Por Rony Corbo
El Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba presidido por Raúl Castro eligió la fecha del 64 aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el aniversario 60 del Sistema de Escuelas del Partido, cuyo núcleo fundacional fueron las Escuelas de Instrucción Revolucionaria para convocar el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, el cual se llevará adelante entre los días 16 y 19 de abril del 2021.
El VIII Congreso del PCC será continuación histórica de la Revolución en cuanto a la concepción ideológica y modelo socialista y renovación generacional en la conducción donde Miguel Díaz Canel será electo primer secretario, responsabilidad que actualmente ocupa Raúl Castro.
Hace 55 años, el 3 de octubre de 1965, Fidel daba a conocer en el teatro Chaplin que el Partido Unido de la Revolución Socialista adoptaba el nombre de Partido Comunista de Cuba y presentaba su primer Comité Central.
Ante la ausencia del Che Guevara, Fidel dio lectura a su carta en que renuncia a todos los cargos formales en Cuba y anuncia su decisión de dedicarse a la liberación de América Latina, que se confirmaría con su decisión de ir a Bolivia donde caería en combate.
En la larga intervención de Fidel explicando el cambio de nombre a Partido Comunista de Cuba y por qué, destacó el carácter marxista leninista del nuevo Partido, definido así por el jefe de la revolución cubana: “Esta es una doctrina revolucionaria y dialéctica, no una doctrina filosófica; es una guía para la acción revolucionaria, y no un dogma. Pretender enmarcar en especies de catecismos el marxismo, es antimarxista…el marxismo no es una propiedad privada que se inscriba en un registro; es una doctrina de los revolucionarios, escrita por revolucionarios, desarrollada por otros revolucionarios, para revolucionarios. Así será nuestro socialismo auténticamente cubano”.
Los lineamientos económicos: Tema central
Fidel decía siempre que la construcción del socialismo y las tareas de su Partido de vanguardia no están escritas. Las acciones y decisiones políticas son siempre producto del movimiento de la vida real de los hombres y su praxis. La construcción del socialismo “es ensayo y error, y si se erra, aprender de los errores y volver a intentar”, insistía Fidel.
El bloqueo norteamericano por más de seis décadas y la pandemia del COVID 19 con la caída del turismo, la principal fuente de divisas de Cuba, trae a su vanguardia política la difícil tarea de experimentar nuevas formas de producción y distribuirlas adecuadamente para mejorar las difíciles condiciones de vida del pueblo cubano.
“Desde abril de 2019 hasta marzo de 2020 el bloqueo ha causado pérdidas a Cuba en el orden de los 5.570,3 millones de dólares. Esto representa un incremento de alrededor de 1.226 millones de dólares con respecto al período anterior”, informó el canciller cubano Bruno Rodríguez, anunciando que el año que culmina será mucho peor que el anterior.
Por eso el tema central del VIII Congreso será la conceptualización del modelo económico y social de desarrollo y el análisis de la implementación de los lineamientos de la nueva política económica aprobados en el VII Congreso. Esto es el incremento de la producción de alimentos a partir de la alianza entre el sector productivo y la ciencia, y el análisis del funcionamiento del sector productivo cooperativo, el rol del estado y su economía planificada.
Se analizará además el funcionamiento del Partido, su vinculación con las masas, la actividad ideológica y la situación de la política de cuadros. El documento que se pondrá a debate de las agrupaciones del PCC se titula “Valoración acerca de la Política de cuadros del Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas, las organizaciones de masas, el Estado y el Gobierno. Papel del Partido para alcanzar resultados superiores”.
Esto se realizará evaluando el cumplimiento de la Resolución del VII Congreso del Partido acerca de los objetivos de trabajo de la Primera Conferencia, relacionados con el funcionamiento, la actividad ideológica y la vinculación con las masas del PCC.
Además se analizará en detalle el trabajo de la UJC con las nuevas generaciones de cubanos y el funcionamiento de las organizaciones de masas como la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).
Intento de “revolución de colores”
Los Estados Unidos no dejan de aplicar “recetas” exitosas de otros países para derrocar gobiernos en Cuba, las cuales en un pueblo consciente como el cubano no tienen el mismo efecto.
Ahora le tocó el turno a un grupo de artistas que realizaron una huelga de hambre por la encarcelación de un rapero, Daniel Solís, quien agredió a la policía. Solís fue sometido a un proceso judicial bajo el cargo de desacato, que culminó con la condena a ocho meses de prisión para el músico, por parte del Tribunal Provincial de La Habana.
Esto motivó una huelga de hambre que fue levantada por riesgo de vida de quienes la realizaban y una concentración de artistas frente al Ministerio de Cultura que fueron recibidos por el vice ministro Fernando Rojas. Como siempre lo hizo, la revolución cubana apeló al diálogo, incluso con organizaciones financiadas por los EEUU.
En tiempos en que el COVID genera aún más dificultades en la vida de los cubanos, es lógico que el imperialismo norteamericano mediante el financiamiento de grupos y la utilización de las redes sociales fomente aún más el descontento en una generación que nació y se desarrolló con la caída del campo socialista y las limitaciones del periodo especial.
Esta movida fue respondida también por una enorme concentración, de miles de personas, fundamentalmente jóvenes, en el centro de La Habana.
Como ben escribiera mi amigo el periodista Randy Alonso: “La Revolución cubana tiene la experiencia de sus más de 60 años de lucha contra las intenciones de dominación estadounidense y contra una contrarrevolución basada en el país del norte que ha recurrido hasta a la invasión armada y el terrorismo para intentar derrocarla. Tiene, en especial, el apoyo mayoritario de un pueblo, cuya movilización en estos días de amenazas es la principal fortaleza y el mejor bastión ante los despropósitos. Y cuenta además, con una cultura, una intelectualidad, una pléyade de artistas y creadores raigalmente antimperialistas, que son espada y escudo de la nación ante los intentos de dominación”.
Por eso bienvenido el VIII Congreso del PCC para que desde los artistas, médicos, maestros, militares, jóvenes, los campesinos que trabajan la tierra y cortan caña, el pueblo cubano, sin intervención extranjera y bajo el sistema socialista por el que optaron hace seis décadas, definan su destino y su Revolución bajo la mirada de Martí y Fidel.