Según el Fondo Monetario Internacional las economías latinoamericanas tendrán un escenario menos optimista en 2022

De acuerdo a las previsiones del Fondo Monetario Internacional las economías de América Latina y el Caribe están perdiendo empuje luego de la recuperación del año pasado.

El organismo financiero mundial informó que se estima que el crecimiento de la región en 2021 fue del 6,8%, sostenido “por el fuerte crecimiento de sus socios comerciales, el aumento de los precios de las materias primas y las favorables condiciones de financiación externa”.

A pesar del comportamiento observado en 2021, se espera, de acuerdo al FMI, un escenario “menos optimista”, por lo que se pronostica que el crecimiento económico se enlentecerá hasta el 2,4%”, una cifra inferior a la previsión inicial de un 3% que se pronosticara en octubre por el organismo financiero mundial.

De acuerdo al portal de noticias de la ONU, que cita fuentes del FMI, la desaceleración prevista “es inevitable a medida que las economías vuelven a sus niveles de PIB anteriores a la pandemia”.

La disminución prevista se asocia, además, al enlentecimiento del “crecimiento en China y Estados Unidos”, así como por “las continuas interrupciones del suministro, el endurecimiento de las condiciones financieras y de financiación y la aparición de la variante ómicron”.

En su análisis el FMI, resaltó que el pasado año estuvo caracterizado por un aumento de la inflación y ejemplificó esto con lo sucedido en las principales economías de la región, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, donde “los precios aumentaron un 8,3%, el mayor incremento en 15 años”, un crecimiento que es “superior al de otros mercados emergentes”.

Al analizar el comportamiento de la inflación subyacente, sin considerar los precios en comida y energía, esta fue inferior al registrar un 6,3%, aunque ello no permitió superar las tendencias anteriores a la pandemia.

Al evaluar qué factores explicarían el aumento de la inflación, el FMI destacó: “la subida de los precios de las materias primas y de las importaciones, las depreciaciones de los tipos de cambio y el desplazamiento del gasto hacia los bienes en lugar de los servicios”.

Con respecto a cómo evolucionará la economía, la valoración del organismo financiero señala que la misma está asociada a “la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia”, que “sigue ensombreciendo la recuperación tanto a nivel mundial como en América Latina y el Caribe”.

Junto a ello, otros riesgos que tendrá la recuperación económica regional, proceden de “las presiones inflacionistas en Estados Unidos” y en la región, así como un “posible cambio en la percepción de riesgo de los inversores y el consiguiente endurecimiento de las condiciones financieras mundiales y nacionales”.

Para el FMI, “los tres grandes retos que deben afrontar simultáneamente los países de la región son: garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas, aumentar el potencial crecimiento y hacerlo promoviendo la cohesión social y resolviendo las desigualdades sociales”, por lo que “los responsables políticos deben empezar de inmediato a desarrollar una estrategia integral para abordar estos desafíos y crear un consenso social en torno a esta estrategia”.

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