Gustavo Alvarez (*)
Alemania sufrió una importante sacudida política con un Gobierno federal debilitado, una coalición de SPD (socialdemócratas)-Verdes-Liberales en caída, y una ultraderecha nazi que no para de crecer, y así en las elecciones a los landers (Intendencias) del pasado domingo en Turingia la ultraderecha fue la primera fuerza más votada y en Sajonia la segunda por detrás de los democristianos de la CDU.
Estos resultados son un verdadero sacudón político para el país, un importante toque de atención sobre la situación social en Alemania y afloran las debilidades de los partidos que forman el Gobierno federal –SPD, (Socialdemócratas) Verdes y liberales–, que han sufrido un importante retroceso en los dos estados federados. Una caída estrepitosa en toda regla.
En el land oriental de Turingia, la ultraderecha de Alternativa por Alemania logró el 38.2% de los votos. Importante destacar que el 40% de sus votantes fueron jóvenes de entre 18 a 24 años. Por detrás los demócratas cristianos, que representan la derecha alemana con 23,6% y muy lejos los socialdemócratas con un 6.3%. Las izquierdas de Die Linke (La Izquierda) un 13.1% y Sahra Wagenknecht (BSW) escisión de La Izquierda,15.8%. Está claro, que la ultraderecha a día de hoy, más allá de ser la fuerza más votada no logrará la mayoría necesaria para ser gobierno, y el “cordón sanitario” al igual que sucedió ya, en el Estado Español y Francia, obligará a coaliciones de gobierno complejas y difíciles entre derecha, centro derecha y socialdemócratas.
En el land de Sajonia los democristianos de centro derecha lograron el primer lugar con un 30.9% de los votos y por detrás, la ultraderecha con un 30.6% mientras socialdemócratas y las izquierdas quedaron en un tercer escalón.
Marcábamos en anteriores artículos la subida de la extrema derecha nazi- fascista en Europa, y esta no iba a ser la excepción, ni tampoco lo será el 22 de setiembre, en el land de Brandemburgo, dónde desde hace 20 años gobierna la socialdemocracia, y ya los sondeos marcan el primer lugar para la ultraderecha también.
¿Como lograron en Alemania estos niveles de votación? Veamos. La ultraderecha y también una buena parte de la derecha apostó al voto de los hombres jóvenes y de la división de género para triunfar en las elecciones en dos regiones alemanas clave. Un fenómeno cuidadosamente armado por este partido de ultraderecha con raíces nazis: ha identificado un creciente descontento entre los hombres jóvenes, especialmente aquellos de la Generación Z (nacidos entre 1995 y 2009), en relación con temas como la “discriminación inversa”.
Una encuesta reciente reveló que el 60% de los hombres de la Generación Z en Alemania creen en la existencia de esta “discriminación inversa” contra los hombres. Esta percepción ha sido hábilmente explotada por los ultraderechistas de Alternativa por Alemania para atraer sus votos, ya que muchos jóvenes se sienten alienados por el discurso progresista predominante. Ya en 2022, France 24 informaba de que la extrema derecha alemana estaba “deliberadamente tratando de atraer a los hombres jóvenes “, utilizando temas como la alta inflación y especialmente la estigmatización de la inmigración para ganar su apoyo. Y con este discurso ramplón logra estos resultados. Desde los años 30 del siglo pasado no tocaban gobierno.
Por otro lado, los resultados también son la consecuencia de la decadencia de la socialdemocracia europea, entregada de cuerpo y alma a los dictados del imperialismo norteamericano y su sumisión a él, incapaz de lograr trabajos y salarios dignos, eliminar la precarización laboral, con una inflación que no se controla, con ciento de millones de trabajadores pobres y con una brecha y concentración de la riqueza en menos manos, que siguen impulsando la ayuda económica a Ucrania, alentando a un espiral de guerra sin nunca acabar, mientras las colas del hambre se multiplican en toda Europa y las perspectivas a futuro se tornan sombrías. Una socialdemocracia que para enfrentar el discurso xenófobo y racista de las derechas y ultraderechas contra la migración, sale ahora con la propuesta de la “migración circular”, que no significa otra cosa que el impedimento de la libre circulación de seres humanos, y por la tanto cada día que pasa compra más desesperadamente hasta lo que dice enfrentar. Su incapacidad en los últimos 35 años de hacer cambios estructurales en la economía, en dónde la riqueza se ha concentrado en unos pocos, con la famosa teoría del derrame que cada vez llega más a cuentagotas a la población que más lo necesita.
¿Y la Izquierda? Die Linke y BSW, esta última una escisión peligrosa de la primera ya que hasta ha mantenido reuniones con la ultraderecha. Está claro que La Izquierda va de mal en peor, y no solo en Alemania, perdiendo pie en cada elección. Sahra Wagenknecht (BSW) ha irrumpido con fuerza en la política alemana. Pero como en otros tantos países de Europa, una izquierda dividida, pero en este caso con esta fracción peligrosa, con una estrategia para esa escisión que penetró de lleno en el tablero político y con un discurso difícil de diferenciar en algunas cosas como la criminalización a la población migrante, estigmatización al colectivo LGTBI, discurso antivacunas, entre otras.
Por lo tanto estas elecciones de pasadas en Sajonia y Turingia solamente reflejan el creciente estado actual de un ultraderecha que sigue al alza, con un tercio de representación en el Parlamento Europeo y con un discurso calcado en toda Europa, el discurso de “Europa para los europeos” “los inmigrantes vienen a robar y a violar a nuestras hijas” “son los inmigrantes los causantes del aumento constante de la violencia e inseguridad” … y los grandes medios de comunicación que a diario los entrevistan para blanquearlos y darles un tono cuasi democrático.
Hay un futuro que parece estar ya escrito para la vieja y muy venida a menos, Europa, y una gran incógnita que se abre. ¿Hasta cuándo los “cordones sanitarios” evitarán las victorias con mayorías absolutas del discurso del odio, racismo, xenofobia y misoginia? Lo iremos viendo.
Pero este fenómeno también los estamos viendo en nuestra América Latina, no podemos mirar hacia un costado como si esto no fuera con nosotros, allí está Milei, en Argentina, referente de la iberosfera fascista junto Kast, Bolsonaro, Abascal, Meloni y compañía. No está exenta América Latina ya que están allí y quizás la pregunta que deberíamos hacernos seriamente sería ¿Seguiremos sin tocar la estructura económica y poniendo curitas en un muerto que se desangra? O quizás habrá llegado la hora de verdaderamente atender a las grandes mayorías sociales cada vez más perjudicadas para no caer en la misma situación, ¿que atraviesa Europa actualmente? ¿No será hora de comprender que hay un modelo económico agotado y que no da respuestas? Desde mi modesto punto de vista, la izquierda latinoamericana, junto a los movimientos sindicales y organizaciones sociales de base, deberían urgentemente reflexionar sobre estas estas preguntas.
(*) Integrante de la Comisión de RRII del PCU.