Acto de la 20: un aporte al gran cause de la lucha del pueblo por sus libertades

Con motivo del 50 aniversario del asesinato de los 8 camaradas del Seccional 20, el 17 de abril de 1972, conversamos con Jorge Mazzarovich, integrante del Ejecutivo del PCU, sobre el contexto histórico, el sentido político y la relevancia actual de aquellos hechos que marcaron la historia y la memoria de todo el movimiento popular.

El edificio del Seccional 20 fue declarado patrimonio histórico en 2014 y al mismo tiempo la Administración Nacional de Correos lanzó un sello conmemorativo. En este local, hace 50 años, ocurrió la masacre de 8 comunistas que se encontraban cuidando el local en marco del recrudecimiento de la represión y la declaración de «Estado de Guerra interno» dos días antes, el 15 de abril. ¿Cuál es la relevancia de este reconocimiento a nivel institucional?

El hecho de que, por resolución gubernamental, como corresponde, el local de Agraciada casi Valentín Gómez de la Seccional 20 del PCU haya sido declarado patrimonio histórico nacional es de una gran importancia porque no se trata solo de poner una chapa, que está muy bien, sino que además hay muchos gurises que estudian en los liceos cercanos, gente que pasa, trabajadores del barrio que preguntan qué es esto y por qué y es allí donde debemos presentar nuestra explicación que debe ser permanente. 

¿Qué tan grave son estos hechos?

Siguen siendo graves por varias razones; la primera porque no hay ningún procesado por esta masacre a mansalva, esta ejecución de los compañeros. No hay presos, parece que eso no hubiera existido; la segunda es porque en esta gran operación «olvido y confusión» la derecha, con sus medios de comunicación y algunos personajes políticos, que ya actuaban en ese momento y otros nuevos, intentan por todos los medios que de eso no se hable. Como si no hubiesen existido los hechos; pero existieron. 

Fueron fríamente a asesinar a los compañeros que estaban en el Seccional 20 del PCU, en un clima determinado de 1972 hace ahora 50 años y cumplieron el objetivo que se habían planteado. En lo único que fracasaron fue que nuestro pueblo no se encogió de miedo y se metió para adentro y dejó de luchar; en eso fracasaron. Pero sí los objetivos que se habían propuesto para ensangrentar el país, que comenzaron a concretar un año después con el golpe del 73´.

En relación al contexto en el que se desarrollan los hechos había un clima que implicaba un paro de la CNT, previamente militares habían incursionado en el local de Sierra donde estaba la UJC, antes se había desarrollado la masacre de los compañeros del MLN y previamente también habían ocurrido otros hechos que los mencionaba Oscar Andrade en su intervención en el Parlamento, contestando a Manini Ríos, que se habían desarrollado con anterioridad. Entonces, previo a los hechos del 17 de abril ¿Cuál era el contexto político, social? ¿cuáles eran las luchas que se estaban desarrollando por parte del movimiento popular?

Para tomar un punto de referencia, aunque parezca muy alejado en el tiempo, es 1958 cuando convergen, con un Frente Amplio que aún no existía y un movimiento sindical dividido, las grandes movilizaciones de trabajadores por los Consejos de Salarios, particularmente en setiembre-octubre del 58´ y la gran lucha de la Universidad de la República por la Ley Orgánica y la Autonomía Universitaria. 

Es un punto de referencia porque hay un gran auge de la lucha de las masas que además abre caminos a algo que es imprescindible para las luchas de nuestro pueblo que es la “Unidad”. Esta se forja, no solo con discursos y con buen relacionamiento, sino que se forja en medio de las luchas por las reivindicaciones, por las cosas que los trabajadores y trabajadoras, estudiantes, la gente de nuestro pueblo, sentimos. 

Entonces en esta situación, en el 58´ se produce la salida del gobierno colorado, que había gobernado prácticamente durante casi todo el siglo y en ese momento se produce el primer gobierno blanco de ese período hasta el 62´, vuelven a triunfar hasta el 66´ y se caracterizan por una concepción de país en el que la concentración de la riqueza marca todo lo que se hace y que implica, a la vez, la agudización de las condiciones durísimas de vida de nuestro pueblo entre ellas la pobreza, la miseria, la indigencia etc. 

En se cuadro se van desarrollando las luchas del movimiento popular. En 1961 se construye la Central de Trabajadores del Uruguay (CTU), no era la «única» aún, puesto que algunos sindicatos de gran importancia decidieron no incorporarse, lo harían después. Y en 1962 se producen, en la izquierda, pasos de gran importancia, no tanto desde el punto de vista electoral, pero sí en la perspectiva en relación a la unidad que fue la constitución del «Frente Izquierda de Liberación» (FIDEL) y de la lista 1001, hecho que en junio estará cumpliendo 60 años. 

Los años pasan en el medio de las luchas. En el continente aparece una gran luz de esperanza y de impulso a las luchas populares, de ejemplo: la victoria de la revolución cubana. 

El 1ro de marzo de 1972 asume el gobierno colorado de Bordaberry, con mayoría parlamentaria y siempre en acuerdo con los sectores de los más numerosos, en aquel entonces, del Partido Nacional y el 19 de marzo se produce el paro general más importante, hasta ese momento, de la historia del movimiento sindical uruguayo. Hoy dirían que fue un «palo en la rueda» y no, nosotros lo llamábamos en ese entonces y ahora, luchar por los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

Otro elemento importante que se sucedía en esos días eran las operaciones del «Escuadrón de la muerte» que identificaban a una persona que participaba por las luchas de su pueblo y sus derechos, ubicado, secuestrado y asesinado, acciones que están comprobados; el asesinato de Espósito, de Ibero Gutiérrez, de Castagnetto, de Ayala, la represión a los estudiantes y trabajadores eran una constante en ese momento. 

Hubo una premeditación comprobada documentalmente para preparar los sucesos del 17 de abril. No fue espontáneo…

El 14 de abril se producen algunas acciones del MLN, un viernes, en la mañana ellos actúan y ejecutan a algunos de los miembros del «Escuadrón de la muerte». En el correr de esa misma tarde las Fuerzas Armadas y policiales ejecutan a varios compañeros del MLN y en la noche asaltan la casa del PCU, que en ese entonces se encontraba en la que hoy se conoce como Fernández Crespo al 1720 donde hoy está la escuela que lleva el significativo nombre de «Gerardo Cuesta».  Allí habíamos casi mil compañeros y compañeras de la UJC porque estaba previsto un acto desde antes. 

En esa tarde el gobierno envía el decreto de «Estado de guerra interno» al Parlamento y nuestros compañeros diputados, junto a los demás diputados frenteamplistas, dan la batalla en contra de este decreto, seguros de lo que venía después y al enterarse de lo que ocurría logran llegar desde el Palacio Legislativo a la casa del Partido y nos salvan la vida, eso y la enorme cantidad de gente que encontraron dentro del gran galpón que, pegado a la casa del Partido, habíamos construido con mucho esfuerzo para poder hacer activos como el que estábamos haciendo.

Allí van con la intención de matar gente, pero la presencia de Parlamentarios como Gutiérrez Ruíz, Arismendi, Jaime y otros compañeros y de algún sector del aparato policial que no estaba enterado y llegan al lugar, impiden que seamos asesinados. 

¿Ellos lograron asustarnos? No es un problema de guapeza sino de conciencia, no sucedió, la inmensa mayoría por no decir todos los compañeros y compañeras continuamos la lucha pese a todo lo que habían sucedido. No se trataba de no tener miedo sino de superarlo. 

Luego de este hecho se producen atentados contra las casas del compañero Crotoggini, Quijano y varios más, con bombas de alto poder que se colocan entre esa noche, el sábado y domingo y otro ataque a otros dos Seccionales del Partido, el 18 y el 24. A esa altura había un grado de tensión en todo el país y sectores enteros de nuestro pueblo con mucho temor;  había patrullas que iban y venían, detenían gente, se la llevaban sin que se supiera a dónde. 

Llegan al local de la 20 en la mañana del 17 de abril, la Ley de Estado de Guerra Interno facilitaba cualquier cosa, allanamientos de todo tipo sin autorización… Ingresan, piden documentos, revuelven y piden que alguien quede como responsable; Mendiola, uno de los asesinados en la noche asume la responsabilidad por el local, entrega su documentos y se queda junto a otros compañeros a los que les dice que se vayan pero los compañeros no aceptan irse y le dicen «solo, aquí, no te vamos a dejar». 

Se produce un segundo allanamiento ese mismo día y persiste una gran tensión según testimonio de los propios vecinos y los dos compañeros que sobrevivieron. 

Quien comanda la operación es el Ejército con apoyo de la policía, toman algunas casas por la calle Valentín Gómez y otra en Valle Edén y desde allí disparan hacia el local de la 20. Los vecinos comienzan a escuchar algunos tiros aislados y luego una balacera que al hacer los relatos mencionan que no se escuchaban entre ellos en las casas por el ruido ensordecedor de las balas. 

Los camaradas acribillados no tenían armas, durante horas la balacera apuntaba al local, algunos camaradas son alcanzados por las balas dentro del local y son heridos, en determinado momento, con las manos en alto comienzan a salir y son ejecutados apenas apoyan el pie en el escalón que daba a la calle.

Algunos son heridos y quedan tirados en la calle, sin recibir asistencia pues se impide el paso de ambulancias que vienen a atender a los heridos, al mismo tiempo siguen llegando destacamentos militares y policiales, entre ellos llega el Capitán Busconi del Ejército, nunca quedó claro si llegó porque le dieron la indicación o porque escuchó la balacera o se enteró por alguna radio interna del Ejército y es herido por ellos mismos que están tirando desde atrás del local de la 20. Como sé que le quedó claro a la familia, que no tuvimos nada que ver con esas heridas que finalmente le causan la muerte. 

Así asesinan a nuestros ocho compañeros y digo «asesinan» porque no hay enfrentamiento armado, tanto es así que dos sobrevivientes que logran refugiarse en un lugar que se estaba arreglando en el techo, cuando deciden salir ya había mucha gente afuera y no los pueden matar. Los trasladan a la justicia militar y el coronel que los enjuicia, en menos de 24 hs decreta la libertad, lo cual demuestra que no había ninguna prueba ni acusación para hacer contra nuestros camaradas. 

La respuesta a esta masacre fue con un pueblo entero movilizado; tendremos que agradecer siempre la inmensa solidaridad, no solo de los vecinos, sino de una parte importantísima de nuestro pueblo que, pese a la ola de terror que se había lanzado ya sobre nuestro país, salieron a la calle.

Al velatorio se realizó en la madrugada en la casa del Partido Comunista, entre los cientos que se acercaron llegaron dos sacerdotes, uno de los cuales era Monseñor Parteli, el arzobispo de Montevideo, que llega a expresar su solidaridad con los comunistas; el sepelio fue una demostración de masas gigantesca. Esta enorme conjunción de diversas expresiones del pueblo tiene un valor inmenso que marcaría lo que sería después la unidad de todas las fuerzas democráticas. 

Este será el primer acto de masas luego del referéndum, el primer acto presencial de «la 20» luego de la pandemia y se pretende que sea un acto de todo el movimiento popular y que contribuya en ser un primer jalón en la construcción de una perspectiva común hacia adelante ¿Qué podés agregar en relación a esto?

El acto tiene siempre, en cualquier circunstancia, el homenaje y la recordación de los compañeros, así ha sido durante estos 50 años aún en medio de la dictadura. Siempre algunas flores aparecían en la puerta del Seccional 20 en circunstancias más que difíciles, duras y peligrosas.

El acto de este año tiene una importancia muy grande y lo concebimos como una expresión democrática, anti fascista, anti represiva y a favor de los intereses de los trabajadores y trabajadoras, que lo eran todos nuestros compañeros caídos y de todo el pueblo uruguayo. Es un acto de compromiso y así lo sienten muchos de los que van y te dicen «yo nunca fui, no soy miembro del Partido» y ese no es ni un impedimento ni una condición es lisa y llanamente una disposición y una decisión personal de quien concurre porque siente que allí se está expresando su repudio a todo tipo de represión y en particular a las expresiones fascistas. 

Al salir del referéndum es otra reafirmación más de la disposición de nuestro pueblo. Se dio una gran batalla y una confluencia natural de mucha gente y organizaciones que lucharon hasta el final.

Será entonces el homenaje a los compañeros, el reivindicar su memoria, meter aire en los pulmones aspirando el aire más limpio de la vida que, como dice la canción de Alfredo, lo pusieron a disposición del pueblo uruguayo, del legado de Artigas, de la lucha de los trabajadores los ocho compañeros que vamos a homenajear el 23 de abril en la 20. 

El ideario artiguista está en las reservas gigantescas de nuestro pueblo para unirse por las grandes causas, para pasar por encima de diferencias políticas, ideológicas, religiosas, etc. y encontrar ese cause común que las necesidades de nuestro pueblo nos están exigiendo para poder resolverlas y enfrentar la vida y criar los gurises, sin olvidarse de los más viejos. 

Tenemos que asumir que el miedo es un sentimiento humano y que no alcanza solo con vencerlo, siempre de forma colectiva, sino que hay que vencer el miedo porque atrás viene el coraje y no hay pueblo que pueda avanzar en sus luchas si además de vencer el miedo no logra tomar, con toda fuerza, el coraje necesario para comprender que más valen todos los esfuerzos que tengamos que realizar ahora, que vivir décadas tremendas de dolor, sufrimiento y miseria que es lo que la derecha oligárquica está proponiendo. 

El acto en homenaje a los 8 camaradas asesinados el 17 de abril de 1972 se realizará el sábado 23 de abril, desde las 17 hs en Agraciada y Valentín Gómez. 

Queremos, además, que sea una reivindicación de la lucha colectiva del pueblo y por eso estamos invitando a todas las organizaciones sociales y sus militantes, a vecinos y vecinas que se sientan convocados, frenteamplistas, que vayan con sus hijos e hijas; es un acto de homenaje, compromiso y con una gran carga de amor. 

Luis Alberto Mendiola

José Abreu

Ricardo González

Ruben López

Helman Fernández

Justo Sena

Raúl Gancio

Hector Cervelli

¡Van con nosotros y nosotras!

Paola Beltrán

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