Daniel Dalmao (*)
“Ven a ese criollo rodear, rodear, rodear/Los paisanos le dicen, mi general/…Ven a los indios formar, el escuadrón/Y aprontar los morenos, el corazón” (1)
Conocido por uruguayas y uruguayos que sobre Artigas se tejió una infame “leyenda negra” intentando borrar todo vestigio de su legado. Un prestigioso investigador propone que, la adopción del artiguismo por parte de la izquierda uruguaya bien podría catalogarse como una “leyenda roja” (2). Partiendo del profundo respeto que nos merece la investigación académica, nos permitimos seguir viendo este hecho como una continuidad de las luchas y los sueños de nuestro pueblo por construir “una patria para todos”.
En nota anterior decíamos que Artigas destaca en la historia americana por lo avanzado de su pensamiento para la época que le tocó vivir, y que en ese sentido resaltan dos hechos fundamentales, las “Instrucciones del año XIII” y el “Reglamento de tierras de 1815”.
Las”Instrucciones” surgen de lo que se conoce como “Congreso de Tres Cruces” o “Congreso de Abril” que sesionó entre el 5 y el 21 de abril de 1813. Citando nuevamente a O´Donnel recordamos que el día de la apertura del Congreso, Artigas leyó la dramática “Oración Inaugural”…el texto refleja fielmente la fuerza del pensamiento de Artigas, plasmado y recordado para siempre en , quizá la frase más célebre del jefe de los orientales: “Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”…Es decir que el caudillo define su autoridad como una delegación del pueblo, y que al estar el pueblo reunido su autoridad cesaba de modo que las decisiones serían dispuestas por votación de los presentes. A él le tocaba acatarlas y procurar materializarlas (3). Es inevitable comparar esta actitud con la de aquellos que llegan al gobierno creando una “realidad” a su medida y proponiendo soluciones nunca cumplidas, pero que tampoco escuchan los reclamos de los perjudicados por sus acciones.
El 10 de septiembre de 1815 Artigas sancionó el “Reglamento provisorio de la Provincia Oriental para el fomento de la campaña y seguridad de sus hacendados”. Una verdadera reforma agraria, que buscaba atender la dramática situación social. Dice Lucía Sala: “La miseria alcanzaba a la mayoría de la población. La importancia que en el movimiento artiguista tenían los pequeños hacendados, como así también la tradición anti latifundista, el democratismo roussoniano revolucionario y el papel cada vez mayor de las peonadas, negros e indios en el ejército-incluyendo a los guaraníes misioneros-iban a contribuir a que la solución de los problemas se hiciera por un camino avanzado, rompiendo los elementos más retardatarios de la vieja estructura heredada…pretendía imponer un sistema económico y financiero que excluyera la acumulación acelerada, la especulación y los negociados que constituían las actividades más proficuas en esa época de guerras”. (4)
“El radicalismo que en el desarrollo de la propia revolución había adquirido el movimiento artiguista, le generó opositores en la Banda Oriental” (5). Se unieron poderosas fuerzas para derrotarlo. “El artiguismo cayó finalmente por la invasión portuguesa-que utilizó a tropas veteranas que participaron en la lucha contra Napoleón-, por la connivencia de la oligarquía oriental y la porteña y por la defección de los caudillos” (6).
Después de la derrota siguió un proceso que desandó este camino. La “contrarrevolución agraria” está muy bien estudiada en “Después de Artigas” (7).
Los que se opusieron a Artigas ayer, hoy están en los que toman medidas para favorecer a los “malla oro”, en los que defienden a los que cometieron crímenes durante la dictadura, en los que llevan adelante políticas que generan más desigualdad y más pobreza, en los que recortan recursos para la educación, la salud y la vivienda, en los que le quitan recursos al instituto Nacional de Colonización y lo tienen inactivo, en fin, en los que generan continuamente los actos de corrupción que vemos todos los días.
Por todo esto es que decimos que la Revolución Artiguista está inconclusa aún y que está bien que el Frente Amplio incorpore sus postulados, no para tejer una “leyenda roja”, sino para continuarla y caminar por senderos que conduzcan a una patria donde, “los más infelices sean los más privilegiados” y que el norte sea construir “la pública felicidad”.
(1)Ruben Lena-Los Olimareños. (2)Jaime Yaffé: La izquierda uruguaya y el pasado revolucionario oriental. ¿Una leyenda roja del artiguismo? En “Nuevas miradas en torno al Artiguismo”. Ana Frega-Ariadna Islas. (3) O´Donnell: Artigas. La versión popular de la Revolución de Mayo, pgs 90-91. (4) Lucía Sala de Touron, en “Artigas y su Revolución Agraria”, pg 63. (5) Sala pg 64. (6) Sala pg 66. (7) Después de Artigas. De la Torre, Sala y JC. Rodríguez
(*) secretario general del PCU en Salto. Diputado 1001-FA-