Daniel Dalmao (*)
Que el próximo gobierno sea del Frente Amplio (FA) es una necesidad para el mejor futuro de nuestro país. El actual, el de la coalición de derechas es el “gobierno de la desigualdad”, de la corrupción, de la pérdida salarial y de jubilaciones con menor poder adquisitivo, el de los “malla oro” viendo crecer sus grandes depósitos bancarios y su contracara del aumento de la pobreza, el del caos en la educación, el de la inseguridad y de los ministros incapaces de resolver este acuciante problema, el del clientelismo político, el que mintió diciendo que iba a construir 50.000 viviendas y terminar con los asentamientos y un larguísimo etcétera.
La contracara a este tipo de gobierno debe ser otro de la “inclusión”, del desarrollo y del crecimiento con distribución de la riqueza generada, con oportunidades para todos y todas las uruguayas y uruguayos, que apueste fuertemente a la educación pública, que valore a los trabajadores y respete a sus sindicatos, que combata al gran narcotráfico y a la inseguridad que provoca, en fin, que abra los caminos al avance en democracia, por tanto a más igualdad, más derechos, más justicia social con rumbo a la “felicidad pública” de la que hablaba Artigas.
En nota anterior decíamos “…el cuarto gobierno frenteamplista debe hacer un énfasis especial en el desarrollo del Interior de nuestro país”. Para nosotros esto tiene que ver con una concepción de la democracia que implica una sociedad donde sus integrantes conquistan cada vez más derechos, pero que además puedan ejercerlos independientemente del lugar del país donde les tocó o eligieron vivir.
Para que lo anterior no solo sea una linda expresión de deseos, tendrá que estar acompañado de medidas concretas que permitan el desarrollo de proyectos productivos en las distintas regiones de nuestro territorio. Estos proyectos no pueden “caer del cielo”, o su equivalente, ser pensados exclusivamente en el centro capitalino por más buena voluntad y capacidad técnica que tengan los funcionarios y autoridades que desde allí dirigen habitualmente los destinos del país.
Por eso insistiremos, con la seguridad que nos da el hecho de estar incluido en el programa del FA, en la necesaria descentralización de las políticas del poder ejecutivo. Nos imaginamos entonces, a los distintos ministerios y organismos de gobierno “aterrizando” y quedándose en cada zona, planificando y ejecutando medidas ahí, con autoridades y funcionarios conocedores de cada realidad (porque estamos convencidos que las capacidades e inteligencias se distribuyen “democráticamente” y no quedan todas en la capital).
Mas desarrollo homogéneo a lo largo y ancho del país implica también mas generación de conocimiento, por tanto más estudios, más investigación. Esto va de la mano de mayor extensión de la educación pública terciaria, universitaria, en todo el país. En los períodos frenteamplistas se generaron las condiciones para esa extensión y los avances fueron notorios, pero llegó la derecha al gobierno con su desprecio por la Universidad Pública demostrado a través de los recortes presupuestales. Más universidad pública en todo el territorio implica más desarrollo, más justicia, más jóvenes estudiando, más conocimiento, por tanto, más democracia.
Mas desarrollo en todo el país implica además, más “Salud Pública”. Y para esto es necesario, aparte de toda la infraestructura material, más personal calificado cuya formación se debe poder hacer en todo el territorio, otra vez entonces: más Universidad en todo el país.
La seguiremos. Porque es necesario este camino y porque su trazado solo lo puede hacer el Frente Amplio en el gobierno.
(*) Secretario general del PCU en Salto y diputado por la 1001.
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Estudiante. Foto: Ricardo Antúnez / adhocfotos.