“Nosotras creemos que la experiencia escolar se debe vivir como una aventura de conocimiento, de intercambio humano, de ejercicio de derechos”

EL POPULAR dialogó con la maestra Gabriela Verde candidata por la Lista 3 en las elecciones de AdeMU Montevideo, filial de la Federación Uruguaya de Magisterio – Trabajadores de la Educación Primaria. 

Dichas elecciones se van a estar desarrollando entre el 9 y el 14 de setiembre, en las que se elige, el Secretariado Ejecutivo, la Comisión Electoral y la Comisión Fiscal para el período 2024 – 2026.

-Se trata de un sindicato que tiene mucha dinámica electoral… ¿Qué nos podés contar sobre las elecciones de AdeMU Montevideo que se van a llevar a cabo en unos días?

Bueno… están planteadas una observación y una pregunta. Empezamos por la observación, quizás una parte de la sensación de que tenemos muchas instancias electorales venga a raíz de que tuvimos elecciones nacionales el año pasado. Viste que nuestro sindicato tiene filiales departamentales que conforman una Federación de carácter nacional, que es una organización de segundo orden. Ahora tenemos elecciones únicamente de la filial departamental de Montevideo.

-Puede ser que por ahí venga la cosa…

Además, se da la situación de que nos quedaron cruzados los estatutos, en el XII Congreso de la Federación del año 2019 pasamos las elecciones nacionales, que estaban cada 2 años, a ser cada 3 años, pero en la filial departamental todavía no hicimos ese ajuste estatutario, entonces se da esta situación que parece que todos los años tenemos elecciones.

Existe la necesidad de hacer una reforma integral de los estatutos de AdeMU Montevideo, este año no nos dieron los tiempos para cumplir con ese objetivo. Sin embargo, hay algunos colectivos del sindicato que para estas elecciones presentan algunas propuestas de reforma del estatuto. Una que plantea ajustar este tema, para que las elecciones de nuestra filial también sean cada 3 años, en conjunto con las de la Federación; y otras con cuestiones que refieren a los quorum de asamblea.

-¿Y qué nos podés contar sobre las elecciones de AdeMU Montevideo?

Las elecciones se van a realizar entre el 9 y el 14 de setiembre, y en ellas se definen la dirección del sindicato, su secretariado ejecutivo, la comisión electoral y la comisión fiscal. 

Como siempre hacenos, van urnas moviles a las escuelas, ahí las compañeras y compañeros votan en sus centros de trabajo, además, el sabado se puede votar en la Casa de Las Maestras. 

-¿En qué contexto se dan estas elecciones de AdeMU? 

Esa pregunta es como un prisma de muchas caras… porque hay diferentes análisis posibles para incorporar al contexto de esta elección del sindicato, intentaremos responder desde lo más global a lo más concreto, pero sabiendo que tienen una relación dinámica entre sí.

Ya hemos conversado otras veces respecto al retroceso democrático acelerado que se dio en el Uruguay en estos años de gobierno herrerista. Han sido años de una entrega escandalosa de la soberanía nacional, de un ajuste brutal contra las y los trabajadores, bueno, hace unos días circuló un dato -aportado por el Ec. Bruno Giometti- que plantea que en estos años la transferencia del trabajo hacia el capital ha sido de 7.000 millones de dólares. Este dato viene a explicar por qué tenemos más de medio millón de compatriotas que ganan 25.000 pesos al mes o menos. Digamos que describe de forma muy gráfica la realidad en la que estamos viviendo, y mucho más si lo combinamos con el aumento de los índices de pobreza e indigencia…

-El Uruguay de lo malla oro…

El Uruguay de los malla oro tiene dos caras, un puñadito que amasa millones y cientos de miles que viven la angustia de no tener para cubrir sus necesidades básicas y las de su familia. A lo que hay que agregarle que en nuestro país se mira con lupa a los pobres y los magros apoyos que reciben del Estado. Pero se invisibilizan los gruesos apoyos que recibe, por ejemplo, el sector agroexportador, que es uno de los que se quedó con gran parte de esos 7.000 millones que mencionamos recién.

Hay que correr el velo y poner sobre la mesa de debate los beneficios que el Estado le brinda al sector agroexportador. Por ejemplo, existe un fondo arrocero que beneficia a poco más de 550 productores y hay varios fideicomisos lecheros, de eso no se habla. Los productores rurales cuentan con enormes exoneraciones tributarias, por ejemplo, el 75% de los productores rurales únicamente paga el IMEBA y el 50% no paga DGI. También están exonerados de la contribución inmobiliaria, tienen una rebaja de la tarifa eléctrica, y una devolución del IVA del gasoil del 18%, cuentan con fondos de emergencia, préstamos con facilidades y mucho más… Si será cierto aquello de la canción: “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”.

-Ronda los 2.400 millones de dólares anuales lo que el Estado deja de recaudar por la vía de las exoneraciones a los sectores más poderosos en términos económicos…

Sí, en el entorno de los 3 puntos de PIB por año se exoneran a los ricos, pero después se fundamenta que no hay de dónde sacar recursos, por ejemplo, para mejorar el presupuesto educativo. Que, además, en esta etapa se redujo unos 300 millones de dólares ¡cuesta creer, pero es así! 

Cuando dialogás con cualquiera, siempre se llega a la conclusión que la prioridad para un país tiene que ser la educación, pero cuando te recortan el presupuesto no pasa nada, no hay respuesta popular, y esta situación nos obliga a reflexionar a todas y todos, con toda la amplitud que eso implica, y no nos ponemos por fuera del problema, todo lo contrario. 

Volviendo al eje, es doloroso que escuchamos a muy pocos indignarse de todos los beneficios que reciben los que más tienen, pero el pataleo por los apoyos que reciben los sectores vulnerados es permanente. Como sociedad estamos enfocando mal nuestros enojos, nos comemos la pastilla, nos obligan a mirar hacia un lado, y nos cuesta salir de la agenda que construyen e imponen ellos. 

-¿Hay algún otro elemento para agregar a las características del contexto de las elecciones de AdeMU?

Recién empezamos… (risas). El prisma tiene muchísimas caras, y mientras analizás una hay otras que quedan atrás, escondidas. Hasta ahora sólo nos referimos a los efectos nefastos que está teniendo sobre nuestro país el gobierno de la derecha coaligada. 

Otro eje de análisis es el tipo de año que estamos transitando, este año es particular, tenemos elecciones nacionales, y eso cambia en gran medida la dinámica de la sociedad, por un lado, se politiza, y por el otro aparecen los maracanaces con sus divisas descoloridas…

-¿A qué te referís con los maracanaces y sus divisas descoloridas?

Me refiero a las campañas electorales de bajo calibre político, como la que estamos teniendo, con promesas a lo Pinchinatti. Cada vez más predominan las estrategias de marketing sobre las ideas, los debates se desvanecen en oratorias prefabricadas y los electores somos tratados como compradores, ¡nos venden candidatos a presidente!

De todos modos, el año electoral ofrece -en cierta medida- la oportunidad de expresarse y contar con más oídos abiertos a escuchar ideas y propuestas. Desde el sindicato tenemos algunos pronunciamientos, que vienen de nuestro XIII Congreso, que es importante debatir con la ciudadanía. 

Según lo que nosotras entendemos la convocatoria del Congreso Nacional de Educación en el primer año del próximo gobierno es una propuesta central, que hay que conversar en todos lados. Venimos de un quinquenio en el que no se lo convocó, un quinquenio en el que se debilitó la democracia en el sistema educativo, y para revertir ese proceso hay que tomar medidas, esta es una entre tantas. Hay que recuperar en la práctica las tradiciones artiguistas, como son las Asambleas Orientales, ¡ese es el papel que debe jugar el Congreso de Educación!

-¿El Congreso de Educación les parece más importante que el plebiscito de la seguridad social?

¡No! ¡Categóricamente no! Lo que pasa es que el plebiscito es otra cara del prisma… (risas). Pero ya que traés el tema lo analizamos. Con el plebiscito se ponen en juego los proyectos de país que están en tensión, y las diferentes concepciones de democracia; sobre este último concepto quiero volver después, pero ahora me quiero referir al plebiscito.

El tema de la seguridad social es un problema que el Uruguay viene arrastrando hace tiempo. Desde el año 1995 venimos en un proceso de deterioro que requiere respuestas. Ahí se abren las discusiones respecto a por qué ahora y no en otros momentos, para atrás y para adelante. La cuestión es muy concreta, a las circunstancias ya complejas a partir de las reformas de los 90´ se sumó un segundo proceso regresivo con la ley 20.130, votada el año pasado. Esta nueva ley supone serios perjuicios a todas las trabajadoras y trabajadores, los más complejos -pero no los únicos- son: que se incrementó en 5 años la edad mínima jubilatoria, al barrer se pasó de 60 a 65; y que se bajaron los porcentajes que se van a percibir al retirarse, que serán apenas de un 45%; lo que implica un doble perjuicio, nos vamos a jubilar con más edad y con menos dinero.

Ante esa situación hubo diferentes visiones de qué convenía hacer, y la respuesta del movimiento sindical, ante esta reforma jubilatoria, fue plantear tres puntos para incorporar a la Constitución, que fijan mínimos a partir de los que se debe empezar a discutir una reforma integral de la seguridad social, con eje en el elemento humano y no en las ganancias del puñado que ya hablamos. 

Las propuestas son, eliminar el lucro de la seguridad social, topear la edad jubilatoria a los 60 años -con posibilidad de extenderla en caso que la trabajadora o el trabajador lo desee- y equiparar las jubilaciones mínimas al salario mínimo nacional. Estos planteos tienen amplio apoyo ciudadano, con campaña del miedo y todo, siguen siendo propuestas que las mayorías entienden justas.  

-¿A las y los docentes les perjudica la nueva ley? 

Sí, como al resto de las trabajadoras y trabajadores. En el caso puntual nuestro está el tema de la bonificación -las y los docentes computamos 4 por cada 3 años trabajados- que las AFAP dejaron de tener que pagarla, se les eximió de esa obligación. Es decir que el Estado, a través del BPS, tiene que pagarlo, pero las AFAP no. ¡Es de locos! 

También está el caso de la edad ficta y de los promedios, porque hacer un promedio sobre 60 da un número y hacerlo sobre 65 da otro más chico, porque, aunque la quieran complicar, las y los trabajadores estos perjuicios los entendemos al toque, sobre todo cuando abrimos la heladera. 

Entonces, a las y los docentes nos perjudica de forma considerable, pero si no nos perjudicara y sólo afectara al resto de las y los trabajadores, estaríamos militando por esta causa con el mismo entusiasmo, porque el análisis que hacemos es de clase y no corporativo.

-Dijiste que te querías referir a la democracia… ¿Otra cara del prisma?

Sí, que ocupa un lugar clave de la batalla cultural, porque el bombardeo es brutal, -como decía antes- respecto hacia dónde nos hacen poner la mirada, y en el concepto de democracia juega mucho la mirada dominante. Digamos que la concepción de democracia termina siendo un pilar de cualquier debate, y cada opinión expresa diferentes concepciones de la democracia, en la sociedad y en el sindicato también. 

Hay una mirada que entiende la democracia como el ejercicio del voto. El otro día leía una entrevista a Marcos Roitman, el politólogo chileno, en la que analizaba este tema y hacía una afirmación categórica que compartimos, “si la democracia consiste en ir a las urnas y votar, morirse de hambre es un hecho auténticamente democrático”.  ¿Qué más se puede decir?

Pero hay otras miradas del tema, la que nosotros defendemos plantea la necesidad del voto, pero sobre todo propone llenar de potencia política toda la actividad ciudadana. Que implica la participación genuina en cada espacio social, con la perspectiva de promover el poder popular. Necesitamos practicar la democracia de forma permanente, las discusiones y las decisiones tienen que llegar al club del barrio, a la biblioteca comunitaria, a la comisión de fomento… ¡a todo!

Parecido ocurre en lo sindical, están quienes miran la democracia por el ojo de la cerradura del voto y quienes creemos que tiene que haber colectivos involucrados con el día a día de lo que nos pasa, espacios de reflexión amplios, elaboración desde los diferentes lugares de actividad, la representación no puede ir en contra de la participación.

-El Magisterio uruguayo tiene una rica historia de participación social…

El año que viene se cumplen 80 años de la primera misión socio – pedagógica, y constituye un hito en la historia de la educación de nuestro país, hito que está marcado por una conducta que cimentó el vínculo del magisterio con el pueblo. 

Esa participación, que ubica a las maestras y maestros como actores de toda la realidad social y no sólo del aula es un mérito en sí mismo, pero además, ese proceso permitió que se afianzaran caminos y confluyeran cauces. Por ejemplo, el año año de la primera misión socio – pedagógica se funda la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM), obviamente que no es mecánico el análisis ni el vínculo entre una cosa y otra, pero para poder explicar el proceso de la unificación magisterial hay que estudiar las misiones socio – pedagógicas y viceversa.

Entonces, gran parte de la pedagogía nacional surge desde ahí, desde esa participación social, con fuerte compromiso con los sectores de la sociedad más relegados, en el ejercicio concreto de la solidaridad, y sobre todo por concebirnos como maestras y maestros al servicio del pueblo. ¡Da para largo!

-¿Cómo se lleva la pedagogía nacional con la transformación educativa del gobierno?

¡No se llevan! La pedagogía nacional es parte del patrimonio del país, la transformación educativa es una política alineada a los intereses y exigencias de los organismos internacionales de crédito. Si los objetivos te los escribe el Banco Mundial, no podemos hablar de soberanía.

Discutir de educación no es solamente discutir los métodos de enseñanza que se van a emplear, es definir qué participación va a tener el pueblo en los procesos de conocimiento, en todos sus estadios, investigación, experimentación, divulgación… Y cuando debatimos programas escolares, el centro del asunto es qué quiere el pueblo uruguayo que apropien las niñas y niños del país en lo que refiere a ética, estética y cultura. 

Muchas veces predomina la mirada mercantil que plantea que se debe preparar a las personas para conseguir un trabajo, nosotras creemos que la experiencia escolar se debe vivir como una aventura de conocimiento, de intercambio humano, de ejercicio de derechos, por lo tanto, un espacio mediado por la afectividad profunda, porque educar es un acto de amor.

La educación no puede jugar su rol liberador-emancipador en la medida que esta idea es suplantada por la idea de que lo necesario es desarrollar competencias que permitan vender mejor la fuerza de trabajo. 

-¿Volvemos a las elecciones de AdeMU?

No nos fuimos, son más caras del prisma, y no es un cliché, expresa una concepción, voy a intentar explicarlo. 

Hay quienes entienden que desde el sindicato debemos concentrarnos en resolver los problemas concretos de las compañeras y los compañeros -que son un montón y enseguida nos referimos a ellos-, pero si a esos problemas los desconectás del análisis del contexto, y de la caracterización que de ese análisis se desprende, le estás amputando la esencia a la cosa, estás ofreciendo un frasco vacío.

Nosotras queremos resolver los problemas concretos que surgen, pero simultáneamente desarrollar mejores explicaciones de la realidad, mayores niveles de conciencia y más capacidad de movilización.

Recién hablábamos del papel emancipador de la educación, pero la educación no puede ser emancipadora si las maestras no discutimos sobre la emancipación social, y no es perdernos en disquisiciones filosóficas, es llenar de sentido nuestra acción cotidiana. Lo que implica, por ejemplo, identificar quiénes quieren socavar la idea de una educación que nos vuelva más humanos y más libres. ¡Y estas ideas tienen montones de enemigos!

-Dijiste que hay un montón de problemas…

Es verdad, hay montón de problemas… uno de cada cuatro alumnos de las escuelas públicas vive por debajo de la línea de pobreza. Esto impacta de múltiples formas, los problemas de los hogares hacen eco en la escuela, y las escuelas cuentan con menos recursos, porque se recortó presupuesto. 

Y eso repercute mucho en nuestras compañeras y compañeros, nos genera angustia, porque los esfuerzos que se hagan en la clase no alcanzan si la gurisada no come. 

Las desigualdades crecientes se manifiestan como violencia social. Los problemas que viven las familias, las dificultades que se generan en los barrios, todo, repercute en las escuelas, en su dinámica de funcionamiento, en los aprendizajes y en la forma en que se habita y transita el espacio común. 

Ante esto importa reconocer que las soluciones no son mágicas, ni tampoco incrementar la represión es un camino. Necesitamos mesas de diálogo, espacios para acordar cómo convivir, acceso a la cultura, políticas de deporte, necesitamos presupuesto para garantizar derechos.

-¿Hay respuestas de las autoridades ante estos reclamos?

Ninguna, ellos son los creadores de estas situaciones, y de otras tantas. Buscan cambiar el eje y desviar la atención, tiene que parecer que se preocupan, con eso alcanza, ¡estamos en campaña electoral!

Tenemos una administración autoritaria, que incrementó las presiones, el maltrato, la prepotencia y la persecución. Es importante recordar que hubo maestras sancionadas -las compañeras de la Escuela N°35- por leer una carta del sindicato que denunciaba los problemas del inicio de clases. 

Todo esto responde a dos campañas simultáneas, la del miedo, que pretende la obediencia, y la campaña de deslegitimación del colectivo docente, que busca responsabilizarnos de los problemas y alejarnos del pueblo. 

Mientras tanto tenemos 6.000 casos de impagos y 14.000 expedientes trancados, esto sucede en la administración que eliminó los Consejos y creó Direcciones Generales para gestionar mejor y ser más ágiles, una prueba de las mentiras que dijeron mientras debatíamos la LUC (Ley 19.889). 

-¿Qué medidas piensan a tomar desde el sindicato?

Se está debatiendo la realización de un paro nacional de 24hs y movilización para el mes de octubre en el marco de la CSEU. Tenemos la convicción que el principal regulador de la actividad laboral son las calles… es tiempo de organizarse y luchar, y de prepararnos para el 2025, que es el año en que se discute y aprueba la ley de presupuesto, la cual define, en gran medida, nuestra suerte en el próximo quinquenio. 

Nuestra plataforma tiene que estar en todos los debates, sólo con presupuesto no se resuelven los problemas, pero ningún problema se puede resolver sin él. 

Y cualquier política educativa está condenada al fracaso si no se realiza en el marco del diálogo con los colectivos docentes, el país tiene que confiar mucho más en lo que puede lograr si les da participación a sus docentes. Desde el Congreso de Educación Julio Castro del año 2006, que resolvió la autonomía y el cogobierno para toda la educación y luego no se concretó en la Ley de Educación de 2008, se ha decidido darnos la espalda a las y los docentes. Siempre se puede corregir el rumbo, y darnos la voz a quienes estamos en los territorios, en lugar de a los expertos que no conocen las aulas.

-Muchas gracias por el intercambio… quedan caras del prisma para la próxima.

Siempre quedan cosas por decir, y eso es lo bueno… ¡Gracias a ustedes!

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