Cuando se llevaban contabilizadas poco más del 90 por ciento de las actas del balotaje celebrado el domingo, se conoció que Daniel Noboa será el próximo presidente de Ecuador.
Según consignó Prensa Latina (PL), “el candidato de la alianza Acción Democrática Nacional, e hijo de uno de los empresarios más ricos” del país obtuvo “el 52,21 por ciento de los votos válidos”.
Por su parte, la candidata por el movimiento de izquierda Revolución Ciudadana (RC), Luisa González, alcanzó el 47,79 de los votos.
El triunfo del millonario, refiere la agencia de prensa “impactó a los sectores que (…) que habían depositado “la esperanza de retomar un rumbo progresista” para la dirección del país afectado por la violencia y los problemas en la economía.
“Esta vez no lo logramos”, dijo el expresidente Rafael Correa, quien señaló que se habían enfrentado a lo que calificó como “poderes enormes”.
“Hasta se asesinó a un candidato para evitar nuestra victoria”, subrayó Correa quien añadió que “la traición de Lenín Moreno sigue causando estragos”.
A pesar del resultado, Correa insistió en trasmitir un mensaje de esperanza al afirmar “que nadie dude que, al final, Ecuador volverá a la senda del desarrollo e integración latinoamericana”.
Tras reconocer los resultados, Luisa González ofreció al mandatario electo el apoyo de la RC en aras de la reconstrucción del país.
Dicho apoyo, aclaró González, no incluiría los votos en la Asamblea Nacional para “propuestas como la privatización de la salud o la educación”.
Con la victoria de Noboa consideraron analistas ecuatorianos, se consolida la continuidad de la línea política de Guillermo Lasso, quien desde el momento mismo que asumió el gobierno puso en marcha un “proyecto neoliberal, beneficioso para grupos empresariales y banqueros”.
Con la victoria de Noboa se abre un compás de espera respecto al cumplimiento que dará o no, a las promesas realizadas en el curso de la campaña electoral, en particular aquellas medidas anunciadas con vistas a “frenar la violencia y aumentar las ofertas de empleo”.
“El heredero millonario”, resalta la agencia de noticias, “recibe un país estancado en lo económico, con deudas cuantiosas a organismos financieros internacionales, y en el que se han vuelto comunes los motines en las cárceles, la aparición de cadáveres desmembrados, los asesinatos a manos de sicarios y otros delitos”.
Noboa tendrá apenas 16 meses, “desde diciembre de este año hasta mayo de 2025” fecha en que se producirá una nueva elección, para mostrar si en efecto, puede desarollar una política capaz de enfrentar los problemas que aquejan al país.