La construcción de un muro en la frontera de República Dominicana con Haití, ha despertado la crítica y el rechazo de organizaciones sociales quienes señalan que el mismo “despertará xenofobia y racismo.
Con una extensión de 160 kilómetros, el muro abarca prácticamente la mitad de la frontera entre ambos países la excusa dada para la construcción de la artificial separación ha sido «poner fin a los graves problemas de inmigración ilegal, narcotráfico y tránsito de vehículos robados».
La argumentación ha venido de la mano del propio presidente de República Dominicana, quien no solo defiende el proyecto, sino que hace oídos sordos a las críticas que el mismo despierta,
Fue el mismo Luis Abinader, el encargado de anunciar la construcción que se espera concluya dentro de 9 meses.
La división artificial entre ambos países, fue anunciada el pasado 2 de marzo e integra un proyecto más extenso que pretende cubrir los 380 kilómetros de frontera.
«En un plazo de dos años, queremos poner fin a los graves problemas de inmigración ilegal, narcotráfico y tránsito de vehículos robados que padecemos desde hace años», afirmó Abinader cuando hizo en marzo de 2021, el lanzamiento inicial de esta “iniciativa.
Según consigna Página 12, el mandatario dominicano explicó que el proyecto divisorio, explicó, incluye «una doble verja perimetral en los tramos más conflictivos y una simple en el resto, además de sensores de movimiento, cámaras de reconocimiento facial, radares y sistemas de rayos infrarrojos».
Considerado como un “perímetro tecnológico”, su diseño quedó a cargo de la empresa israelí Rafael Advanced Defence Systems, confirmó el canciller dominicano, Roberto Álvarez.
Al referirse a la iniciativa dominicana, William Charpentier, coordinador de la independiente Mesa Nacional para las Migraciones y Refugiados, declaró al medio de prensa que «cada vez que se asoma en el mundo la idea de construir un muro fronterizo se despierta resentimiento, xenofobia y racismo».
Charpentier denunció, además, que en Dominicana “se vive una persecución permanente», que incluye “deportaciones masivas de indocumentados e impedimentos a migrantes legales para renovar documentos o alquilar una vivienda”.
