones, para ganar nuevos adeptos y una vez inmersos, ya no  se escapan, así que estarán presentes en las charlas de trabajo, en los descansos pactados, porque sin el maquillaje los dioses del  teatro popular, son hombres y mujeres cotidianos, sino pregúntele a Colombina como hace para reconocer a su elegido, que en este caso es varón, provocativamente les plateamos y si hubiera elegido a otra mujer? Jaime tendría que reescribir la letra…

Es que todo el año se vive Carnaval. Técnicos, artistas intercambian virtuosismos para dejar plasmadas las mejores propuestas, que seguramente son las que vendrán, porque serán la instantánea de ese momento futuro. Miles de compatriotas, directa o indirectamente están vinculados con la fiesta popular. 

Este vínculo comienza muchas veces desde la niñez, en un despertar artístico que realmente conmueve. Familias enteras movilizadas,  que orgullosamente acompañan, a esa promesa de Carnaval.

Tratamiento en capítulo aparte, merecen los legados familiares, niñes y jóvenes que acompañan  a sus padres y luego algunos, llegan hasta  compartir escenarios.

La incidencia del Carnaval en nuestras vidas uruguayas, contra viento y presupuestos,  goza de buena salud que no es poco decir, y mucho nos alegra.

Violeta es el color

En Momentos de Carnaval decidimos presentarles apenas la portada, de algunos temas que estuvieron presentes en letras, en versiones, incluso en trayectos concretos del material artístico presentado en Carnaval. Este año se cantaron y contaron temas que en “algunes” produjo la urticaria de la incomodidad moral. Pero si queremos avanzar en el tratamientos de los mismos, debemos ser honestos y cuestionarnos por las tan esperadas transformaciones, hasta donde estamos dispuestos a comprometernos para que ocurran.

 Para ir reflexionando, los datos están y no coinciden con el relato que nos impusieron históricamente. Este año, participan 38 mujeres en murgas, 21 en parodistas y 20 en humoristas. Hubo crecimiento en todas las categorías mencionadas: los números en 2020 fueron 18, 11 y 17, respectivamente.

En el caso de las murgas, hay mujeres en 14 de las 21 que participan en el concurso. Los cinco parodistas y los cuatro humoristas cuentan con mujeres entre sus componentes.

A la liguilla pasaron diez mujeres, cinco de las 14 murgas con participación femenina y cinco de las siete murgas que no tienen mujeres entre sus componentes. Es decir, quedaron fuera de la tercera ronda dos murgas sin mujeres y nueve murgas con mujeres.

Además, este 2022 hubo dos directoras escénicas en murgas: Romina Repetto en Mi Vieja Mula y Carmela Viñas en A la Bartola.*

Estas escasas participaciones sobre las tablas, nos cuentan de dolorosas elecciones que las artistas deben tomar, por ejemplo, entre la familia o el tablado, entre firmar los libretos o prestar las ideas por falta de experiencia, entre hacerse valer o pagar el derecho de piso eterno, dejar para más adelante y ese febrero nunca llega, los reclamos de tiempo a “mamá” que son impostergables,  primero los estudios y el diploma, madrugar por un jornal o cantarle a la luna en una clarinada trasnochada…por supuesto, que algunos ítem de esta apretadísima síntesis, son compartidos con los varones, pero solo algunos, todavía falta mucho para encontrar igualdad, inclusión verdadera, no la de portada para evitar críticas.

Ya sabemos que Momo no existiría y menos perduraría, si se continúa negando gran parte de su inspiración y sustento. Para que se visualicen en letras cantadas,  tuvimos que llegar a gritar los reclamos, pues entonces entonamos la mejor canción, la de la existencia misma, sin mujeres no hay Carnaval!

 Aprovechen a reflexionar durante estos primeros meses, que después vendrá el vértigo hacia un febrero más participativo, creativo e inclusivo, con más respeto entre todes, sin violencia, sin que tenga que primar la brillantina violeta, hecha reclamos.

*Datos de la publicación El lado B de la murga: la mujer y su participación autoras: Victoria Gutiérrez, Pía Brava y Sabrina Umpiérrez.

Lylián Firpo

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