Sigue intacto el fuego

Homenaje a Massera y su “Manual para quien vacía el sobre de la quincena”.

Rodrigo Gorga

El pasado 23 de noviembre se llevó a cabo un conmovedor homenaje al Ing. José Luis Massera, su vida, su obra, como intelectual y como luchador social. El motivo fue el 50 aniversario de su libro “Manual para entender quién vacía el sobre de la quincena”, publicado por primera vez en 1973, un libro que continua siendo una referencia para la formación en economía de la clase trabajadora. Para que pueda seguir llegando a más personas, se realizó una nueva reimpresión, lanzada en el marco del homenaje, y de la que aún quedan ejemplares disponibles. Del evento participaron el Ec. Bruno Giometti, la Ing. Carolina Cosse y el Prof. Roberto Markarian, que brindaron distintas perspectivas del autor y su obra y, fue moderada por  el Lic. Enrique Ros.

La actividad y reedición del libro fue organizada por la agrupación del PCU José Luis Massera, que forma parte del seccional Tassino, que nuclea a los trabajadores de las telecomunicaciones. 

Bruno Giometti, asesor del Instituto Cuesta Duarte e integrante del Comité Ejecutivo del PCU, se definió antes que nada como un “usuario” del libro, que lo considera una referencia para sus cursos de formación sindical y partidaria. Esto es porque presenta conceptos complejos con gran sencillez, de forma de que el trabajador y la trabajadora, el protagonista de la historia, pueda sentirse parte. Conceptos presentados allí que tienen plena vigencia hoy en día.

Si bien no puede hacerse una lectura acrítica y sin contextualizar del libro, la vigencia y validez de su contenido sirven para reflexionar acerca de muchos elementos de la realidad actual. De hecho, para Giometti es como instrumento para echar luz sobre los cambios y continuidades en estos 50 años en la economía uruguaya, y ese fue el eje de la primera exposición.

En primer lugar, se refirió a la centralidad del trabajo, en la vida de las personas y en lógica del capital, tan presente en 1973 como en el 2023, si bien es cierto que muchos de sus características se han complejizado. La categoría central del libro de Massera, la explotación, la porción del valor producido por el trabajador que la clase capitalista se apropia gratuitamente existe hoy como en 1973. 

El ejemplo que utiliza el libro para contar la historia, la fabrica de zapatos, es muy ilustrativo sobre la situación de un trabajador industrial, pero no es el más representativo de la clase trabajadora hoy en día. En la actualidad hay 464 trabajadores que trabajan en la industria del calzado. Este cambio en las actividades productivas en las que se emplean los trabajadores es un cambio que  complejiza la visualización de la explotación. La mayoría de los trabajadores no se dedican a tareas materiales en las que el producto del trabajo puede representarse y subdividirse como lo va haciendo el libro. La industria manufacturera ha perdido peso en favor de los servicios. La clase trabajadora ahora está más dispersa, es más heterogénea,  y esto dificulta que se visualice como tal. Como dar cuenta científicamente de la explotación en este nuevo escenario y organizar a los trabajadores es un desafío que tenemos hoy. 

Giometti resalta el “maravilloso” desarrollo que va haciendo Massera a lo largo de libro sobre los diferentes mecanismos de explotación, los directos y los indirectos. Los explotadores indirectos, incluyen al banquero, al gran comerciante, al dueño de las grandes superficies, al terrateniente,  a los capitales extranjeros. Estos últimos con más preponderancia que hace 50 años, que muchas veces se terminan apropiando de la mayor parte de la plusvalía, en comparación con otros explotadores indirectos, como pueden ser el pequeño industrial o el pequeño comerciante dedicado al mercado interno. 

Está la pequeña minoría que se apropia de los frutos del trabajo del conjunto de la sociedad,  y que Massera llamaba la rosca oligárquica y también se la denomina como el poder económico, “los de arriba”, o más recientemente “el 1% más rico”. Allí tiene cada vez más peso el capital extranjero. De hecho, las principales ramas de actividad se encuentran en manos de empresas extranjeras. Lo que queda del capital nacional está organizado en grupos económicos diversificados en distintas sectores productivos, lo que les permite controlar una parte relevante del proceso económico nacional. En esencia, la desigual distribución del poder económico y los frutos del trabajo sigue siendo la misma.

Otro punto muy bien explicado en el libro, resalta el economista, y que nos remite a lo que sucede hoy en día, es el capítulo en el que Massera se refiere a los “ilícitos económicos”, donde se explican las distintas formas que tiene el Estado de beneficiar al gran capital, que potencian su acumulación y que están al filo de lo legal. De esto también podemos encontrar reminiscencias en la actualidad. Un modelo neoliberal, tanto el de la década de los años setenta como el actual, que salvando las distancias se termina apoyando en mecanismos del Estado para entregar soberanía y riqueza de los uruguayos a los grandes capitales.

Por último, Giometti retoma el final del libro Massera, que plantea qué podemos hacer para combatir esto. La unidad del pueblo, de las herramientas populares, un programa profundo que establezca los caminos para los cambios revolucionarios, esto es un cambio radical de las estructuras económicas, sociales y políticas para que los que dominan y se apropian de la riqueza sean desplazados. Un gobierno nacional en pos de las grandes mayorías, un gobierno del Frente Amplio para que lleve adelante los cambios que el pueblo precisa.

El segundo en tomar la palabra fue Roberto Markarian.  Recordó que conoció a Massera en la vida partidaria a la edad de 16 años, y en la vida matemática a la misma edad por un trabajo de autoría de Massera que una profesora de preparatorio le acercó para leer y que lo marcó para el futuro. Luego fue alumno de el, en varios terrenos de la vida, no solamente en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. Lo definió  como un hombre “serio, profundo, culto, preocupado por casi todo lo humano”.

Markarian reafirmó lo difícil que es resumir su obra y en definitiva quién fue Massera, por la profusión de terrenos en los que opinó con tanta seriedad. Compartió pasajes del libro “José Luis Massera: Ciencia y compromiso social” (2010) que coordinó junto con Ernesto Mordecki y publicó la Editorial ORBE. Destacó además “la visión prospectiva” que se refleja en su libro “Ciencia, Educación, Revolución: algunos problemas actuales” (1970) de Ediciones Pueblos Unidos, donde realiza un análisis marxista de la revolución técnica de la época. 

El profesor de matemática también quiso recordar  las ilustraciones del libro de 1973, que se mantienen en esta nueva edición, y que son obra de Anhelo Hernández, con quien Massera mantuvo una relación muy cercana. Las ilustraciones que “quizás fuera de contexto no puedan apreciarse”, en el conjunto de la lectura adquieren “una jerarquía grande”. De Anhelo además recordó pasajes del su contribución a la Revista Estudios 67, que homenajeó al pintor Pablo Picasso poco después de su muerte en el mismo 1973, y del cual Anhelo era un gran admirador. Decía “De eseta clase de hombres se dice que no mueren, sigue viviendo en el corazón de mucha gente. Toda la vida fueron parte de ese inmortal que es el pueblo”. 

La última en tomar la palabra fue la Ing. Carolina Cosse. Inició su presentación haciendo referencia a la épocas de estudiante del mismo Roberto Markarian a la salida de la dictadura. Carolina recordó que a Massera lo conoció apenas, pero trajo a la memoria, emocionada, lo que significó el fin de la intervención en la Universidad y la vuelta de los profesores destituidos. Años después, estudiando las contribuciones como matemático de Massera, volvió al “Manual para entender…”, porque en sus teoremas se palpa “inteligencia, su brillantez, precisión, su creatividad” mientras que en el Manual “se percibe un enorme esfuerzo de claridad, de que el otro pueda entender, y eso se llama respeto por el ser humano”. Celebró que estuviésemos recordando al Ingeniero “porque los grandes siempre tienen pensamiento vigente”. 

Para cerrar, son oportunas las palabras de Markarian, recordando el artículo de Anhelo Hernández sobre Picasso: “La vida es la unión dialéctica de la destrucción y la creación. Así pues, el heredero debe poner fuego a la herencia”. Así que a ponerle fuego. 

Foto de portada:

La intendenta de Montevideo, Ing. Carolina Cosse haciendo uso de la palabra durante la charla sobre Massera. Foto: Diego Correa Bayarres. EL POPULAR.

https://www.youtube.com/watch?v=Vx13_yv0iaM&t=2309s

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