Aniversario del Teatro “El Galpón”

Arturo Fleitas (*)

El lunes 2 de setiembre, la Institución Teatral “El Galpón” cumplió 75 años de historia, los alocados 75 años. Nelly Goitiño cuenta, en el video que realizó el Galpón en homenaje a su cumpleaños, que en aquella época le hacían enderezar clavos. Lo que no cuenta Nelly es el final de esa anécdota; ella le dijo a Blas Braidot, que era el capo de esa construcción: “Me parece una pérdida de tiempo estar acá enderezando clavos, yo compro una caja de clavos y la traigo”. A lo que él le contestó: “Si tienes plata para comprar una caja de clavos dámela a mí y vos, seguí enderezando clavos”. Fue muy divertida la respuesta.

Se están cumpliendo 75 años de “El Galpón», ese grupo que comenzó siendo “La Isla de los niños” con Atahualpa del Cioppo, allá por los años cuarenta, cuando el mundo salía como podía de aquella carnicería terrible que fue la Segunda Guerra Mundial.

“La Isla de los niños” era un grupo dirigido por Atahualpa del Cioppo, pero los niños crecieron, entonces, ya no le correspondía “La Isla de los niños” y solo quedó “La Isla”.

Este grupo se unió a otro grupo, el “Teatro del Pueblo”, con el fin de organizar un único grupo, pero con características que fueron revolucionarias para la época. Todo lo sostenían ellos para ser realmente independientes, tenían que ser dueños de sus medios de producción y el principal medio de producción de un teatro, es tener Sala propia.

No había manera de alquilar una sala teatral, mucho menos comprarla, entonces empezaron a buscar cómo se podían hacer de una Sala Teatral y encontraron un viejo depósito semiderruido de materiales de construcción en Mercedes y Carlos Roxlo y tomaron posesión de ese lugar en ruinas el 2 de setiembre de 1949.

Se consideró entonces que el día de la fundación del “Teatro El Galpón» fue ese, el día en que entraron a ese lugar inhóspito para transformarlo en teatro.

Y se produjo justamente una paradoja, esta gente que justamente moría por hacer teatro, muy jóvenes todos ellos, dejaron de hacer teatro y se convirtieron en albañiles.

Allí comenzaron las campañas financieras, se convirtieron en laburantes del teatro, durante dos años ellos mismos con sus manos comenzaron a construir su propio teatro y lo lograron.

A los dos años ya se hacía la primera representación teatral del flamante grupo “El Galpón». Se llamó así porque ellos comenzaron a hacer el teatro, pero no tenían idea del nombre, cuando quisieron ponerle nombre surgieron ideas rimbombantes como “Respis» o cosas por estilo.

A esas alturas ya el barrio, al que recurrían permanentemente, decía “vinieron los muchachos del Galpón”, nos pidieron botellas vacías, nos pidieron revistas viejas, esos eran los medios para hacer finanzas.

Pedían botellas de vidrio o papeles, los vendían y después compraban los clavitos que luego Nelly Goitiño tenía que enderezar.

Así surgió “El Galpón» con la Dirección Artística de Atahualpa del Cioppo y esto es fundamental porque “El Galpón” no hubiera sido si no hubiera tenido esta Dirección Artística de este genio de Atahualpa del Cioppo y la dirección organizativa y de gestión de Blas Braidot.

Al poco tiempo, este grupo de jóvenes que hacía teatro tenía tanta fama que, a los siete u ocho años de haberse fundado, ya estaban en Buenos Aires haciendo una temporada de un mes, diez años después de haber sido fundado, creo que con El círculo de Tiza Caucasiano.

En ese momento Atahualpa le dijo al chino Campodónico, que había sido becado a Europa, se habla de un señor Brecht, un teórico, así que junta todo el material que puedas de Brecht y tráelo para acá a ver de qué se trata.

Entonces el Chino Campodónico fue a Milán, justo se estaba haciendo La Ópera de dos Centavos y quedó deslumbrado, empezó a juntar cuanta cosa había y se la trajo a Atahualpa que se puso a estudiarlo.

Descubre que todos los postulados épicos de Bertolt Brecht los estaba haciendo “El Galpón” bajo su conducción, estaba haciendo teatro épico, por eso él decía “hacíamos teatro épico sin saberlo».

Así como “El burgués gentilhombre” hablaba prosa sin saberlo, nosotros hacíamos teatro épico sin saberlo.

El teatro “El Galpón” fue épico estéticamente pero también fue épica toda la historia del teatro independiente porque, hay que decirlo, “El Galpón” no es una florcita que surgió en un erial, cuando surgió ya estaba funcionando la Federación Uruguaya de Teatros Independientes, se estaba llevando adelante El Tinglado, la SUA, la gran diferencia es que “El Galpón” tuvo a Atahualpa del Cioppo.

Atahualpa fue un hombre extraordinario, yo siempre sostengo que la fama internacional de “El Galpón” está basada en la fama de Atahualpa del Cioppo, que fue famoso en el mundo, mucho antes de que fuera conocido “El Galpón”, por su calidad artística, pero por, sobre todo, por su calidad humana, era un gran enamorador.

Esta institución, con estas características, se convirtió en una expresión muy alta de teatro pero, además de eso, este grupo también, con la conducción de Atahualpa y la ideología de la gente que lo tomaba, optó por ponerse siempre del lado de las causas populares militantemente, eso le costó la vigilancia.

Una vez entré a la Dirección de Policía a buscar los antecedentes del Galpón y encontré que en el año 55’ ya había informes e incautación de correspondencia que le llegaba al Galpón por parte de los servicios de inteligencia.

Cuando decimos que estamos tranquilos y que acá no va a pasar nada, en el año 55’ esto era el país de las vacas gordas y ya estaban vigilando a un grupo de teatro, preparando la represión que se hizo muy fuerte y no hubiera sobrevivido si no hubiera tenido la defensa permanente de los trabajadores. Muchas veces “El Galpón” fue rodeado y los obreros del SUNCA, del UNTMRA o del puerto lo defendieron en los años duros de las bandas fascistas del pachecato.

La persecución fue muy grande. “El Galpón” fue cerrado en el 76’, una parte o gran parte de su gente se fue al exilio. Pero la dictadura no contaba con que este grupo conformado de gente tan combativa podía seguir trabajando en el exterior sin necesidad de tener su propio lugar.

En la embajada en la que se asilaron varios compañeros se juntó “El Galpón” y empezaron a ensayar la primera obra, que apenas llegaron a México se concretó.

En el año 84’ regresan del exilio nuevamente, se reinicia, se recupera la Sala y se abre nuevamente. En poquísimos días recuperó 5000 socios, creo que cuando lo cerraron tenía 3.500 y en dos o tres días el pueblo uruguayo decidió apoyar a este grupo de teatro como siempre lo había hecho y así siguió.

Hoy “El Galpón” tiene tres salas, elenco estable, una escuela y sigue adelante con sus 75 años, como dice Nelly Goitino en este vídeo tan emocionante, ni la muerte ha podido con ellos.

Yo me he retirado, pero estuve hace dos días precisamente con esa juventud tremenda que bailaban como locos en la fiesta aniversario y esa juventud es la que va a seguir manteniendo “El Galpón” quien sabe por cuántos años más.

Felicidades a los compañeros y compañeras del Teatro “El Galpón” y gracias por lo que han hecho por la historia del teatro independiente uruguayo, que siga adelante, sosteniendo los principios que hicieron grande a la institución y que lo hicieron el “Teatro de los Trabajadores» en un momento de la historia.

¡Tenemos “Galpón” para rato!


(*) Actor, director y docente teatral / Columnista cultural del programa “Cultura en Casa” los miércoles por Radio Fénix.

Foto

Ingreso a la sala del Teatro El Galpón en uno de los tantos espectáculos allí realizados: Foto: Javier Calvelo/ adhocFotos.

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