“Van siempre con nosotros”

La presencia de la UJC se hizo sentir en el acto por el 509 aniversario de la 20, junto a la entrada de una columna de jóvenes que conmovió al acto, destacó la intervención del secretario general de la juventud comunista, Claudio Arbesún.

EL POPULAR transcribe las palabras de Arbesún.

“Compañeros y compañeras con los que compartimos la vida y la lucha, si es que se pueden considerar de forma separada. La mención no es mero protocolo, es verdad aquello que decía Neruda de que los comunistas hacemos una buena familia, pero también es verdad que nosotros no somos nada tradicionalistas, y que la familia para nosotros es de esas extendidas, de mesa grande, donde siempre hay lugar para el que anda cerca. Nuestra lucha, nuestro trabajo y nuestra esperanza de transformación nunca sería completa sin todos ustedes.

Estar en una jornada como la de hoy nos atraviesa de muchas formas a los jóvenes comunistas. Creemos que homenajear a los 8 camaradas de la 20 tiene por lo menos tres grandes significados.

En primer lugar, recordarlos, construir memoria, mantenerlos vivos como la mejor y más genuina expresión de nuestro pueblo, de nuestras ideas y nuestra disposición de lucha por un Uruguay más justo. Recordar la alegría de Mendiola en el cumplimiento de sus tareas al frente de la propaganda en el seccional, vendiendo El Popular o pegatineando el Viaducto. Abreu y sus jornadas diarias en Nervión, la fábrica metalúrgica donde construía su dignidad y la de su familia, sus cuatro hijos y su compañera. Las manos de González, la elaboración del pan para el barrio todas las madrugadas, sus 21 años y los 3 meses de afiliado, su novia y el aviso a su madre de que esa noche se acueste tranquila, que no vuelve a casa temprano porque quiere acompañar en la tarea, “parece que está complicada la zona de la 20”. Recordar a López, la verdulería a metros del seccional y el negro y azul de la cuchilla donde habría jugado al futbol. Fernández, y la mezcla entre músico de orquesta, boxeador y jugador de ajedrez que se conjugaban en él, con 10 años de afiliación, que trabajaba de sereno en la 20. A Gancio, “El Pulpa”, el vidriero, su querida federación en La Teja, gran afiliador, un hombre de masas que le escapaba a las reuniones, las mínimas indispensables. Cuentan que cuando dejaron de registrar llevaba 250 afiliaciones al Partido, su hija pequeña y sus 37 años. Sena, de Nuevo París, con gran sentido del humor, un agitador: el que siempre estaba. A Cervelli, “El Torito”, metalúrgico y fundador de la UNTMRA, el primero en salir y caer herido, el último en morir en una sala del Hospital Militar el 28 de abril.

Ocho vidas intensamente entregadas al trabajo, a la construcción de la unidad obrera y política de la izquierda, a la solidaridad en el barrio, a la lucha contra la crisis y a la construcción de un futuro de dignidad para los trabajadores uruguayos; entrega que sintetizaban todos los días en sus esfuerzos por construir y fortalecer al Partido, como el mayor aporte que los comunistas podemos hacer a todo lo anterior. Unidos esa noche por la camaradería, el compañerismo, la consigna “no dejar solo a Mendiola”, quien debía hacer la guardia en el local en una noche que se respiraba espesa. Su defensa de la 20, no de ladrillos y baldosas, su defensa de los locales donde se planifica, se lucha y germina la sociedad nueva.

En segundo lugar, estar acá hoy con todos ustedes implica para nosotros recordar a los cobardes y su cobardía. La tarde ya pintaba espesa en la zona, pero fue en el entorno de la 1 de la mañana que llegaron al local los móviles militares y policiales, las Fuerzas Conjuntas. Se dice incluso que había gente de civil, completando la emboscada al local. Sobre la mentira de haber recibido un ataque desde el mismo se ordena el desalojo. Asesinados a sangre fría, desarmados, cae incluso un funcionario militar por una bala perdida, o quizás no, de sus propios compañeros. Se los deja morir desangrados, con la ayuda en la esquina del Viaducto, la ambulancia esperando durante horas. Lo dicho, para nosotros hoy también es un día pertinente para recordar a los cobardes y su cobardía. Indignos y sin honor, aquellos que dieron la espalda al uniforme de Artigas y esa noche asesinaron a los 8 de la 20.

Pero compañeros, recordar a los cobardes y su cobardía es recordarlos a todos, que nadie se lleve gratis su participación en los hechos. Los que sucedieron aquí, como lo de días antes en el activo de la UJC de la calle Sierra o posteriormente durante los años de terrorismo de Estado. No fue una aventura autoritaria, no fue un delirio de uniformados (…), mucho menos una guerra entre dos demonios. Lo que sucedió aquí fue una provocación ante la decadencia de un proceso de acumulación que sembraba miseria entre los trabajadores uruguayos y recibía, un día sí y otro también, una respuesta de masas del pueblo, que acumulaba fuerzas y hacia crecer la esperanza en un inminente proceso de transformaciones con la unidad obrera y el Frente Amplio como protagonista. Lo que sucedió aquí, antes y después, se trató de la reacción de aquellos a los que nuestro presidente bautizó como los malla oro, exportadores y banqueros, que ante la decadencia de su proceso de acumulación le declararon la guerra a su pueblo y regaron de sangre la historia de nuestro país. Provocaciones miopes, buscaban una reacción que les facilitara las cosas, pero nuestro Partido y el movimiento popular uruguayo siempre tuvieron claro que la justicia, la verdadera y definitiva, es la luz que alumbran los pueblos. Homenajear a los 8, a 50 años de su asesinato, debe servir para construir memoria, recordarlos, condenar a sus asesinos y desmoronar, ladrillo a ladrillo el manto de impunidad desde donde quieren y precisan ejercer el poder los enemigos de la pública felicidad. También debe servir para recordar y no olvidar, que este sistema tiende al fascismo, como la planta al sol, cuando las posibilidades de acumulación desigual de la riqueza entran en crisis y los pueblos construyen alternativas. Su modelo es materialmente incompatible con la democracia.

(…) Recordar a los 8 siempre, pero especialmente hoy, para la UJC es un acto de reafirmación. La UJC es, fue y será una trinchera de lucha para las y los jóvenes uruguayos. Un espacio para construir desde la camaradería de los 8, su voluntad de trabajo, su disposición de lucha y su amor a nuestra gente un presente de transformación y un futuro de dignidad para todos y todas. La UJC es, fue y será un espacio para plantarles cara a aquellos que imponen un proyecto parasitario y excluyente. Que quieren al Estado al servicio de sus negociados, entregan la soberanía y condenan a los trabajadores al trabajo precario y al deterioro de sus condiciones de vida. Es una organización que parada sobre el ejemplo de camaradas como los 8, planta cara a la impunidad, a los apologistas de la declaración de Estado de Guerra interno, a aquellos que sueñan con la libertad de genocidas, a las legisladoras desbocadas, que persiguen estudiantes y docentes. Para plantar cara a los discursos de odio contra minorías y disidencias, así como para combatir los discursos de restauración conservadora contra cada conquista de derechos. Es una juventud al servicio del protagonismo popular, para recorrer el barrio y juntar firmas contra una ley urgente al servicio del ajuste, para debatir voto a voto su derogación, para construir gremios estudiantiles y pelear por presupuesto para la educación pública, para fortalecer el sindicato y la olla popular, para construir solidaridad con el vecino y con los pueblos del continente y el mundo. (…) Es un espacio que hoy invita a cada joven uruguayo a abrir paso a un nuevo y más profundo momento de transformaciones, con la gente como raíz y la felicidad como horizonte.

El mejor homenaje a los 8 es seguir construyendo Partido, Juventud, Frente Amplio, PIT CNT, FEUU, FEFEU y los más diversos espacios de militancia donde nuestro pueblo y la juventud respira, vive y construye su futuro. Y reafirmar, como lo hacemos nosotros hoy aquí ante ustedes, que los 8 y sobre todo su práctica de trabajo, lucha y su esperanza, van siempre con nosotros”.

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