De acuerdo a los datos recientemente publicados sobre libertad de prensa en el mundo, Marruecos bajó 9 puestos en el año 2023.
El informe de Reporteros Sin Fronteras confirma que el país pasó de ocupar el puesto 135 al 144, en una lista de 180 países y territorios.
De esta forma el país ingresa en el listado de aquellos países donde “el estado de la libertad de prensa se encuentra en una situación difícil”, consignó el portal de noticias Contramutis.
En dicho reporte se define el trabajo de los periodistas marroquíes como “torpedeado por las líneas rojas implícitas impuestas por el reino: el Sáhara Occidental, la monarquía, la corrupción y el islam”, lista a la que se suman las acciones de los servicios de seguridad, la gestión de la pandemia de la Covid-19 y la represión de las manifestaciones”.
Estos trabajadores de la prensa, comenta el texto “sufren presiones constantes” y el objetivo de lass mismas es conseguir “someter a la profesión y ponerla a sus órdenes”.
Se trata de una situación en la que “el pluralismo de la prensa marroquí no es más que una fachada, pues los medios no reflejan la diversidad de opiniones políticas que hay en el país”.
Además de las presiones que reciben, el “derecho a la información”, resulta “arrollado por una maquinaria de propaganda y desinformación al servicio de la agenda política del poder y su entorno”, se agrega en el informe.
Una de las acciones más denunciadas son son “las detenciones sin orden judicial y de forma prolongada” que “están a la orden del día” en dicha nación.
Los periodistas son sometidos a procesos de calumnias llevadas adelante “por los medios afines a las autoridades”.
Actualmente en el país “hay 11 periodistas y 3 colaboradores de medios detenidos”, ello sin considerar que se encuentran detenidos, también, “siete periodistas saharauis cumpliendo graves condenas en cárceles marroquíes”.
en diferentes partes del mundo. Nicolás Castellanos lo hizo con el fotoperiodista saharaui Khatri Dadda, del que dijo está condenado “por presuntos delitos basados, como siempre en el caso de los presos políticos saharauis, en confesiones bajo torturas o falsificadas”.
“No existe prensa libre en Marruecos, que persigue y encarcela con suma crueldad no solo a los saharauis en los territorios ocupados, sino a periodistas marroquíes que investigan temas molestos, como la corrupción o la Corona”. Se enfatiza en el documento de Reporteros sin Fronteras.