Un nuevo bombardeo norteamericano sobre zonas fronterizas de Siria con Irak ha sido ordenado por el mandatario estadounidense Joe Biden.
De forma inmediata, el ataque ha sido denunciado por el Gobierno y el ejército de Bagdad, quien lo describe como una “violación flagrante e inaceptable de la soberanía iraquí y la seguridad nacional”.
De acuerdo a la agencia de prensa de Irak, Al-Maluma, “la agresión se realizó con bombas de 1 250 kilogramos desde aviones no tripulados y otras naves estadounidenses”.
Toda vez que se tomó conocimiento del ataque estadounidense, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, calificó esta acción como una “violación de las normas internacionales”, al tiempo que ratificó que, “constituyen una violación flagrante del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas”.
Los ataques norteamericanos contra Siria, se han ido produciendo desde el pasado mes de febrero.
En aquella ocasión, Biden ordenó otro ataque militar contra Siria, a pesar de ir en contra de una posición que era apoyada por milicias proiraníes en esa nación árabe.
La vocera del Gobierno estadounidense, Jen Psaki, declaró, como justificación al accionar militar de su gobierno, que los “ataques se diseñaron para limitar el riesgo de escalada”. De forma inmediata, el Gobierno de Irán, según informa la agencia EFE, acusó a EE. UU. de mantenerse en “un camino equivocado en la región”, camino que, en su perspectiva, altera los equilibrios y la seguridad en el Oriente Medio.
“Desafortunadamente, lo que vemos es que la Administración estadounidense continúa con sus políticas fallidas, no solo en el tema de las sanciones, sino también, en los asuntos regionales”, declaró el portavoz iraní de Relaciones Exteriores, Said Jatibzadeh.