El gobierno miente

El gobierno de la coalición de derecha, encabezado por Luis Lacalle Pou, está en una situación política delicada y empieza a dar señales de desesperación. La aplicación de su restauración conservadora, con su brutal ajuste neoliberal, tiene como principal resultado el crecimiento de la desigualdad. A esto se une una sucesión de casos de corrupción, amiguismo y favores a los sectores más poderosos de la sociedad.

Las respuestas del gobierno de derecha, ante las denuncias y protestas, tienen tres elementos comunes: 1) La negación de la realidad, el ataque a los datos objetivos y a los propios hechos. 2) La referencia permanente a los supuestos fracasos de los gobiernos del Frente Amplio, la culpa siempre es de otros. 3) El ataque y la condena a toda forma de organización popular.

El gobierno de derecha responde a cada reclamo popular con soberbia. Atribuye los problemas a otros actores, externos o internos: la pandemia, la guerra de Ucrania, el crimen organizado, las ollas populares, el movimiento sindical, los gobiernos del Frente Amplio. Oculta o tergiversa los hechos.

Es decir, básicamente, el gobierno nacional responde a los problemas inocultables de la realidad con soberbia, negación de los hechos, eludiendo su responsabilidad y mintiendo.

Esta conducta política se ha mostrado con claridad en tres hechos de enorme gravedad política e institucional esta semana: la discusión en el Senado sobre la banda criminal que operó en Presidencia de la República, la iniciativa de juicio político para destituir a Carolina Cosse y la campaña de ataque y persecución contra las ollas populares.

Mentiras en el Senado

Convocados por el Frente Amplio, concurrieron en régimen de Comisión General al Senado, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber; el pro Secretario de la Presidencia de la República, Rodrigo Ferrés y Álvaro Garcé, director de la Secretaria de Inteligencia Estratégica del Estado. Debían responder 30 preguntas que, a través del senador Alejandro Sánchez, presentó el Frente Amplio sobre la banda criminal que operó en Presidencia de la República, dirigida por el Jefe del Servicio de Seguridad Presidencial (SSP), Alejandro Astesiano. 

Con Heber y Ferrés dirigiendo la batuta, la estrategia fue tan insólita como suicida. No responder ninguna pregunta, no hacerse cargo de nada, atacar al Frente Amplio con antecedentes de custodios presidenciales en los gobiernos anteriores y un componente central: negar que Astesiano fuera el Jefe del SSP. 

Hemos abordado en varios editoriales el tema y desde el principio señalamos que el centro del problema, que se quería minimizar presentando a Astesiano como un guardaespaldas venal que traicionó la “confianza” del presidente, es que este hombre, con más de 30 anotaciones por estafa y hurto, dos procesamientos y un pasaje por prisión, era el Jefe del SSP y como tal tenía amplias atribuciones y, entre otras cosas, acceso a información delicada del Estado uruguayo. Dijimos también que se puso en peligro la Seguridad del Estado porque se había dado acceso a una banda criminal internacional, la mafia rusa o la mafia ruso-ucraniana, aún no se sabe con certeza, a los bancos de datos de Identificación Civil y de la Cancillería. 

También sostuvimos que Lacalle Pou quedó preso de su propio laberinto cuando dijo desde el primer momento que no conocía los antecedentes de Astesiano, que no tenía “indicios” y lo calificó de “funcionario intachable”.

En el debate del Senado quedó claro que Lacalle Pou sabía quien era Astesiano. El director de la Secretaria de Inteligencia reconoció que le informó al presidente. También lo hicieron correligionarios y, además, hubo un pedido de informes de abril de 2020, del diputado Gerardo Núñez, luego asumido por todo el FA, que nunca fue respondido, y varias publicaciones de prensa, en Caras y Caretas, en El Popular, en Radio Sarandí y en La Diaria. No hay manera que Lacalle Pou no supiera.

En el Senado el gobierno tenía la oportunidad de reconocer el error. No lo hizo. Eligió el camino de la negación. Ahora no solo mintió el presidente, también mintieron el ministro Heber y el pro secretario Ferrés. Negaron que Astesiano fuera Jefe del SSP. EL POPULAR publica en tapa tres de los muchos documentos que prueban que mienten. La tarjeta oficial de Astesiano, donde, con el logo de Presidencia y del SSP, dice que es Jefe de este servicio e informa de los internos de los que disponía en Presidencia y en la Residencia de Suárez y del mail oficial en el servidor de Presidencia. ¿Cualquiera puede tener un mail que termina en presidencia.gub.uy? Además, hay un documento de la Pro Secretaría de Presidencia de la República, del 23 de diciembre de 2021, que informa sobre la comitiva presidencial que viajaba al Congo y designa como integrante de la misma al “señor Jefe de Seguridad Presidencial Alejandro Astesiano”. El documento está firmado por Ferrés, el mismo que en el Senado dijo que Astesiano no era el Jefe. Y como si fuera poco, hay otro documento, del 2 de mayo de 2021, una Notificación del SSP, con logo y sello oficial, donde se comunica la suspensión de un funcionario del mismo y está firmada por su Jefe, Alejandro Astesiano.

Es insólito que se pretenda discutir hechos de los gobiernos del FA y se niegue la realidad de esa manera. En los gobiernos del FA no hubo una banda criminal operando en Presidencia.

La estrategia es tan obvia y compleja que el Herrerismo está quedando solo, ni Ciudadanos ni Cabildo Abierto estuvieron en la conferencia de prensa de la bancada oficialista. Toda una señal.

El gobierno debe dejar de mentir, hacerse cargo y reparar el daño hecho al país y su seguridad.

Embestida contra Cosse

Los ediles de la coalición de derecha en la Junta de Montevideo decidieron promover un juicio político para intentar destituir a la intendenta capitalina Carolina Cosse. La barbaridad política e institucional que esto implica fue señalada por expertos y analistas de todos los pelos y colores.

El despropósito se basa también en una mentira: la supuesta falta de transparencia de la intendenta Cosse. Además, si fuera cierto, que no lo es, no ameritaría iniciar un proceso de destitución. La Intendencia de Montevideo recibió 468 pedios de informes en lo que va de la gestión de Carolina Cosse, que lleva 680 días en su cargo. Es decir que hubo casi un pedido de informes por día, si se toman los días hábiles, en realidad, es más. La Intendencia respondió el 98% de los mismos. Es mentira que haya falta de transparencia. Es una barbaridad política e institucional que se promueva la destitución de la intendenta de Montevideo.

La derecha no le perdona a Carolina Cosse su plan ABC para responder a las necesidades urgentes de nuestra gente, el apoyo de su gobierno departamental a las ollas populares. No le perdonan que muestre con hechos que hay otra forma de gobernar.

El Frente Amplio expresó con firmeza su solidaridad con Cosse. Desde estas páginas nos pronunciamos en igual sentido y rechazamos ese atropello irresponsable a la democracia.

Ataques contra las ollas populares

El ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, dice que el aumento de la pobreza y el hambre es un relato. Como la porfiada realidad lo contradice, ataca a quienes lo dejan en evidencia. Pone en dudas las cifras del informe de Solidaridad.uy, que estableció que en el 2022 se brindan 1.200.000 porciones de comida en las ollas populares por mes. Ataca a las ollas populares y en particular a las organizadas en la Coordinadora Popular y Solidaria (CPS). Las persigue, las denuncia, las investiga.

Pero resulta que esta semana se conoció un informe de la Facultad de Ciencias Sociales que ratifica las cifras de las porciones de comida brindadas por las ollas populares y los merenderos. ¿También lo va a desconocer el ministro?

En el ataque de Lema y el Herrerismo a las ollas populares hay un componente de prejuicio de clase, otro de ideología pura y dura y uno más de interés electoral y partidario. 

Lema y el Herrerismo expresan los intereses de los poderosos y desconfían, no soportan, la organización popular. Pero además quieren barrer con la organización de las ollas porque dejaron cuantiosos recursos para usar en 2023 y 2024 y quieren llegar directo, usando el hambre y las necesidades de la gente como botín electoral. Eso es así y lo prueba la distribución temporal de los recursos prevista en la Rendición de Cuentas, aunque lo nieguen y se enojen.

La mejor respuesta fue la de miles en la calle junto a la CPS y la del PIT-CNT comprometiendo su apoyo con alimentos y la que daremos cada día sosteniendo la solidaridad organizada, esa que tanto le molesta a la derecha.

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