Ajuste de cuentas… pendientes

Las turbulencias parecen ser la constante en el Ministerio del Interior, desde la inesperada muerte de Jorge Larrañaga no ha cesado la sucesión de eventos escandalosos que lo han puesto en la agenda un día sí y otro también. El caso Astesiano y las derivaciones que produjeron la caída de nada menos que la cúpula entera de la Policía Nacional, dan una dimensión del escándalo instalado en una cartera donde reina la improvisación más absoluta. Lo que tanto criticaron de la gestión frenteamplista y definían como excusa, se ha instalado de facto en un modus operandi institucional que se ha cobrado todos los cargos del fallecido Guapo. Son otros ajustes que parecen estar cobrándose viejas cuentas…  

Dirigida por autoridades que están siendo indagadas por la Fiscalía, la Secretaría de Estado más difícil del Poder Ejecutivo está en un tembladeral permanente. Cuando se designó a Heber para sustituir a Larrañaga todos creímos que era una decisión magistralmente adoptada. Ponían en un lugar estratégico y harto difícil de gestionar a un viejo lobo de la política. Sin embargo, nunca se sintió cómodo en el cargo y lo peor es que a esa incomodidad le sumó una absoluta ignorancia en la materia.

Si el caso Astesiano los dejó mal parados, el affaire Marset -con pasaporte incluido- los ubicó en el rol de indagados, papel que deberán asumir en poco tiempo más ante Fiscalía. 

Los hechos hablan por sí solos, si había orden de no aflojar no se notó, como tampoco el tan mentado recreo que prometían terminar. Los delitos en aumento contrastan con el descenso de las denuncias dando pie a una lucha conceptual que no le cambia la realidad a los vecinos.

Dejaron pasar mucho tiempo para dar un giro de timón que llega tarde. Increíblemente, luego de denostar la anterior administración frenteamplista, adoptan una serie de medidas de aquella gestión que fueron insólitamente discontinuadas. Apelaron -tarde- a designar profesionales que sirvieron en la pasada administración, los que no tendrán tiempo suficiente para recomponer todo lo perdido.

Sin respaldo

Se gastaron todos los discursos hablando de respaldo a la policía y se quedaron huérfanos en poco tiempo y sin resguardo alguno para los suyos (o los que parecían suyos). El equipo completo del Guapo pasó a retiro obligatorio en una clara muestra de que no había química alguna y que la confianza no abundaba en el entorno del Ministro.

A poco de asumir se cobró una vieja cuenta pendiente y se deshizo de Washington Curbelo, que fungía de Director de la Escuela de Policía y arrastraba en su legajo una cuestionada pericia en el caso de los vinos asesinos que segaron la vida de su madre, Cecilia Fontana de Heber, aquel 29 de agosto de 1978. Ese fue el primer ajuste y me atrevo a afirmar que fue de exclusivo resorte de Heber.

Luego llegaría el turno de Luis Calabria, renunciante tras su confesa atención en el Hospital Policial, una excusa perfecta para abandonar un cargo de alta dedicación y gran responsabilidad como la Dirección General de Secretaría. Renuncia y confesión que no le impidieron resguardarse en Presidencia donde funge hoy como asesor.

Peor suerte tuvo el ex Director de Convivencia, que renunció apremiado por un caudal de denuncias de acoso y otro tanto de mentiras que lo terminaron exponiendo de tal forma que no pudo evitar la caída. Su pecado no fue que se atendiera en el Hospital Policial, sino que mintiera diciendo que no se atendía. Lo cesaron por mentiroso, principalmente. 

En medio de todo ese ajedrez de posicionamientos de los cuadros políticos, la interna blanca deja a la luz las diferencias existentes y los pases a degüello están a la orden del día.

Por estas horas llegó el turno al Director de UNICOM – Juan Manuel Romero – quien se convirtió en el último eslabón de aquel grupo de directos colaboradores del extinto Larrañaga. Algo que parece una cuereada interna entre dirigentes de sectores blancos que competirán por la candidatura presidencial en el Partido Nacional. Es que los cesados del Grupo Larrañaga adhieren a la precandidatura de Álvaro Delgado mientras que el ministro Heber hace campaña por Laura Raffo.

Pero no se preocupen que ninguno quedó desamparado, todos tienen alguna asesoría asegurada. Son blancos, no tontos.

Ahora bien, sin pensarlo, están valiéndose de los argumentos que tanto le criticaron a Bonomi; claro que en este caso no es para justificar los homicidios sino para despejar terreno y rodearse de un selecto grupo de colaboradores que sean de su palo confiable.

Pero los ajustes no se limitan a las destituciones, hay otra forma de ajustar cuentas que impuso Heber y es la de la restitución. Así lo demuestra el regreso de Erode Ruiz, quien fuera cesado por el Guapo y hoy volvió triunfante a Maldonado. Eso sí, con un insólito exabrupto que lo tuvo repartiendo sopapos enfrente a la Jefatura fernandina y lo puso en el medio de otra interna blanca con Antía y su gente.

En todo este tiempo lo que fue una constante en el Ministerio del Interior fueron los insucesos y los líos internos. Lejos de ser un ejemplo de gestión fueron todo lo contrario y los números de la inseguridad siguen en los mismos niveles que tanto criticaron al Frente Amplio y con grandes posibilidades de empeorarlos . Y eso que contaron con un handicap de 2 años de pandemia que pretendieron vender como exitosos.

Los blancos tienen líos y se nota.

Los ajustes de cuentas (pendientes) gozan de buena salud…

el hombre hacía un ajuste,

el perro sacaba cuentas…


Fernando Gil Díaz – «El Perro Gil»

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