Por Rolando Arbesún
Luego de conocerse el escándalo de Pegasus desarrollado por la empresa de vigilancia israelí NSO Group, cobra estado público la existencia de una empresa secreta de vigilancia israelí.
La empresa es financiada desde EE.UU. y según consigna Rusia Today (RT), que cita a un artículo de la revista Forbes, “es capaz de piratear aplicaciones cifradas como WhatsApp o Signal”.
Paragon Solutions, el nombre de la empresa israelí, informa RT, “no tiene un sitio web, y tampoco hay mucha información sobre la empresa en Internet”.
Los datos existentes sobre la misma en LinkedIn, indican que “la compañía cuenta con más de 50 empleados”.
De acuerdo a las fuentes consultadas por Forbes “el producto de la ‘startup’ de vigilancia, fundada en 2019 y con sede en Tel Aviv”, permitiría “a la Policía el poder de acceder de forma remota a las comunicaciones cifradas de mensajería instantánea, como WhatsApp, Signal, Facebook Messenger o Gmail”.
De acuerdo a la agencia de noticias, el cofundador, director y accionista principal de la empresa es Ehud Schneorson, excomandante de la Unidad 8200, una división del Cuerpo de Inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel”.
Otros integrantes de la directiva de la empresa han sido identificados, su director ejecutivo Idan Nurick, el director de tecnología Igor Bogudlov y el vicepresidente de investigación Liad Avraham, son señalados como ex espías israelíes.
Como parte de la junta de la empresa se señala al director cofundador y ex primer ministro de Israel Ehud Barak.
La empresa, de acuerdo a RT, “cuenta con al menos un importante patrocinador financiero estadounidense: Battery Ventures, con sede en Boston (Massachusetts)”.
De acuerdo a la opinión de uno de los expertos consultados por Forbes, “el software (…) promete obtener un acceso más duradero a un dispositivo, incluso cuando se reinicia. El producto espía supuestamente piratea aplicaciones de mensajería utilizando vulnerabilidades”.
Paragon intenta con este “producto”, diferenciarse de otros proveedores y según declaró un alto ejecutivo de la firma “la compañía solo vendería sus productos de vigilancia a países que cumplan con las normas internacionales y respeten los derechos y libertades fundamentales”.
Al parecer y hasta la fecha, en la empresa no aparecen registrados clientes, pero luego del escándalo de Pegasus, la cuestión de las interceptaciones telefónicas, vía software, no permiten hacerse muchas ilusiones sobre la veracidad de tal ausencia de clientes.
