SNIS: Una perspectiva necesaria

Pablo Da Rocha (*)

El Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) de Uruguay, establecido en 2007 mediante la Ley Nº 18.211, ha sido fundamental para garantizar el acceso universal a la salud en nuestro país. A lo largo de los años, el SNIS ha evolucionado, pero aún existen desafíos que debemos abordar para mejorar su eficiencia y equidad.

A 17 años de la reforma, las instituciones médicas, principalmente las mutualistas, han expresado preocupación sobre las dificultades financieras y la sostenibilidad del sistema. Han señalado que el SNIS «no resiste el quiebre de otra institución mutual». Además, algunos expertos, como el contador Bruno Gili, han destacado la necesidad de una «segunda reforma» del sistema de salud, sugiriendo que el mecanismo de cápitas actual es «demasiado generalista y simple» y que, con el uso de tecnología, se podría lograr uno más «inteligente».

La participación social es un componente esencial para fortalecer el SNIS. En noviembre de 2023, Uruguay fue sede del Congreso Salud, Participación Social y Comunidad «Dr. Pablo Carlevaro», que resaltó la importancia de la participación social en la salud pública. Este evento destacó la necesidad de involucrar a usuarios y trabajadores en la toma de decisiones para mejorar la calidad y accesibilidad de los servicios de salud.

En ese sentido, la Federación Uruguaya de la Salud (FUS) ha entendido como oportuno y necesario reflexionar sobre los avances y retrocesos de la reforma desde su creación. A través de un incansable trabajo colectivo y técnico, ha considerado propuestas para fortalecer el SNIS, especialmente en lo que respecta a la participación social con carácter vinculante. En consonancia con ello, ha reclamado incesantemente garantizar la participación activa de usuarios y trabajadores en la toma de decisiones, asegurando que sus voces sean escuchadas y consideradas en la gestión y planificación de los servicios de salud.

Sin embargo, las propuestas no se limitan a la participación social. Por ejemplo, se ha señalado la necesidad de: establecer mecanismos de financiamiento sostenibles y equitativos, que permitan una distribución justa de los recursos y aseguren la viabilidad financiera del sistema a largo plazo. Implementar modelos de atención centrados en el paciente, que prioricen la calidad y la continuidad de la atención, promoviendo hábitos saludables y prevención de enfermedades. Optimizar la gestión de los recursos humanos y materiales, asegurando una administración eficiente y transparente que permita mejorar la prestación de servicios.

Es fundamental incorporar la participación social como un pilar fundamental del SNIS, ya que fortalecerá la democracia y la equidad en el acceso a la salud, permitiendo que el sistema sea más eficaz para atender las necesidades de la población. Sin duda, la reforma del sistema de salud en Uruguay ha logrado avances significativos, pero es evidente que se necesitan ajustes y mejoras. La participación social con carácter vinculante se presenta como una herramienta clave para enfrentar los desafíos actuales y construir un sistema de salud más justo y eficiente para todos los uruguayos.

Recientemente, la FUS ha dado a conocer un documento titulado: «Propuestas hacia un diálogo nacional en salud», elaborado colectivamente por el frente social en salud de trabajadores y usuarios. Este documento está siendo presentado a las distintas fuerzas políticas que se presentan a elecciones este próximo domingo 27 de octubre. Básicamente, se trata de un insumo que busca profundizar la reforma, orientado a fortalecer un Sistema Nacional Integrado de Salud más inclusivo y participativo.

No hay duda de que Uruguay ha construido uno de los sistemas de salud más avanzados de América Latina. El SNIS, creado en 2007, representó un paso fundamental en la universalización del acceso a la salud. A lo largo de los años, el SNIS ha consolidado tres pilares fundamentales: la gestión, la atención y el financiamiento. Estos pilares han sostenido la estructura del sistema, garantizando un servicio accesible, equitativo y eficiente para la población.

Sin embargo, en la actualidad, se reconoce la necesidad de fortalecer y profundizar el sistema incorporando un cuarto pilar: la participación social con carácter vinculante.

Este artículo, basado en el documento programático presentado como insumo para las propuestas de los candidatos de cara a las elecciones de octubre, explora la importancia de dar voz activa a los usuarios y trabajadores del sistema. En este contexto, analizaremos cómo la integración de la participación social puede ser clave para el diseño de políticas públicas más inclusivas y equitativas en el próximo gobierno.

La perspectiva de los usuarios

Los usuarios del SNIS han experimentado avances significativos desde su creación, en términos de acceso y calidad de la atención. No obstante, aún persisten desafíos importantes en cuanto a la equidad y la satisfacción con el sistema. A menudo, los usuarios señalan la falta de espacios efectivos de participación donde puedan expresar sus necesidades y preocupaciones en cuanto a la atención médica.

Desde la perspectiva de los usuarios, la atención personalizada y la accesibilidad en el uso de los servicios siguen siendo temas cruciales. Uno de los principales desafíos ha sido la percepción de que los canales de participación existentes, como los Consejos Consultivos y las Juntas Locales de Salud, tienen un carácter más consultivo que vinculante. Esto genera frustración entre los usuarios, quienes sienten que su voz no tiene un impacto real en las decisiones sobre políticas de salud.

Un sistema integrado de salud no solo debe garantizar el acceso a la atención, sino también ofrecer un modelo de gestión transparente y participativo. El cuarto pilar propuesto, basado en la participación social con carácter vinculante, propone justamente lo que los usuarios han venido reclamando: espacios donde sus opiniones no solo se escuchen, sino que sean parte fundamental del diseño y ejecución de las políticas de salud.

El rol de los trabajadores

Por su parte, el rol de los trabajadores en el SNIS es fundamental. Ellos son, junto con los usuarios, quienes sostienen el sistema diariamente, enfrentando desafíos operativos y financieros en un contexto de alta demanda. Sin embargo, los trabajadores de la salud también han sido críticos de las condiciones laborales, los procesos de toma de decisiones y la falta de un enfoque inclusivo en las políticas de recursos humanos.

Desde el inicio del SNIS, los trabajadores han sido actores fundamentales en la defensa de un sistema equitativo y de calidad. No obstante, enfrentan obstáculos como la sobrecarga laboral, la falta de formación continua y la limitada participación en los procesos decisorios de la gestión del sistema.

Para los trabajadores, la inclusión de la participación social vinculante significaría una oportunidad para incidir directamente en la creación de condiciones laborales más justas y en la mejora de la calidad del servicio.

El fortalecimiento del sistema debe contemplar, además de la participación de los usuarios, el reconocimiento de la importancia del trabajo en salud como un bien colectivo. Las políticas públicas que promuevan la profesionalización continua, la mejora de las condiciones laborales y la participación activa en los procesos de gestión y atención serán esenciales para garantizar la sostenibilidad y eficiencia del SNIS.

Un cuarto pilar: la participación social vinculante

La propuesta de incorporar un cuarto pilar al SNIS, centrado en la participación social con carácter vinculante, representa un avance crucial en el camino hacia un sistema de salud verdaderamente democrático e inclusivo. Este nuevo pilar se basa en la idea de que la salud es un derecho colectivo que debe ser gestionado de manera participativa entre el Estado, los usuarios y los trabajadores.

Un sistema de salud con participación social vinculante implicaría la creación de espacios institucionales donde los usuarios y trabajadores puedan influir en las decisiones sobre el diseño de políticas públicas, la asignación de recursos y la gestión de los servicios. La participación vinculante no solo fortalece la legitimidad del sistema, sino que también promueve una distribución más equitativa de los recursos y una mayor transparencia en la gestión de la salud.

Además, la interdependencia de los cuatro pilares -gestión, atención, financiamiento y participación social- permitiría un sistema más dinámico y adaptado a las necesidades de la población. Los usuarios y trabajadores podrían incidir en la definición de prioridades, lo que se traduciría en una mayor eficiencia y equidad en la distribución de los recursos sanitarios.

De cara a las próximas elecciones, los candidatos deberán tomar en cuenta la importancia de incluir la participación social vinculante como un eje central de la política de salud. El fortalecimiento del SNIS a través de este cuarto pilar requiere un compromiso político decidido para: Crear mecanismos institucionales donde los usuarios y trabajadores tengan un rol activo en la toma de decisiones: Promover la formación continua de los trabajadores de la salud para garantizar una atención de calidad. Asegurar una distribución equitativa de los recursos financieros que permita sostener las reformas necesarias. Fortalecer los espacios de diálogo entre las autoridades sanitarias, los usuarios y los trabajadores, garantizando que las decisiones sean transparentes y participativas.

En definitiva, el SNIS de Uruguay ha recorrido un largo camino desde su creación, pero aún tiene desafíos que enfrentar para consolidar un modelo de salud verdaderamente inclusivo y equitativo. La incorporación de un cuarto pilar basado en la participación social vinculante representa una oportunidad única para dar voz a los usuarios y trabajadores, quienes son los actores centrales en el funcionamiento del sistema.

El próximo gobierno tiene la responsabilidad de fortalecer este pilar y asegurar que las políticas de salud respondan de manera efectiva a las necesidades de toda la población, promoviendo un sistema interdependiente donde la gestión, atención, financiamiento y participación estén alineados hacia un objetivo común: garantizar el derecho a la salud de manera equitativa y participativa.

(*) Economista.

Foto

Mostrador de admisión de un hospital. Foto: Javier Calvelo/ adhocFOTOS.

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