El “affaire” del avión venezolano-iraní detenido en Argentina ha incorporado un nuevo capítulo.
Este miércoles, medios nacionales se han hecho eco de la información que circulan en medios de Argentina en os que se informa que la fiscal federal argentina Cecilia Incardona pidió se prosiga la investigación sobre el piloto de la aeronave por sus “posibles vínculos con organizaciones terroristas”.
Junto al piloto, se añade, fue solicitada la continuidad de la investigación de la tripulación de la aeronave que permanece retenida en el aeropuerto de Ezeiza.
De acuerdo al dictamen de la fiscal, “con el avance de las tareas investigativas llevadas aquí adelante, surgieron varios rastros que imponen la necesidad de proseguir la investigación respecto de Ghasemi Gholamreza, de toda la tripulación que de él dependía, de la aeronave y de su carga, conforme las obligaciones del Estado Argentino para prevenir y sancionar hechos de terrorismo”.
El dictamen de la fiscal incluye, según informa el diario La Nación, la solicitud al juez Federico Villena para que este determine “la posible relación” del piloto con “actividades de terrorismo internacional”.
El pedido fiscal solicita como medidas precautorias que se mantenga la retención de la aeronave, así como la de los pasaportes de todos los miembros de la tripulación.
De igual forma se solicita pedir a Estados Unidos una ampliación de las informaciones que tenga sobre Ghasemi, entre ellas, si este está siendo objeto de alguna investigación judicial y si el avión está embargado por resoluciones de dicho país.
La fiscal del “caso” ha señalado su preocupación por lo que denomina “inconsistencias” en la información disponible sobre los miembros de la tripulación por lo que solicitó se ampliara la investigación sobre estas “inconsistencias”.
Más allá de las “repercusiones” mediáticas del “caso”, interesa señalar otras informaciones que no han sido objeto de preocupación por parte de los medios nacionales uruguayos que replican de forma particular los datos que se aportan por cierto sector de la prensa argentina.
Por ejemplo, no se ha informado a los uruguayos que las fotos halladas en el celular del piloto no representan evidencia alguna de delito.
La pesquisa del celular del piloto Gholamreza Ghasemi, informa Página 12 muestra fotos donde aparece Ghasemi, “mucho más joven” como un miembro de la Guardia Revolucionaria Al Quds iraní.
De igual forma, añade el medio de prensa, se hallaron fotos “de misiles, tanques y de alguna bandera que dice “muerte a Israel”, de acuerdo a una primaria traducción del farsí.
En ese sentido, añade el medio de prensa, “parece un poco contradictorio que alguien que supuestamente realiza actividades de espionaje o terroristas, guarde fotos de esa naturaleza”, aunque se reconoce, en medio de una posible causa judicial estos elementos serán utilizados “en su contra, aunque no constituyan delito”.
Las pesquisas realizadas a los dispositivos y sus resultados, aunque ya informados al juez y la fiscal, “no cuentan con una traducción fidedigna, porque no es sencillo conseguir un buen traductor del farsí, el idioma mayoritario en Irán”.
“Es muy probable”, añade la nota de Página 12, “que Ghasemi argumente que hizo el servicio militar, que fue militar, y que gran parte de los jóvenes de su país integran la Guardia Al Quds y coinciden con la ideología y las posturas del régimen de los ayatolas”, todo lo cual permitiría a los representantes legales de Ghasemi y del resto de la tripulación “alegar que son fotos viejas y que no implican ningún delito, menos aún cometido en la Argentina”.
La imputación al piloto iraní realizada por la fiscal Incardona se realiza “en base a un informe del FBI que sostiene que el piloto fue ejecutivo y parte del directorio de Oeshm Fars Air que hace unos años, según la agencia norteamericana, realizó vuelos entre Teherán y Beirut llevando armamento”.
En esa misma dirección, se amplía, una comunicación del Mossad con el gobierno argentino, “aseveró que efectivamente eso es así, pero que desde que el 747 pasó a ser venezolano, no se estaría utilizando para nada ilegal”.
Ello explicaría por qué no se suscitaron “objeciones en los movimientos del Jumbo, que pasó por doce países distintos, sin problema alguno”, a ello se le adiciona que Ghasemi no “está imputado por ningún delito ni tiene orden de captura internacional”.
Para saber cómo sigue esta “historia de posibles espías y terroristas internacionales” habrá que esperar a las respuestas que trasmita el FBI a pedido de Incardona, una información que deberá incluir más evidencia documental sobre la titularidad del avión que permita definir si la aeronave es venezolana o si sigue siendo iraní.
En el curso de esta espera, se realizarán “nuevas verificaciones sobre la carga que trajo a Buenos Aires”, ya que para Incardona quedan dudas “si la carga no fue una forma de ocultar actividades de espionaje o terrorismo”.
Aunque hasta ahora solo hay sospechas no fundadas y delitos no cometidos, el “affaire” del avión de Emtrasur, ha dado lugar a un “rio de notas” afines a la literatura de espionaje y a un “desencuentro” entre los informes aportados por Israel y Estados Unidos.
Los informes aportados por el responsable para América Latina de la agencia israelí de Inteligencia (Mossad) fueron enfáticos en señalar que no se tenían “objeciones con el avión de Emtrasur” y que, aunque en algún momento fue usado “para traficar armas”, actualmente no se disponía de ninguna evidencia de estar implicado en “alguna actividad terrorista desde que lo compró la venezolana Conviasa, en julio de 2021”.
La disputa con los reportes estadounidenses aparece cuando el servicio de inteligencia israelí recalca que no se tenía ninguna “acusación contra el piloto, Gholamreza Ghasemi“, ratificando, además que no era el Mossad quien “empuja las sospechas: es otra embajada”, una clara alusión a la embajada de Estados Unidos en Argentina.
“Nosotros no tenemos nada que decir: la inspección del Boeing estuvo muy bien, correspondía verificar si había explosivos, cosa que se hizo, y no tenemos sospecha alguna sobre la carga de autopartes para la empresa Volkswagen”, finalizó afirmando el funcionario del Mossad.
Luego de la información de la agencia israelí, el gobernó argentino calificó al reporte del FBI de pretender instalar sospechas de terrorismo y definió al mismo como un “panfleto burdo, ya que carece de evidencias y sólo refleja una postura geopolítica”.