Con el nombre del mar al este de Ucrania, el Batallón Azov caracterizado por sus identificaciones nazis, funciona, al decir de Página 12 “como una empresa para la guerra”.
En la descripción que el medio de prensa realiza del temido ejército regular ucraniano, sobresale, en primer término, que el mismo posee su propia página de reclutamiento.
En ella, se añade, se rinde tributo a aquellos miembros caídos durante la campaña del Donetsk y se exhibe como símbolo el Wolfsangel, “de inconfundible linaje nazi”, por lo que ha sido prohibido en Alemania.
Fue el propio Departamento de Estado de Estados Unidos, recuerda el medio de prensa, quien lo clasificó como “grupo de odio nacionalista”, una clasificación que no se aleja de la forma en que lo considera el propio presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Su composición, se afirma, se caracteriza por el reclutamiento de “un mosaico de jóvenes cautivados por la ultraderecha, nostálgicos de la Alemania hitlerista, barrabravas de clubes ucranianos”.
Como parte de su preparación militar, se dedican a adiestrar “a inexpertos en el uso de armas”, sin excluir el reclutamiento de militares con experiencia y preparación combativa.
No se trata del único tipo de formación paramilitar existente en el país, en ese sentido Página 12, recuerda como el “exdiputado popular de Ucrania, Semyon Semenchenko, convicto por contrabando de armas, lideraba una formación paramilitar, bajo la apariencia de una empresa militar privada”, emulando de esta forma los usos que del Batallón Azov realiza el propio presidente Zelenski.
La política de liberación dispuesta por el presidente ucraniano, determinó que Semenchenko fuera liberado bajo la condición de que se aliste en la “defensa del país”.
A diferencia de Azov, la formación de Semechenko no goza de la misma reputación de aquél ni cuenta con “el reconocimiento oficial” como “regimiento dentro de la Guardia Nacional ucraniana”.
Aunque para algunos, la reputación nazi dada a los integrantes de Azov es solamente “una obsesión atribuida a Putin para revalidar su campaña contra el gobierno de Kiev o justificar la invasión”, lo cierto es que la historia del mismo apunta en otra dirección.
Su primer comandante, recuerda el medio de prensa fue “Andriy Biletsky, exparlamentario y uno de los líderes de Cuerpo Nacional, agrupación política de extrema derecha”, incorporado posteriormente al partido Svoboda, de carácter ultranacionalista, cuyo referente histórico es Stepan Bandera, “un dirigente al que se considera criminal de guerra y que colaboró con la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial”, al cual hoy los ultraderechistas reivindican como a un héroe.
“Ser un guerrero y defender a tu país es un asunto digno de respeto y honor. En un momento difícil, cuando el enemigo intentó invadir descaradamente nuestro país, los ucranianos más valientes se unieron para una resistencia digna. Porque el patriotismo son hechos reales, coraje y honor, no solo llevar un galón”, es la definición que del batallón puede leerse en su página oficial: https://azov.org.ua/.
La legalidad del Batallón se ubica en 2014, “durante el levantamiento contra el golpe de Estado en Kiev de las repúblicas ahora reconocidas por Rusia de Donetsk y Lugansk”.
Michael Colborne periodista canadiense y autor de un libro sobre Azov, afirmó en “un seminario virtual organizado por la ONG Counter Extremism Project, que el Batallón Azov dejó de ser solamente una unidad militar afiliada a la Guardia Nacional del país”, generando “extensiones como el llamado Cuerpo Civil Azov” en un intento de avanzar en la captación de adeptos de sectores no militares.
En 2016, termina afirmándose, logra su expansión en el partido político Cuerpo Nacional, a partir de lo cual “surgieron otras ramificaciones afiliadas y no afiliadas de lo que se conoce como el Movimiento Azov”.
“Ucrania realmente tiene un problema de extrema derecha, y no es una ficción de la propaganda del Kremlin. Y ya es hora de hablar de eso”, enfatizó Colborne en declaraciones dadas en diciembre de 2020 a Forward, “un diario judío-estadounidense que se publica en inglés e idish”.