20221026/ Mauricio Zina - adhocFOTOS/ URUGUAY/ MONTEVIDEO/ SOCIEDAD/ Paro, acto y movilizacion de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU) en Montevideo. En la foto: Acto de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU) en el Platense Patin Club en Montevideo. Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS

Como canta Zitarrosa: “cara de chiquilín sin maestra”

Gabriela Verde (*)

El inicio de clases es un momento clave en la vida del país, en la dinámica de las familias y particularmente en la experiencia vital de las infancias. Para que las clases comiencen de forma adecuada las autoridades tienen que organizar un conjunto de pasos previos, que en los últimos años se han vuelto tropezones y topetazos.
Las elecciones de cargos han sido el reino de los errores y de la discrecionalidad. Por ello las trabajadoras y trabajadores de la Educación estamos atravesados por las más variadas incertidumbres.
¡El día 22 de febrero se llegó al sumun! Por “desperfectos informáticos” se suspendieron las elecciones de cargos de maestras y maestros en Montevideo. Tembló todo, porque circuló que la información se había perdido definitivamente. Luego supimos que no había sido así, tampoco está claro cuál es el daño, ni si se podrán repetir este tipo de sucesos.
¡Tropezón! Y una vez más la falta de organización y planificación para garantizar las condiciones de trabajo y de aprendizaje es la vedette en la comparsa unipersonal de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP).
El drama es que estas “fallas” afectan el trabajo de miles, y también el funcionamiento de las Escuelas. El hecho de suspender las elecciones de cargos, para las y los docentes, tiene consecuencias muy complejas. Por un lado, las compañeras que se encuentran a la espera de obtener un trabajo, aspecto que afecta el salario, ya que son días que no estarán en las escuelas y por tal motivo esos días no se cobran.
Para las escuelas, genera grandes complicaciones, porque cientos de docentes aún no están integrando los equipos de trabajo, en días que se planifica y organizan las instituciones para recibir a las niñas y los niños.
Y a las familias no se les puede garantizar que sus hijas e hijos puedan tener una maestra desde el primer día de clase. Tampoco estamos en condiciones de saber cuándo se solucionará realmente el problema.
¡Topetazo! En lo que refiere a los problemas informáticos, la preocupación de fondo tiene que ver con la manipulación y resguardos de nuestros datos. Una falla en estos sistemas nos alerta para preguntar y obliga a la Administración a dar respuestas.
En nuestro país existe una Ley de Protección de datos que se debe cumplir, ya que es una información muy sensible y no puede ser manipulada de cualquier forma. Puede afectar la carrera y la relación funcional con el empleador, que en nuestro caso es la DGEIP. Dejar en manos de empresas privadas esta información es un riesgo ya que nuestros datos pueden terminar siendo utilizados para cualquier fin, sea comercial, o de cualquier otra índole.
Ahora bien, importa dejar bien claro que todos estos inconvenientes que estamos viviendo en la previa del inicio de clases son entera responsabilidad de la DGEIP y del CODICEN de la ANEP, y NO de sus docentes y funcionarias.
Todos estos problemas que tenemos hay que analizarlos más allá de las anécdotas. Es imprescindible encontrar el fondo del asunto, porque elecciones largas, engorrosas y con problemas sistemáticos NO son un accidente, son parte del proyecto global de inestabilidad e inseguridad, que se integra en el proyecto político de desregulación laboral y de desprofesionalización docente.
Por su parte, nos dijeron que, con la LUC, que implicó la disolución de los Consejos desconcentrados, se iba a mejorar la gestión, nos gustaría que alguien del gobierno nos diera uno ejemplo, sólo uno, de mejora en la gestión. Porque desde la perspectiva de quienes trabajamos en la Educación, la gestión solamente se ha vuelto más y más autoritaria.
Entonces, las sistemáticas “fallas” administrativas tienen un origen e intencionalidad, son parte del plan privatizador que desde hace tiempo estamos denunciando.
Además, este 2023 comienza con la profundización de una reforma que no solo afecta lo curricular, advertíamos que a partir de la LUC se iba a generar la arquitectura para profundizar la privatización y desarticular la Educación Pública Estatal, ahora lo estamos padeciendo.
Y la reforma educativa NO es como se dice por ahí, algo que ya venimos haciendo, NO es lo mismo con otros nombres, esto es sustancialmente distinto, porque ataca la centralidad del rol docente, ataca la profesionalidad, y la libertad de cátedra.
Consideramos que las y los docentes tenemos la formación que nos permite interpretar la política educativa y reelaborarla creativamente, con criterio propio, en función de las circunstancias específicas, y de acuerdo con la realidad de las niñas y los niños concretos. Esto implica apostar a docentes con potencia teórica, capacidad crítica y compromiso con la realidad social.
Entonces, está establecida una brutal contradicción, las autoridades quieren aplicadores de manuales (que vienen prefabricados desde los organismos internacionales de crédito). Y esta contradicción sólo puede resolverse con lucha. Lucha en todos los terrenos, en lo político (del ejercicio de los derechos), en lo académico (de los conceptos y del lenguaje) y también en el terreno de las condiciones laborales (del presupuesto y del salario).
Es muy importante señalar que si logran imponer su reforma lo que se ve más afectado es el Derecho a la Educación de las infancias, por eso enfrentar esta reforma con lucha en todas sus aristas es un compromiso ineludible del pueblo uruguayo, con la historia, con el presente y sobre todo con el futuro.
(*) Maestra

Foto de portada:

Maestras durante la asamblea de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU) el año pasado. Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS.

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