En aquella ocasión, largas caravanas de migrantes se dirigieron hacia el país del Norte con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida.
La respuesta de Estados Unidos, ante el avance de los migrantes fue el despliegue y puesta en marcha de la operación «Faithful Patriot» (Patriota fiel).
Para ello, el gobierno norteamericano, ordenó el despliegue de 5.200 militares en la frontera con México.
La operación «Faithful Patriot», incluyó el uso de helicópteros Blackhawk, agentes migratorios especializados y equipos de vigilancia remota nocturna.
«Nuestro mensaje es simple: no vamos a permitir que grandes grupos entren a Estados Unidos de manera no segura y fuera de la ley (…) cualquier persona que entre al país sin documentos será detenida y procesada por las leyes de Estados Unidos», declaró entonces, Kevin McAleenan, comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.
En los primeros días de 2021, diversas fuentes de prensa, preveían el retorno de estas caravanas de migrantes centroamericanos, quienes persistían, ante tanta pobreza en sus tierras de procedencia, insistir en “una huida” hacia lo que piensan como “la esperanza”.
Apenas iniciados los primeros días de enero, los trascendidos de prensa hablaban de los preparativos de una nueva caravana de hasta 15.000 personas.
Aunque la cifra, finalmente fue menor a lo anunciado, se estima que entre 5.000 y 7.000 personas procedentes de Honduras fueron parte de la nueva marcha migratoria.
En el curso de esa caravana, las fuerzas policiales y militares de Guatemala hicieron retroceder violentamente a quienes intentaban atravesar la frontera sin cumplir con los controles migratorios guatemaltecos.
Se han señalado, al menos, dos elementos explicativos de la recomposición de las caravanas de migrantes.
El primero de ellos se asocia al “relajamiento” en los controles de la movilidad, luego de una caída del impacto de la pandemia.
El segundo, ubicado en la presunción de que el presidente Joe Biden, cumpla lo que prometió durante la campaña electoral: un enfoque más humano en temas migratorios.
Esta semana y por su relación fronteriza con los posibles migrantes, el gobierno guatemalteco ha asumido medidas que impedirán el cruce de hondureños o nacionales de otros países que pretendan un “ingreso irregular” a los Estados Unidos, vía Guatemala.
Para ello, el gobierno de Guatemala ha aprobado, informó Telesur, el “estado de prevención”.
La medida permite “el uso de la fuerza en su frontera con Honduras para evitar el ingreso de una nueva caravana de migrantes que salió este martes desde ese país en su intento por llegar a Estados Unidos”.
A pesar de los avisos y los riesgos de un viaje de esta naturaleza, cerca de 400 migrantes hondureños partió este martes hacia Corinto, fronterizo con Guatemala.
Ellos componen, parte de una caravana que pretende llegar a los Estados Unidos.
La nueva disposición del ejecutivo guatemalteco, fue firmada por el presidente Alejandro Giammattei y su gabinete.
En la misma se establece, destaca la agencia de noticias, que “existe riesgo de desplazamiento de migrantes en cinco departamentos fronterizos que no cumplirían las regulaciones legales ni mostrarán una prueba negativa al SARS-CoV-2, exigidos para ingresar a la nación centroamericana”.
Luego de su salida, desde la Gran Central Metropolitana, principal terminal de autobuses de San Pedro Sula, los integrantes de la caravana marcharon entonando el himno nacional y desplegando una bandera.
“El grupo se concentró la noche del lunes en la terminal de autobuses con la idea de salir en caravana, aunque en principio no tenían claro si irían por Corinto o Agua Caliente, otro punto fronterizo con Guatemala”, señala Telesur.
En la movilización, además de mujeres y hombres, van niños sin compañía de adultos.
Para el gobierno guatemalteco, “la caravana posibilitará una crisis de seguridad ciudadana al ingresar y trasladarse por el país lo que complicaría la situación epidemiológica con la pandemia de la Covid-19”.
La normativa del “estado de prevención”, cuya vigencia será de 15 días como mínimo, permite que las fuerzas del orden puedan «disolver por la fuerza toda reunión, grupo o manifestación pública que se llevare a cabo sin la debida autorización».
La medida de “estado de prevención”, se ha hecho extensiva a los departamentos guatemaltecos cercanos a la frontera con Honduras.
Alejandra Mena, vocera del Instituto Guatemalteco de Migración, ha declarado a la prensa, que “a pesar de que sus homólogos en Honduras no han confirmado el éxodo, el monitoreo se mantienen ya que, en redes sociales como Facebook o aplicaciones de Mensajería como WhatsApp, en algunos grupos se alerta del posible movimiento para este martes”.
Cuando se produjo, la última caravana en el mes de enero, los gobiernos de Estados Unidos, México y Guatemala acordaron este prohibir el paso por su territorio de caravanas migrantes debido a la pandemia.
La última caravana de miles de migrantes que iban rumbo a Estados Unidos, fue disuelta en territorio guatemalteco por un contingente policial y militar, logrando que muchos migrantes retrocedieran y otros se dispersaran.