Capturan en Bolivia otro narco uruguayo

Julio Luis Deal tiene un largo historial delictivo, fue informante policial, tuvo relación con EEUU, estaría vinculado a Marset y en sus redes se muestra como simpatizante del Partido Nacional.

Rolando Arbesún

El pasado fin de semana y por medio de la red social X (anteriormente Twitter), el ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo Del Castillo, anunciaba la detención del uruguayo Julio Luis Deal Barrios.

Presentado como narcotraficante, el uruguayo imputado por varios delitos vinculados al tráfico de drogas, entre los que se encuentran los delitos de organización criminal, asociación delictuosa, atentados contra los miembros de organismos de seguridad del Estado, falsedad ideológica y uso de instrumento falsificado, fue remitido por resolución de la justicia boliviana al penal de Palmasola.

Durante su estancia en Bolivia, Julio Luis Deal-Smith Barrios (así es como verdaderamente se llama) recibió, usando una identidad falsa, 20 millones de dólares desde una empresa ficticia que, de acuerdo a las autoridades bolivianas, era utilizada para lavar el dinero procedente de las ventas de drogas de Sebastián Enrique Marset.

Al ser detenido se le halló una identidad falsa para extranjeros otorgada por el Servicio de Identificación Personal (SEGIP), donde se constataba que Deal había omitido, al sacar su nuevo documento identificatorio, su apellido Smith.

El ocultamiento, según informó el diario local El Deber, se realizó para impedir que se conocieran sus antecedentes por narcotráfico en nuestro país.

Del registro del cuaderno de investigaciones de la policía y la fiscalía boliviana, emerge , de acuerdo al medio de prensa, que Deal retiró «su CIE a sabiendas que no había sido biometrizado dando lugar a que el mismo pueda volver a sacar una nueva cédula con otra identidad, toda vez que al no biometrizar, el sistema del SEGIP no alerta en el momento que una persona intenta cambiarse de identidad».

Se trata, se afirma, del mismo método usado por Sebastián Marset cuando tramitó un documento boliviano a nombre de Gabriel De Souza Beumer.

De acuerdo a la fiscalía boliviana, Deal había creado una empresa unipersonal bajo el nombre “Ing. Gol Deal Smith”, supuestamente dedicada al negocio de la exportación e importación de aluminio, hierros y vidrios con destino a la construcción de campamentos petroleros.

En el curso de la investigación policial se constató no sólo que la dirección de la supuesta empresa coincidía con la del domicilio de Deal, sino que en la misma no había trabajadores y/o empleados.

Tampoco se encontraron los supuestos “materiales” y “productos” que la “empresa” declaraba comercializar, lo que fue considerado como un indicio más de que la misma funcionaba como “fachada” para otro tipo de actividades ilícitas, asociadas al lavado de activos.

En el momento posterior a su detención y durante los primeros interrogatorios policiales, el uruguayo no pudo explicar para qué estaban destinado los 20 millones de dólares que le fueran transferidos desde Estados Unidos.

Estos “indicios” constituyen para la policía boliviana claros indicadores de que Deal se relacionaba con Marset, funcionando como una de las posibles vías de blanqueo del dinero procedente de las ventas de drogas de quien es hoy calificado como “el más buscado” en Bolivia.

Además de su rol en el blanqueo de dinero procedente de las actividades ilícitas de Marset, la Fiscalía y la policía, analizan el posible papel jugado por Deal en la fuga de Marset luego del fallido intento por capturarlo a fines del pasado mes de julio.

¿Quién es Julio Luis Deal-Smith Barrios?

Deal, de 62 años, oriundo de Solis de Mataojo, es hijo de un diplomático uruguayo y se presenta a sí mismo en Linkedin como un ingeniero civil y vial que cursó estudios universitarios en la Facultad de Ingeniería entre 1980 y 1986.

En la misma página afirma que desde hace 36 años es el propietario de la empresa Ingenieros Civiles Deal-Smith, creada en 1987.

En dicha red no existe otra información, ni publicación por parte de Deal-Smith Barrios.

Aunque al momento de su detención no existía ningún requerimiento por parte de la justicia uruguaya sobre su persona, se sabe que Deal-Smith contaba con antecedentes por narcotráfico en Uruguay y que había estado preso en Argentina por portar documentos falsos.

De acuerdo a los datos disponibles, se conoce que el uruguayo fue detenido por primera vez en 1998, por su actividad delictiva relacionada con el narcotráfico.

Según informó el periodista Gabriel Pereyra, funcionarios policiales de la época lo definieron como “un pequeño Marset”, siendo entonces su mayor vinculación con Paraguay, lo que quedó evidenciado cuando años más tarde en 2001 y como resultado de la operación “Sierra Nevada”, es detenido junto a varios ciudadanos paraguayos.

Según la información aportada en esos años por el diario La República, Deal-Smith fue sindicado como el responsable de lo que se llamó “narcobanda”.

Al momento de su detención le fueron incautados cerca de 16 kilos de droga, entre marihuana y cocaína, dos camionetas paraguayas y tres vehículos uruguayos.

Datos aportados por el medio de prensa uruguayo Agesor señalan que el ahora detenido en Bolivia habría mantenido una reunión “en la ciudad de Mercedes con un narcotraficante local, ya fallecido”.

La persona con la que se reunió Deal-Smith, agrega el medio de prensa, había sido detenido y procesado junto con Sebastián Marset, en el año 2013.

En setiembre de 2022 y luego de meses de investigación se llevó a cabo la Operación “India”, la misma recayó sobre una organización que ingresaba drogas desde Argentina, a través del puente internacional San Martín.

La investigación comprobó que antes de su distribución y comercialización, las sustancias eran ocultadas en una chacra, ubicada sobre ruta 2, en el departamento de Soriano.

Como resultado del trabajo conjunto de la Fiscalía y la policía fueron detenidas ocho personas, entre ellas Pedro Invernizzi, un narcotraficante con vínculos con Marset.

De acuerdo a Gabriel Pereyra, antes de los vínculos de Invernizzi con Marset, Deal- Smith había tenido vínculos con Invernizzi en el negocio del tráfico de drogas.

Sin embargo, los datos más lejanos sobre Deal-Smith no se remontan ni al 2013, ni a 1998.

En un libro publicado en 1990 por la editoral Tupác Amaru (TAE) el exagente de la entonces Dirección de Información e Inteligencia (DII) del ministerio del Interior, José Lorenzo Calace, describe cómo ya desde 1987, el ahora detenido en Bolivia mantenía vínculos con el mundo del narcotráfico y las organizaciones delictivas de la época.

Dejemos que sea el propio Calace quien describa lo anterior.

“Una noche del año 1987 salimos de recorrida por varias boites de Montevideo con el segundo jefe del Departamento 4. En una de ellas nos encontramos con el informante Julio Deal quien tiene muchos amigos en la embajada de los EEUU. Nos manifestó conocer a un narcotraficante italiano que vivía cerca de la estancia de su padre.

Si bien nos pareció una persona medio fantasiosa comenzamos a dar crédito a sus palabras cuando, hablando sobre asuntos vinculados a la droga, demostró tener conocimientos precisos y detallados del tema. Lo invitamos a concurrir a la DII para seguir hablando. A los tres días fue citado y explicó todo al Comando.

Recibí la orden de concurrir a la estancia de Deal junto con el subcomisario Romero, entonces del Departamento 4 y actualmente en la seccional 18, con el objetivo de encontrar un buen puesto de vigilancia para observar la estancia del italiano Bonomi. Para llegar a la estancia de Deal es forzoso pasar frente a la de Bonomi.

Estando ya en lo de Deal, cayó de visita el abogado Gutiérrez, ex diputado amigo de Marchesano”.

La visita de los miembros de la DII a la estancia de Deal, concluyó con un altercado entre el italiano y Deal en la que según el relato de Calace, este último llevó la peor parte.

Más allá de lo anecdótico, lo que importa de estos datos son los vínculos que se describen con la Embajada de Estados Unidos, tanto por parte de Deal, como por parte de los funcionarios de la DII.

Las amplias descripciones que contiene el libro, titulado “15 años en el infierno”, además de documentar el accionar de la Inteligencia policial uruguaya contra organizaciones políticas y sindicales aún luego del retorno a la democracia, muestran lo que hoy es un principio central en la comprensión del accionar del narcotráfico: la importancia que sus organizaciones le asignan a la penetración de estructuras estatales para asegurar variopintas impunidades.

La breve descripción que realiza Calace sobre Deal-Smith como “fantasioso” dibuja, probablemente, como se presentaban entonces los uruguayos dedicados al narcotráfico, aunque no más sea porque justamente, a partir de dicha “fantasiosidad”, se establecían contactos, conexiones y negocios de diversos tipos que permitieran asegurar la colocación de sus “productos”.

Por toda la documentación histórica existente sobre el accionar de la embajada de Estados Unidos en esos tiempos en nuestro país y por el mismo modus operandi de la DEA en aquellos años, es altamente probable que Deal-Smith, haya sido un activo colaborador tanto de la estación CIA en Montevideo, como de la agencia antidrogas estadounidense.

No está en discusión, a partir de los datos aportados por Calace, que el hoy devenido narco uruguayo, mantuvo una estrecha relación con la Inteligencia policial uruguaya sobre la que no se tienen datos de su “posible culminación”.

Deal y las redes

Una recorrida por el accionar de Deal-Smith en redes sociales lo muestra con un alto nivel de actividad que va desde aplausos desembozados al presidente Lacalle Pou, Laura Raffo y Javier Milei, hasta críticas hacia Álvaro Delgado y como no podía ser de otra forma contra el Frente Amplio y sus dirigentes.

A Deal-Smith interesado en establecer negocios e inversiones en Uruguay, tal “posicionamiento político” le resulta “políticamente correcto”.

Más allá de esta posible evaluación sobre el pragmatismo del narcotraficante, sus publicaciones en redes no deben ser leídas de forma literal como una confesión literal de “afinidades ideológicas”, que, aunque puede haberlas no resultan relevantes en el mundo del narcotráfico a la hora de definir “nuevos relacionamientos”.

Todas ellas en su conjunto ilustran cómo las organizaciones dedicadas al narcotráfico son capaces de “dibujar adhesiones” siempre y cuando las mismas conduzcan o faciliten el avance y encubrimiento de sus “negocios”.

Si esta hipótesis es cierta, la única opción que permite cerrar la puerta al narcotráfico y el dinero que del mismo emana, es avanzar hacia mecanismos que, por un lado, sean más efectivos a la hora de detectar operaciones de lavado de activo y por el otro tornen prácticamente imposible que se produzcan lavados de activos vías financiaciones de actividades y partidos políticos.

En ambos casos, nuestro país y sus partidos tienen un enorme agujero similar al que produce un torpedo en la línea de flotación de un buque.

O atendemos a esto, o nos hundimos.

Compartí este artículo
Temas